Manejo de las pasturas en ganadería - Ing. Agr. Fernando Nenning (*)

El mejoramiento de las pasturas, desarrollado por el grupo CREA Samu´u, está dirigido al incremento de los sistemas ganaderos de la región, basado en reducir la cantidad biomasa que se pierde en el campo, resultado de la acumulación de grandes cantidades y tamaño de planta. El objetivo es plantear un diseño distinto al tradicional, consistente en achicar el tamaño de materia verde para propiciar mayor foliocidad. Esto se traducirá en pasturas de mejor calidad y la optimización del consumo animal.

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Durante muchos años fue considerado que tener una pastura de grandes volúmenes en altura era un signo de riqueza o, por lo menos, de abundancia de pasto y, por lo tanto, de forraje disponible para la hacienda. Este tipo de arquitectura en las gramíneas fue configurando que los potreros tengan una linda vista con mucho pasto en apariencia. Esto se daba porque, al ver la pastura desde la perspectiva de una persona parada, las plantas presentes en el potrero impedían ver el suelo, generando una sensación de buena cobertura. No obstante, la realidad indica que los espacios intermata (de planta a planta) eran de gran tamaño, condicionando la cobertura y oferta forrajera real. Las plantas altas propician el crecimiento en altura de las plantas vecinas, estimuladas por la competencia de luz -que se ve aumentada a medida que crecen-, incrementando sustancialmente la proporción de tallos, lo que ofrece una baja calidad forrajera, limitando aún más el consumo por parte del ganado.

EXPERIENCIA DE CAMPO

Hace dos años, al comenzar a cargar más los campos con más kilogramos por hectárea y empezar a manejar el pastoreo para esas cargas, pasamos de300 a500 kg/ha/año en promedio y se verificó, en la práctica, aquello de lo que hablaba la teoría. Se encontraron espacios de suelo desnudo (intermata) que quedaban al descubierto, que al exponerse mejoraba la intercepción de la radiación solar y competencia para las plantas nuevas, incluso, para los macollos latentes de la misma planta. Igualmente, las semillas que estaban en el campo se vieron estimuladas para su germinación, con lo que aumentó el número de plantas en el potrero.

Con el aumento de la carga animal comenzó a pastorearse cada vez más abajo y, como círculo virtuoso, fue posible obtener más plantas por metro cuadrado. La estrategia es bajar los tallos al mínimo en invierno y en época de crecimiento (primavera, verano y otoño) dejar un remanente no menor a30 cm.

MEJOR OFERTA FORRAJERA

Con el escenario planteado y una mayor demanda de forraje verde fueron posible satisfacerlas gracias a una superior oferta de plantas nuevas que entregaban mejor calidad forrajera. Aunque el incremento se observó en el consumo animal, ya que al estar las plantas intensamente pastoreadas, disminuyeron su tamaño y mejoraron la oferta de láminas (hojas), con la correspondiente disminución de los tallos. Así, el campo ofreció una mayor calidad nutricional en cada bocado, con una mayor digestibilidad. Esto, a su vez, favoreció la velocidad de pasaje y, en consecuencia, el consumo del ganado bovino.

MAYORES RENDIMIENTO EN CARNE

Disminuir la altura del forraje, con una mayor carga animal para la obtención de más láminas, permitió una mayor calidad de las pasturas que, sin duda, posibilitó una mejor producción por hectárea; es decir, mejores niveles de conversión cárnica por hectárea.

El planteamiento manifiesta la posibilidad de ajustar la curva de oferta forrajera mediante el manejo de la carga animal al máximo en verano y disminuir levemente en invierno. Esto permite un aumento sostenido de la carga media.

SISTEMA PRODUCTIVO CALIFICADO

Teniendo en cuenta las ventajas productivas del sistema, mediante un planteo teórico fue diseñado en Excel una planilla para ver la carga de kilogramos por hectárea para todo el campo, mes a mes, de tal modo de considerar el ingreso de animales, las salidas por venta y mortandad, y los aumentos de peso para cada mes del año. Con este modelo es factible observar, con una anticipación de más de un año, cómo estará la carga animal en la temporada y año siguiente.

Mediante el análisis de estos datos, el productor puede definir cambios en los ingresos o las salidas de bovinos, de tal forma de moderar el consumo de forraje, haciendo una adaptación acorde a la curva de oferta alimenticia, propia de cada campo y estación del año.

MONITOREO TECNIFICADO

Con la visualización en perspectiva, a través de la imagen tomada por drones, es posible mensurar con precisión que los espacios intermata se van cubriendo de plantas, lo que representa mayor forraje disponible para la hacienda. Así, poco a poco, año tras año, se impone la idea de mayor cobertura para obtener mejor calidad nutritiva en las pasturas.

Cabe mencionar que no todos los años se puede cargar a fondo un campo, ya que esto depende de las reservas hídricas; es decir, lluvias para los pastos y agua para la bebida de la hacienda. En lo que refiere a este último, fue necesario rediseñar el sistema para soportar la mayor demanda de verano.

PRECIPITACIONES

Si bien las lluvias no pueden ser controladas o manejadas por el productor, no obstante, cuando el campo está más cubierto de plantas en cada metro cuadrado de terreno existen mejores posibilidades de aguantar una sequía. Esto significa mayor reserva de pasto en pie, aun cuando se haya pasado por periodos de verano. Con el aumento de cargas fue posible optimizar las reservas forrajeras para periodos críticos, así es que se producen fardos-rollo de heno de buena calidad. Dicha variable depende del corte en el momento oportuno, o sea, cuando el pasto está en excelentes condiciones.

(*) Especialista en pasturas – INTA

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