Nuestro país necesita producir más capullos para hilos de seda

Hasta el momento, ninguna fibra sintética puede suplantar las virtudes de la seda natural, porque además de sus importantes cualidades, su producción no afecta ni contamina el ambiente. En Hernandarias se encuentra una agroindustria dedicada a la fabricación de hilos de seda que, lamentablemente, trabaja con un número muy limitado de capullos paraguayos, por lo que se ve obligada a importar materia prima, lo que encarece el producto final. La sericicultura, o producción de capullos, es una opción viable y económica para el productor, quien además de tener tiempo suficiente para dedicarse a otros rubros, logrará una renta neta de entre G. 700.000 y G. 1.500.000 mensuales.

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La sericultura o producción de hilos de seda se basa en la misma naturaleza. Una mariposa se encarga de poner huevos, de estos surgen los gusanos que son los encargados de producir capullos. Para que este proceso natural se dé, es preciso que exista una plantación de moras. Esta servirá de alimento para el gusano mientras produce los capullos, de los cuales se obtendrá gran cantidad de hilos de seda.

Un productor con 3 hectáreas de plantación de mora y 3 cajas de gusanos de seda logra, en este momento, una renta neta garantizada de entre 700.000 y 1.500.000 guaraníes mensuales.

Nuestro país cuenta con las condiciones comerciales y agroclimáticas necesarias para el desarrollo de la sericicultura.

Actualmente, se cuenta con pequeños productores en los departamentos de Alto Paraná, Canindeyú, Itapúa, Guairá, Caazapá y Caaguazú.

Se tiene un potencial de trabajo y desarrollo en el campo, que podría llegar fácilmente a los 10 mil pequeños productores.

Para la agroindustria “Sedas & Fibras”, de Hernandarias, Dpto. de Alto Paraná, un pequeño productor representa 3 hectáreas de morera plantada y un rendimiento de 600 a 800 kilos de capullo verde por año, según la Dra. Carolina Alvarez, gerente técnica de la fábrica.

“Tenemos un potencial de captación de materia prima que ronda las 2200 toneladas de capullo verde por año, y una producción interna que en la zafra 2000/01, ni siquiera llegó al 6%. Con 115 toneladas de capullo producidas en Paraguay, estamos importando casi el 90% de nuestra materia prima de Turquía, China y, principalmente, del Brasil”.


QUE DEBE HACER EL PRODUCTOR

El pequeño productor necesita 3 hectáreas de tierra disponible. No necesita que sea un suelo muy fértil, con mediana fertilidad ya se logra condición para trabajar. Se hace un cultivo en siembra directa.

“Nosotros aquí tenemos desarrollado un sistema de manejo de suelos, que permite un aprovechamiento del tiempo, con una producción relativamente estable. El cultivo de la morera es un cultivo perenne, fácilmente llega a los 25, 30 años de aprovechamiento sin mucha variación. Requiere de mano de obra familiar, lo que fomenta el arraigo en las comunidades rurales, ya sea de los hijos y el resto de la familia. Con la renta que se tiene, se justifica la permanencia de las familias en el campo”, destacó la Dra. Alvarez.

La infraestructura necesaria es mínima y básica, orientada a que sea con materiales de la finca: tacuara, madera, kapi’i, láminas de desecho de madera terciada, y otros elementos con los cuales el productor pueda preparar un galpón de 26 metros x 5 metros, que se convertirá en el depósito de morera, para almacenar y alimentar a los gusanos.

“Aquí tenemos un sistema, mediante el cual distribuimos larvas del gusano de seda en las fincas de los productores. Ellos los crían y los alimentan en el lapso de las tres últimas edades del gusano. Luego nosotros acopiamos toda la producción de capullos que logran en ese tiempo y traemos a la hilandería”.


FUNDAMENTAL: EL GALPON

El galpón sirve para la cría y también se convierte en un depósito de morera, en el cual se estaciona la cosecha de hojas de moras realizada en horas de la mañana y la tarde, completando la cantidad que se va a necesitar durante el día, para la alimentación de las larvas de gusanos.


PASOS A SEGUIR

El productor que cuente con 3 hectáreas de tierra y deseos de iniciarse en la sericicultura debe contar con una morera. Para esto se recurre a semillas de mora, cuyas variedades son diversas. En este mes, las oficinas del DEA o del Crédito Agrícola están proveyendo semillas al o los productores interesados. Una vez hecho el contacto con una de estas oficinas, el supervisor de la asistencia técnica realiza un relevamiento en la finca del productor, para cerciorarse de que cuenta con las condiciones para iniciarse en el rubro.

Si todo está bien, el productor comienza a recibir semillas entre enero, febrero y marzo, y el cultivo se inicia entre mayo y julio. Entonces, la cría de larvas de gusano empezaría en diciembre, aproximadamente.

Entre el momento de la siembra y la cría de gusanos, el productor inicia el proceso de mantenimiento del cultivo de la morera, que está orientado a la recuperación y fertilización del suelo.

La plantación de mora permite cortes regulares cada 30 y 40 días, con los cuales -por las condiciones agroclimáticas favorables de nuestro país- se puede llegar a alcanzar de 6 a 7 criadas por año.


LA EXPERIENCIA DE UN PRODUCTOR

Francisco Almada es un productor que se dedica a la sericicultura hace 5 años, aparte de otras actividades en su finca. Se inició en el rubro con 2 hectáreas y media de tierra y se encuentra muy satisfecho con su producción, debido a las ganancias que obtiene y a la facilidad que le brinda para dedicarse a otras actividades agrícolas.

“Algunos agricultores dicen que la morera es monocultivo. Para mí no es monocultivo. Da tiempo para trabajar en otro rubro, si tiene mano de obra disponible en la casa. En mi caso particular, me dedico a la sericicultura para renta, y después para nuestro consumo diario y familiar contamos con nuestra chacra”.


PRODUCCION EN NUESTRO PAIS

El capullo paraguayo puede producir, hasta el momento, 1100 metros de hilo, lo que representaría el 85% del capullo. Por su parte, cada capullo de Japón o Corea produce alrededor de 1400 a 1500 metros de hilo, debido a que esos capullos son más grandes y los gusanos se alimentan en mayor cantidad.

Está demostrado que las condiciones para obtener capullos de primera calidad en nuestro país, son óptimas, por lo que la producción es factible y remunerativa, pues las ganancias rondan los G. 700.000 a G. 1.500.000 mensuales. La mano de obra puede ser netamente familiar e incluso queda tiempo para dedicarse a otras tareas agrícolas.
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