Polución sonora y sus perjuicios - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

El ruido y los sonidos intensos a los que diariamente estamos expuestos, principalmente en las ciudades y centros urbanos, las calles, las fábricas e, incluso, la oficina, constituyen uno de los contaminantes que causan molestias, alteraciones del estado de ánimo, estrés, trastornos del sueño, daños en la capacidad auditiva de las personas, entre otros.

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La ley Nº 1.100/97“De prevención de la polución sonora” sigue vigente, pero no se aplica, como otras que afectan al ambiente y sus recursos.

LEY Nº 1.100/97

Esta ley considera ruidos y sonidos molestos a los que sobrepasan los niveles promedios definidos en ella. El volumen sonoro se mide en decibelios (dB). A partir de los 100 dB, si el ruido o sonido es sostenido, comienzan a producirse efectos nocivos sobre nuestra salud. De acuerdo al artículo 1 de dicha ley, “su objetivo es prevenir la polución sonora en la vía pública, plazas, parques, paseos, salas de espectáculos, centros de reunión, clubes deportivos y sociales, y en toda actividad pública y privada que produzca polución sonora”. El artículo 2 establece: “Queda prohibido en todo el territorio de la República causar ruidos y sonidos molestos, así como vibraciones cuando por razón de horario, lugar o intensidad afecten la tranquilidad, el reposo, la salud y los bienes materiales de la población”. Sin embargo, la realidad es otra.

LA REALIDAD

Los expertos están de acuerdo en que los ruidos o sonidos intensos tienen como fuentes principales el transporte y el ruido de sus motores;las bocinas de los vehículos, colectivos y camiones; los propios de la construcción, las fábricas, los que causan las máquinas, los que provienen de los locales nocturnos de reunión (discotecas), la música estridente de los espectáculos de artistas en días laborables, las reuniones sociales con equipos de sonido que se desarrollan en domicilios particulares, entre otros. En la infografía se presenta un cuadro sobre esta problemática y sus efectos.

DAÑOS A LA SALUD

Los sonidos muy fuertes y ruidos continuos provocan malestares que van desde el desagrado y la incomodidad hasta daños en el sistema auditivo, aparición de estrés, aumento de la presión sanguínea, fatiga general, ansiedad, irritabilidad, agresividad, insomnio, baja general en la calidad de vida y el equilibrio emocional. En el trabajo, los trastornos anteriores pueden ser causa de distracciones, baja productividad, agresividad y accidentes informáticos, en equipos y máquinas e, incluso, personales.

EFECTOS EN EL AMBIENTE Y BIODIVERSIDAD

Varios estudios corroboran que la polución sonora afecta directamente el medio. Por ejemplo, se sabe que el ruido trastorna la comunicación entre animales de una misma especie. Distintos estudios confirmaron que, en lugares ruidosos, algunos pájaros cantan en frecuencias más altas, o que los murciélagos encuentran dificultades para hallar presas; también afectaría la orientación de las abejas. Como las especies de plantas y animales en un determinado ambiente o ecosistema interactúan entre sí, parece ser que también se afectan los ciclos de vida y reproducción de las plantas que estén ubicadas en el área de influencia geográfica en la que ocurran los ruidos.

CONCLUSIÓN

La ciudadanía tiene que asumir el compromiso de control de la polución sonora, de responsabilidad y respeto hacia el prójimo. Una vez más, la educación y conducta moral demuestran su valor al momento de calificar el comportamiento de las personas de una determinada sociedad en su relación con las otras, el cuidado de los recursos naturales y especies de plantas y animales.

(*) Especialista en Comunicación Rural.

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