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En estos tiempos, la población local, así como la de otros países, demanda –en mayor medida– productos ecológicos, orgánicos y naturales que, por lo general, tienen un precio diferencial por el proceso de producción y envasado, a más del costo inherente a los registros requeridos. Las empresas que apliquen estrategias que muestren que preservan el medio, probablemente, ganen adeptos y puedan elevar sus ventas.
LA REALIDAD
La problemática ambiental es uno de los desafíos que a nivel mundial ha llevado a los países a reunirse en cumbres, diseñar y difundir políticas públicas de minimización de impactos, elaborar y consensuar los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible; declarar días mundiales, como los del agua, el suelo, la biodiversidad, los humedales, la capa de ozono y otros. Las empresas también son conscientes de esta lamentable realidad que golpea, sobre todo, a los sectores de población más vulnerables y pueblos originarios. Lo ambiental, de hecho, ya ocupa su espacio, con buenos ejemplos, como la modificación de productos y aparatos más ecológicos (relojes, automóviles, celulares, paneles solares para uso doméstico, agricultura, ganadería), procesos de producción y empaques más amigables; publicidad ambiental que sensibiliza a los usuarios a ahorrar papel, luz, agua; cuidar los árboles, sistemas agroecológicos y agrosilvopastoriles de producción; alimentos menos perjudiciales para la salud; bolsas biodegradables, de tela y otros.
EL ROL DE LAS EMPRESAS
Para el mejor posicionamiento de una empresa por sus logros ambientales, es importante que demuestre que sus procesos, productos y canales de comercialización tienen en cuenta el reducir el impacto ambiental. Así, ya existen alimentos que utilizan el ka’a he’ê en su elaboración. Se cuenta con alimentos orgánicos de amplia difusión. En otros casos pueden usarse insumos renovables, optar por fuentes limpias de energía para producir, contar con mecanismos o plantas de gestión y reciclaje de residuos, usar bicicletas para repartos en lugares próximos (una forma limpia y económica).
CONCLUSIÓN
Hoy, los mismos consumidores son los que demandan alimentos, productos y servicios obtenidos bajo procesos menos contaminantes del ambiente. Por lo mismo, los países tienen que trabajar, formular y aplicar estrategias a fin de contar con sociedades más atentas a lo ambiental, con hábitos de consumo que preserven el medio y sean más sustentables.
(*) Especialista en Comunicación Rural.