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PREPARACIÓN DELA TIERRA
El proceso de producción de especies vegetales se inicia con la preparación de la tierra o sustrato donde se van a sembrar las semillas. Teniendo en cuenta las dimensiones del terreno, el trabajo habitualmente se hace de forma comercial, con infraestructura acorde a las necesidades, que permita la producción en cantidad. No obstante, en el caso de pequeños productores o amas de casa, no será necesario contar con todos los implementos de laboreo a gran escala. El cultivo de especies de estación se puede iniciar con menos herramientas, pero será necesario conocer el manejo de las semillas y el tratamiento de las plantitas. En algunos casos, es importante recibir asesoramiento técnico.
Para preparar la tierra, puede utilizarse cualquier tipo de suelo limpio; libre de malezas y de hongos que causan enfermedades. Uno de los principales problemas que se presentan es el denominado “damping off” o “enfermedad de los almácigos”. Se trata de hongos que provocan marchitamiento y tumbado de plantitas; incluso, puede matar a las semillas a inicios de su germinación. No obstante, la enfermedad se puede controlar químicamente con un fungicida de suelo. Para ello se riega con el producto la noche anterior a la siembra, empleando una dosis de 1 gr. del fungicida por litro de agua. Existen diferentes nombres comerciales por lo que es recomendable pedir asistencia para el correcto uso. Por otro lado, un método ecológico y económico consiste en hervir agua y derramarla en el terreno a sembrar hasta una profundidad de10 a15 cm. Una vez fría la superficie, puede sembrarse.
SIEMBRA DE SEMILLAS
La siembra se puede hacer de forma manual o mecánica En el caso de contar con sembradora mecánica, la tarea se efectúa mediante un sistema de aire comprimido que, por medio de agujas, aspira algunas semillitas y las dispone en cada una de las celdas de la bandeja de siembra. Una vez sembrada la cantidad necesaria, se llevan las bandejas a una cámara de germinación. En este estadio, se procede al riego abundante y permanecen las bandejas de3 a15 días, dependiendo de la especie con la que se trabaja.
GERMINACIÓN Y TRASLADO
Una vez que germinaron las semillas en la cámara dispuesta para el efecto, se trasladan las bandejas a un sombraje, para favorecer el crecimiento de los brotes. La estructura bajo la cual están las semillas debe contar con doble techo de cobertura plástica y media sombra, para proporcionar la luz y temperatura adecuadas. El agua que se utilizará en esta fase debe estar purificada, para evitar enfermedades en las plantas.
TRASPLANTE
Una vez que las plantitas logran un mejor desarrollo, con la aparición de sus primeras hojas verdaderas, se las extrae de las bandejas de germinación para el trasplante a pequeñas macetas. Las macetas, a su vez, deberán estar preparadas con arena gorda y abono orgánico. Asimismo, se hacen los agujeros donde irán las plantas. El trasplante se hace manualmente. A las tres semanas estas plantitas ya estarán en condiciones para la comercialización.
CUIDADOS
Durante la tres semanas después del trasplante, es importante el monitoreo de las plantitas. Se deberá realizar el riego de acuerdo a la necesidad. En el caso de la luz solar, si es muy fuerte se utilizan mallas mediasombra para evitar la quemazón de hojas, dependiendo de la especie. Igualmente, es fundamental cuidar el aspecto fitosanitario; es decir, controlar la posible aparición de plagas y enfermedades. Para la sanidad vegetal es fundamental contar con asesoramiento de un profesional; en este caso, un ingeniero agrónomo que conozca las diferentes especies y pueda sugerir la dosis de aplicación de los defensivos.
RECOMENDACIONES FINALES
Cuando las plantitas salen del vivero y se quieren trasplantar en un jardín, patio o terreno, existen algunas consideraciones a tener en cuenta. Una es preparar la tierra donde se van a plantar. En ocasiones se cuenta con tierra cargada de malezas o escombros que no benefician a las plantitas, por lo que deberá removerse la tierra con pala y agregar abono orgánico para tener condiciones óptimas de suelo. A las amas de casa se les recomienda, además, considerar la importancia del riego, teniendo presente que los extremos son malos: tanto el exceso como la falta de riego. La carencia de agua ocasiona decaimiento y debilitamiento de las plantas, lo que hace que no resistan el frío, el calor y el viento. El exceso de agua produce encharcamiento, lo cual pudre las raíces y descompone las plantas. Por eso, es necesario brindarles los cuidados ante la aparición de estos eventos climáticos.
(*) Vivero El Rocío