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Dentro de estos desequilibrios y daños se citan: la deforestación indiscriminada; la contaminación del aire, el agua y el suelo; los residuos de diverso origen que, incluso a cielo abierto, son focos de enfermedades; la quema de campos e incendios forestales; la pérdida de biodiversidad, incluyendo las abejas melíferas, entre otros. Esto, pese a existir interesantes y exitosas experiencias sustentables de producción, como los sistemas agroforestales, el reciclaje, el uso de tecnologías limpias con fuente en la energía solar y otras.
SUSTENTABILIDAD EN AGRICULTURA
Es muy importante que las instituciones, tanto públicas como privadas, vinculadas con el sector rural del país enfaticen aquellas prácticas que generan beneficios al productor, protegen los recursos naturales, y mitigan la contaminación del aire, agua y suelo, lo cual es válido tanto para el pequeño como para el mediano y gran productor. Quizá, los esfuerzos deban centrarse en los primeros, quienes conforman el sector de la agricultura familiar, productora de alimentos para el consumo diario, y de calidad y orgánicos para exportar a numerosos países. De este modo, al considerar la gestión ambiental en agricultura se tienen que destacar, entre otros, un manejo agronómico responsable del suelo en el que la labranza mínima o cero ha mostrado muy buenos resultados. El uso de abonos verdes para recuperar o mantener la fertilidad natural, la humedad y las propiedades físico-químicas de los suelos. El uso de insumos químicos de baja toxicidad e impacto ambiental y según sea necesario. En cuanto al agua, hay que proteger este vital recurso y evitar su contaminación, incluso por desechos químicos, ya sean pozos profundos, lagunas, estanques u otros cursos de agua. De ahí, el auge de los sistemas de riego (por goteo) es hoy imprescindible y con experiencias exitosas; por ejemplo, entre los productores que exponen en el tradicional Agroshopping, que constituye una inversión de costo y retribuye en lo económico, pero también en lo ambiental. También hay que atender el cuidado del aire que nos rodea, evitando los agrodefensivos tóxicos para el hombre y los animales, y dejando de lado la quema de campos y áreas forestales, por los daños para el suelo y las especies animales; además de que con la combustión se liberan gases que incrementan el efecto invernadero.
SUSTENTABILIDAD EN GANADERÍA
La producción ganadera ha evolucionado de manera interesante en cuanto a la cría sustentable de ejemplares, pese a prácticas que deterioran de manera irreversible el medio. La deforestación y los cambios de uso de la tierra con este fin han ganado hectáreas en el país. Sin embargo, y como se señaló, existen experiencias exitosas con los enfoques silvopastoriles, la cría a campo natural; la combinación de agricultura, ganadería y forestación; la aplicación del bienestar animal, el uso de tecnologías que aprovechan el estiércol para producir biogás como fuente de energía; son prácticas que ayudan a contrarrestar el calentamiento global, la contaminación atmosférica por gases, la del agua, la pérdida de diversidad de especies, de humedales y zonas ecológicas de contención ambiental.
CONCLUSIÓN
Es necesario equilibrar el crecimiento económico y el bienestar social, pero sin descuidar el ambiente y sus recursos, que son –en definitiva– los que permiten el bienestar tanto del hombre como de las demás especies. El reconocido físico alemán Albert Einstein afirmó: “No podemos engañar a la naturaleza, pero sí podemos ponernos de acuerdo con ella”.
(*) Especialista en Comunicación Rural.