Moringa, propiedades y uso - Ing. Agr. Luis Santacruz (*)

Todas las partes –hojas, semillas y raíces– del árbol de la moringa oleifera tienen valor nutricional. Pero en las hojas se da una mayor concentración de nutrientes, especialmente si están secas. Las secadas al natural o con temperaturas inferiores a 40 ºC conservan un grado de humedad inferior al 6% y concentran una mayor proporción de nutrientes que las hojas frescas.

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La hoja seca de moringa se puede almacenar durante muchos meses sin perder su valor nutricional ni necesidad de refrigeración.

VALOR NUTRITIVO

Las hojas de moringa aportan nueve aminoácidos esenciales que necesitan nuestros tejidos y órganos. Los aminoácidos están en constante regeneración, reparación y autodestrucción. Precisamos tomar la proteína completa, porque no producimos los aminoácidos esenciales, y la moringa es una fuente proteica de calidad y vegetal. La calidad de las proteínas de las hojas de moringa supera a los alimentos con proteínas de origen animal que se encuentran en huevos, aves, pescados, carnes y productos lácteos. En cuanto a vitaminas, contiene la A, E y K, además de la C (15,2 mg/100 g), B12 (cianocobalamina) en 18,6 mg/100 g, B9 (ácido fólico) y B1, que ayudan al proceso metabólico de las células. Entre los minerales esenciales posee: calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio y zinc, en cantidades que facilitan las funciones vitales de huesos, músculos y producción hemoglobina. Tiene, también, ácidos grasos monoinsaturados, que tienen un papel importante en dificultar la inflamación y disminuir el colesterol malo. Posee carbohidratos y fibra. El aporte antioxidante de la moringa es 14 veces mayor que el del arándano y 100 veces mayor que el del té verde.

USOS DELA HOJA

Una de las formas más conocidas es la infusión. Calentar agua en un hervidor y colocar las hojas en una tetera o cafetera. Dependiendo del recipiente, proceder a decantar o colar para separar las hojas. Beber el agua “moringada” caliente o fría. Entre 6 y 9 g de hojas de moringa en un litro de agua equivalen a unas tres cucharadas soperas de moringa en polvo. En ambos casos, si la moringa se deja más tiempo (incluso 4 h) en la tetera o cafetera, su sabor no se altera por uno más fuerte o amargo, sino que permanece suave y vegetal. Las hojas de moringa  pueden macerarse en agua fría. El tiempo de maceración varía en función a la cantidad de hoja y agua, pero dejar 45 min en agua templada entre 6 y 9 g de hoja serán suficientes para que la mayoría de los nutrientes hayan pasado al agua. Se puede dejar la hoja en el agua durante horas sin problema alguno. El uso de la hoja en maceración permite preservar todos los micronutrientes, algunos de los cuales son sensibles a temperaturas altas.

EN COMIDAS

Otra forma de aprovechar las excelentes propiedades de la moringa es salteando sus hojas con ensaladas, pastas, guisos e, incluso, helados y macedonia de frutas, entre otros platos. La moringa tiene un sabor suave que no interfiere con los otros alimentos y se ha demostrado que los diferentes métodos de cocción no alteran sus excelentes propiedades nutricionales.

EL POLVO

El polvo de moringa ofrece un sabor vegetal agradable, intenso en el paladar. Su olor nos trae recuerdos de plantas herbáceas (perejil, regaliz de palo) y a hierbas (yerba mate, laurel). Espolvorear directamente sobre todo tipo de platos, en batidos y salsas, resulta en un rico aporte de nutrientes sin alterar el gusto principal y brindando una intensa pincelada de verde pradera sobre los mismos. El polvo de hojas de moringa es fácil de usar; basta esparcirlo en cualquier plato de nuestra alimentación diaria.

(*) Especialista en el cultivo de moringa

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