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Para que el algarrobo pueda ser aprovechado como madera, es imprescindible que reciba las podas de formación durante su ciclo de vida, ya que, de no recibir los cortes, solo servirá un 25 %. De acuerdo a estudios realizados por los profesionales de las colonias menonitas, específicamente en el área forestal, si la especie recibe este tratamiento, su utilidad alcanza el 70 %. Por ende, es prioritario marcar bien el fuste principal para que, con el correr de las intervenciones de poda, se puedan eliminar las ramas laterales y se obtenga buena forma.
ACTIVIDAD CONSECUTIVA
Hay que destacar que la poda del algarrobo es una tarea que se repetirá en varias ocasiones; es decir, que el productor deberá hacerle un seguimiento. En la primera intervención, cuando el árbol alcance los dos metros de altura, el operario deberá elegir el fuste principal. Cabe destacar que la planta de este porte no es afectada por la poda, aunque algunos proceden en edades tempranas, cuando el algarrobo aún es pequeño.
El corte se hace al ras para evitar la formación de nudos dentro de la madera, lo cual descalifica su calidad a futuro. Pasado unos meses, ya es posible cortar las ramas laterales. Esta operación será ejecutada dos veces como máximo. La recomendación es que las intervenciones fuertes sean llevadas a cabo en periodos invernales, en las que el árbol disminuye su actividad biológica. El corte de los rebrotes o ramas laterales puede hacerse con una tijera descorneadora o un machete filoso. Las ramas no deben desgajarse, ya que esto constituye el lugar propicio para el ingreso de patógenos (enfermedades y hongos) que afectan el rendimiento.
ASOCIACIÓN CONLA GANADERÍA
El algarrobo es muy útil para sistemas reforestados, en especial para la ganadería, debido a la resistencia de la especie al calor del Chaco paraguayo; además, otorga un microclima agradable para los animales y un ambiente biológico amigable, y ofrece una mejor producción de forraje. Las hojas de este árbol aportan un alto contenido de proteína, ideal para ejemplares de engorde, además, sus vainas aportan energía.
Es muy útil para sistemas silvopastoriles. El algarrobo sobresale en espacios con pasturas, ya que puede notarse perfectamente el fuste bien desarrollado. Hoy en día, los productores del Chaco ya conocen las técnicas de la poda de formación, de tal forma a que, en el tiempo, la forestería les brinde un rédito económico importante. Los cortes son sistemáticos para el mantenimiento de malezas.
CAMBIO DE PARADAGIMA
Tiempo atrás, el algarrobo era considerado como un mal dentro de los establecimiento, ya que no presentaba ninguna utilidad; no obstante, hoy en día, es un recurso maderero inagotable, ya que puede desarrollarse muy bien en las 2,5 millones de hectáreas de pasturas cultivadas en la gran región occidental del Paraguay. El cambio de paradigma, en cuanto al uso de la especie, se traduce en la obtención de beneficios ambientales y económicos para los trabajadores del campo.
(*) Especialista en producción agropecuaria