Plagas de la sandía

Ing. Líder Medina (*) Foto: MATKEI La sandía es una de las frutas más apreciadas en nuestro país, principalmente en el verano, que es cuando el consumo aumenta porque es una cucurbitácea refrescante, pues está compuesta por agua en su mayor porcentaje. Sin embargo, para asegurar que el consumidor pueda tener una sabrosa sandía, el productor debe cuidarse de la presencia de varias plagas que atacan a la planta, y saber cómo prevenirlas.

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La plaga que más perjuicios provoca en la sandía, y cada año representa una pérdida importante para los productores de esta cucurbitácea, es el pulgón.
La forma de controlar al pulgón que ataca la sandía consiste en la alternancia de ingredientes activos, para que la plaga no adquiera resistencia. También se tienen muy buenos resultados con productos que tienen como principios activos el Imidaclopid y Cipermetrina, entre otros.
Para identificar el ataque del pulgón a la planta el productor debe monitorear y observar no solo las plantas, sino también lo que hay alrededor de su parcela. Por ejemplo, si hay un cultivo de algodón, este puede ser un hospedero del pulgón; también las malezas, principalmente las de hojas anchas, que pertenecen a la familia de las amarantáceas conocidas como carurú; también las malváceas (malva blanca).
Otra planta que puede servir como hospedero del pulgón es la cucurbitácea silvestre, por ejemplo, la calabacita conocida como kamambu o mbói rembi’u. De nada sirve controlar el pulgón una vez transmitida la enfermedad. Otra de las malezas es el typycha hû. Una amplia gama de hospederos de malezas agrupa a 27 familias, 79 géneros y 178 especies de malezas.

MOSAICO DE LA SANDIA
El PRSV-W (WMV-1)(WMV-2), también conocido como el virus del mosaico de la sandía, es la enfermedad de mayor importancia económica en cucurbitáceas. En los departamentos de Paraguarí, San Pedro, Cordillera y Alto Paraná, se puede tener un 100% de ataque; además existen datos de que el mosaico ya habría aparecido también el año pasado en los departamentos de Itapúa, Concepción y Boquerón (Chaco).
Este mal pertenece a la familia Potyviridae y afecta a la mayoría de la familia de las cucurbitáceas.
En cuanto a los síntomas visibles del mosaico de la sandía, algunos de los principales son el mosaico severo, que se presenta como pequeños ladrillitos limitados por las nervaduras, los cuales se van agrandando y posteriormente toman a toda la hoja; además, hay una reducción del limbo foliar, enanismo y deformación de las frutas.
Otro de los síntomas muy parecidos son la clorosis de la nervadura, acortamiento de los entrenudos foliares, reducción de tamaño y reducción de la fruta y también tiene una piel dura.
Para controlarlo hay que buscar los hospederos, elegir un lugar donde será plantada la sandía, atendiendo las malezas, el cultivo anterior de la parcela (no hacer sandía en el mismo lugar donde ya se hizo sandía u otras cucurbitáceas como melón, zapallo, pepino); tampoco cerca de otros cultivos parecidos.
Este pulgón pertenece a la especie Aphis gossypyy, de tamaño pequeño y de coloración variable de amarillo claro a verde oscuro; vive sobre las hojas y los brotes de la planta succionando la savia; la capacidad de reproducción de estos insectos es enorme, sobre todo en nuestra región tropical, porque desarrolla un sistema de reproducción partenogénica, o sea, asexual. En el inicio estos pulgones no tienen alas, pero a medida que la población comienza a crecer de manera muy intensa y cuando faltan alimentos por la superpoblación, ya aparecen los pulgones con alas, que vuelan para otras plantas formando nuevas colonias.
Existe otra especie de pulgón denominada Myzus persicae, que es de coloración verdosa y muy parecida al Aphis; estas especies pueden vivir asociadas.

ATAQUE DE LAS HORMIGAS
Cuando se observa que las hormigas van subiendo por las plantas, significa que las mismas están teniendo pulgones, pues las hormigas buscan el excremento del pulgón, hasta inclusive ellos viven en simbiosis, y la hormiga empieza a proteger al pulgón.

SARNA DE LAS CUCURBITACEAS
El Cladosporium cucumerinum o sarna de las cucurbitáceas es un mal que ataca a la sandía, el melón, el zapallo y el pepino. En esta época es importante que los productores tengan en cuenta este problema, ya que el mismo puede iniciarse desde la maceta y se puede extender hasta la cosecha.
Este mal se presenta en la sandía con los siguientes síntomas: aparición de pequeñas manchas pardas y oscuras en las hojas, y en las ramas aparecen en forma de cancros elípticos.
La enfermedad es más severa en condiciones de alta humedad y temperaturas nocturnas bajas (13 y 20 ºC). Las temperaturas por encima de los 22 ºC reduce la severidad de la enfermedad. El hongo vive principalmente en restos de cultivos presentes en el suelo y semillas contaminadas.
Para el control del problema se puede hacer una rotación de cultivo con maíz, desinfección de semillas, destrucción de plantas y pulverización preventiva con fungicidas.

ORUGA
Otra de las plagas que atacan a la sandía es la oruga. Ataca los bordes terminales y las frutas; se recomienda su control con piretroides, alternando con carbamatos y con un producto de contacto, como la cipermetrina.

(*) Técnico MAG/DEAg - Paraguarí
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