Preparación de suelo para cultivo de caña de azúcar

Ing. Agr. Darío Cabral (*) La preparación del suelo consiste en ejecutar las operaciones de campo necesarias para proporcionar un ambiente apropiado para la óptima germinación de la semilla y el buen desarrollo del cultivo. Este es el caso de la semilla de caña, la cual requiere, para su germinación, una relación definida suelo-aire-agua. De la misma manera, el desarrollo del cultivo requiere de condiciones adecuadas de disponibilidad de agua, aireación, drenaje y nutrientes.

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Cuando la humedad es adecuada, la preparación de suelo favorece la formación y distribución de los agregados en el suelo, lo que ayuda a la proliferación de raíces, a la aireación y a la penetración del agua a través del perfil. Por el contrario, cuando la humedad es excesiva, ocurre la formación de bloques o terrones de gran tamaño que, cuando se secan, son difíciles de destruir, aumentando la compactación y los costos de preparación. La preparación excesiva del suelo es tan perjudicial como la preparación en condiciones inadecuadas.

PASOS A SEGUIR PARA UNA BUENA PREPARACION
A) Primera pasada de rastra pesada o rastrón: generalmente se utiliza rastra con discos entre 28 a 32 pulgadas, que penetra entre 25 a 40 centímetros de profundidad dependiendo del tipo de suelo.

B) Segunda pasada de rastra o rastrón: para esta operación, se requiere de rastra de 26 a 28 pulgadas, y se realiza en sentido contrario a la primera rastreada. Si hay necesidad se efectúa una tercera rastreada; esto en dependencia del tipo de vegetación existente en el terreno.

C) Nivelación de terreno: esta práctica es importante para prever encharcamiento en la parcela, la cual es muy perjudicial para una caña recién plantada. Esta práctica se realiza con niveladoras hidráulicas.

D) Encalado: es el agregado de cal agrícola al suelo con el objeto de corregir la acidez del mismo. Este puede ser de origen calcitita o dolomítico, y la cantidad depende del análisis del suelo. La caña requiere de un pH de 5.5 a 7, pues la planta no tolera una acidez excesiva.

E) Incorporación de cal agrícola: se realiza con rastras de 26 a 28 pulgadas, y consiste en incorporar la cal agrícola al suelo. Esta operación se debe realizar inmediatamente después del encalado para evitar desperdicios.

F) Subsolado: esta labor consiste en fracturar el suelo hasta una profundidad de 60 centímetros, con el fin de destruir las capas compactadas o impermeables y, de esta manera, mejorar la estructura y facilitar el movimiento de aire y agua.

G) Tapada de subsolado: se puede realizar con rastras de discos de 20 a 26 pulgadas, con el objeto de romper los terrones que aparecen en las distintas operaciones anteriores.

H) Marcación de curva de nivel: esta operación es indispensable en los terrenos con pendientes, pues con esta práctica se busca reducir al máximo la erosión. Hoy ya existen implementos que permiten plantar encima de la curva de nivel de modo que la curva no sea un desperdicio de terreno.

I) Surcada: consiste en abrir los surcos, en donde se van a depositar las semillas. Esta operación ya va acompañada de la fertilización, sea química u orgánica. Estos surcos deben tener una profundidad entre 30 a 35 centímetros con un espaciamiento que puede variar de 1.30 a 1.80 metros entre liños. Estos se harán de acuerdo al tipo de cosecha que uno va a realizar. Existen surcadores de 1.2.3 liños.
Todo lo citado anteriormente representa los pasos a seguir en una buena preparación de suelo; esto varia de acuerdo al tipo de suelo, vegetación, topografía, también de acuerdo a la disponibilidad de máquinas e implementos.


CUIDADO
Finalmente, la preparación de suelo debe orientarse hacia aquellas labores indispensables para un buen desarrollo del cultivo, teniendo presente la promoción de prácticas de conservación que incidirán directamente en los costos de producción.

Con la preparación de suelos se prosigue la destrucción de malezas, residuos de cultivos anteriores, aumento en la capacidad de infiltración y retención de agua en el suelo, para una mejor aireación e intercambio de aire entre el suelo y la atmósfera, la penetración de las raíces, el aumento en la disponibilidad de los nutrientes, y de la actividad microbiana en el suelo, y la destrucción de capas compactadas, resultantes de la deficiente preparación de suelos y del tráfico de la máquina.


(*) Gerente Agrícola ALPASA
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