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En cuanto a las plagas comunes que pudieran aparecer están los nematodos, el picudo, los ácaros o arañitas y trips.
Los nematodos (sebo’i) atacan la raíz, y causan pudriciones y el aborto de las plantas. Cuando el ataque es intenso, las plantas caen fácilmente por efecto de vientos fuertes y el peso del cacho. La principal forma de diseminación es a través de mudas contaminadas. En cuanto al control, la recomendación es el uso de mudas sanas provenientes de laboratorios. En cultivos ya instalados se puede aplicar uno de los siguientes productos: Sincocin AG, 2 l/ha; Bio Bc, 1 l/ha; Rugby 10 % G, 20 kg/ha, y Rhocap 10 % G, 1 kg/ha.
La broca o picudo aparece en primavera y verano en los rizomas de las plantas. Abren galerías que permiten la entrada de enfermedades y ocasionan el tumbamiento de la planta. Se observa por el debilitamiento de la planta. Para el control, lo ideal es utilizar trampas y 20 g de Furadan por planta.
Los ácaros o arañitas (ñandú’i) aparecen en verano (época seca), en el envés de la hoja. Pueden dañar la fruta y causar puntitos negros que disminuyen la calidad comercial. Se puede utilizar insecticida acaricida, como Acarin 15 cc en 20 l de agua o Amectin 8 a 10 cc en 20 l de agua.
Finalmente, los trips aparecen en las flores y frutas tiernas, y causan puntitos negros que disminuyen la calidad de frutas. En este caso se puede controlar mediante insecticidas sistémicos.
ENFERMEDADES Y SU TRATAMIENTO
1. Mal de Sigatoka o mbiru: esta enfermedad ataca a las variedades Nanicão y Congo. Los primeros síntomas se caracterizan por formar una franja decolorada, paralela a las nervaduras secundarias. Luego, toma la forma de una mancha ovalada, gris en el centro y amarillo oscuro hacia el exterior. Estas lesiones, posteriormente, se rompen debido al viento y, en casos graves, causa la desecación de parte o toda la hoja. Es la enfermedad más importante de la banana y puede causar grandes pérdidas si no se controlan. Causan maduración temprana de frutos sin llegar al llenado deseado para la venta.
Control: eliminación periódica de hojas enfermas o secas. El control químico se debe efectuar en forma mensual, desde octubre hasta abril, mediante pulverizaciones con fungicidas mezclados con aceites agrícolas.
Los productos recomendados son: Tilt (0,4 l/ha), Tecto (300 g/ha). Los fungicidas pueden ser mezclados con aceite mineral 12 l/ha. Cuando se aplica el aceite, se debe utilizar atomizador y la pulverización se debe efectuar en las horas más frescas del día para evitar quemaduras de las hojas.
2. Mal de Panamá: ataca a la variedad Oro y no tiene control químico. Su principal forma de diseminación es a través de mudas enfermas en contacto entre sistemas radiculares de plantas enfermas y sanas; por el hombre, animales y herramientas. El viento desempeña un papel secundario en este proceso. El desarrollo de esta enfermedad se ve favorecido por los siguientes factores: elevada humedad y temperatura ambiente, suelos pesados areno-arcilloso, drenaje deficiente, suelo ácido, nutrición desequilibrada, heridas en las raíces e incidencia de nemátodos.
Para reducir los daños causados por esta enfermedad, se debe tener en cuenta la selección de mudas sanas, descartando aquellas que presentan síntomas de esta enfermedad; selección de suelos no infectados para instalar nuevas plantaciones, realización de la fertilización equilibrada, eliminación de fuentes de inóculos a través de la quema de resto de cultivos afectados, emplear la rotación de cultivos para reducir el potencial de inóculo y, también, la esterilización de las herramientas a ser utilizadas con hipoclorito de sodio al 1 %.
3. Antracnosis: esta enfermedad incide sobre los frutos verdes y maduros durante la fase de transporte y almacenamiento. Se caracteriza por la aparición de lesiones oscuras y deprimidas localizadas en toda la extensión de la cáscara. Una de las condiciones para su desenvolvimiento es la elevada humedad ambiente. Los frutos atacados tienen una maduración acelerada y tornan un aspecto indeseable para el consumo.
Control: lavado del fruto con hipoclorito de sodio al 1 % o solución de fungicida Benlate al 1 % (10 g/10 l de agua).
(*) Especialista del Instituto Hernando Bertoni, Caacupé.