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La región de pastizales templados comprende: el centro-este de Argentina, el Uruguay, el extremo sur de Brasil y una parte de la región oriental de Paraguay. Por sus características y riqueza en pastos naturales, estos ecosistemas han servido para el crecimiento agropecuario de la región. Así, los pastizales han sido sustituidos por el monocultivo (soja) o la agricultura intensiva, o bien transformados en campos para la ganadería tradicional y la que aplica sistemas intensivos de cría.
LAS CONSECUENCIAS
En la actualidad quedan porcentajes mínimos de zonas con pastos naturales Las prácticas inadecuadas y poco conservacionistas de pastoreo, incluyendo otras como las quemas, han afectado los pastizales y su ritmo de crecimiento y multiplicación, y con ello, se ha deteriorado la rica la diversidad biológica que en estos ecosistemas existía: especies vegetales y animales cuyos hábitats, fuentes de alimento y de reproducción han desaparecido o bien se han modificado, poniendo en peligro la existencia de muchas de ellas.
Pese a que Paraguay posee comparativamente una pequeña extensión de este tipo de ecosistemas, la situación debería llamar a la reflexión. Por ejemplo, un informe de la BBC Mundo, de enero de 2011, ya advierte del peligro de que la región sur del continente se quede sin pastizales y sin aves migratorias: un lamentable doble escenario de graves consecuencias ambientales. “El ecosistema de la región en los últimos decenios fue intensamente transformado por la actividad humana", afirma un documento proporcionado a BBC Mundo por la ONG Guyra Paraguay. Y agrega: “Aunque sus características esenciales aún se mantienen, el panorama de los pastizales del Cono Sur sudamericano es sombrío, pues las reservas naturales representan menos del 1% del área de este ecosistema y en algunas regiones el porcentaje cubierto por áreas protegidas es inferior a 0,3%”.
ALIANZA DEL PASTIZAL
Ante esta crítica situación, se crea la denominada Alianza del Pastizal: un esfuerzo de varios actores del Uruguay, Argentina, del sur del Brasil y del sur del Paraguay, que plantean producir carne de manera sustentable y con sello propio, integrando la actividad pecuaria con la preservación de la biodiversidad; en concreto, la conservación de los pastizales naturales y de la vida animal y vegetal.
CARNE DEL PASTIZAL
Para producir carnes con este sello, los establecimientos o campos deben cumplir varios requisitos, a saber: Tener como mínimo un 50% de pastizales naturales en buen estado de conservación. Los animales deben tener acceso a suficientes fuentes de agua y sombra. El establecimiento debe contar con sus papeles en regla, incluyendo empleados y planes sanitarios. Los animales que se faenen bajo la certificación de Carnes del Pastizal, podrán recibir hasta un 30 % de concentrados o el equivalente al 1% del peso vivo, en la dieta. Otros requisitos deseables son las instalaciones que brinden seguridad y bienestar a los animales, contar con áreas naturales protegidas y oficialmente reconocidas, manejo adecuado de los perros en la hacienda y presencia de especies silvestres de flora y fauna.
CONCLUSIÓN
La producción cárnica, preservando los pastizales, es la que permite contar con un sello de comercialización que garantiza las condiciones de producción, el cuidado del ambiente y de sus recursos naturales, así como la calidad de los cortes que se consumen. Es una alternativa para la producción pecuaria bajo sistemas amigables con la biodiversidad, o sea, una manera bien concreta de incentivar una ganadería sustentable; una ganadería extensiva y tradicional o natural. Una manera de contribuir a la cría pecuaria con enfoque de bienestar animal y de respeto a las cinco libertades que tienen los animales.
(*) Especialista en Comunicación Rural