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Las lombrices son animales invertebrados, hermafroditas y depositan sus huevos en una cápsula llamada cocón para protegerlos. Si bien es cierto que estos animales son conocidos desde la antigüedad, su trabajo en cautiverio para obtener mayores beneficios agronómicos es bastante reciente. La especie más estudiada para el efecto ha sido la Eisiena foetida, también conocida como lombriz roja californiana, que tiene cualidades muy interesantes para ser manejada en producción intensiva. Esta lombriz es fuerte y resistente, se adapta con mucha facilidad a un gran espectro de suelos y climas. Además, es dócil y se mantiene dentro del área en que se la trabaja. Tiene la propiedad de que cada siete días deposita un cocón que contiene entre dos y 25 lombrices; su tamaño promedio es de seis centímetros, pudiendo llegar a nueve centímetros en estado adulto, pesando unos 0,5 gramos; en condiciones especiales de crianza puede llegar al gramo.
La Eisiena foetida come vorazmente; ingiere un gramo de basura al día, llegando a consumir el 90 % de su peso en un solo día. El 40 % lo utiliza para vivir; el resto se convierte en humus. Se alimenta de todo tipo de desechos orgánicos, y transforma con mucha rapidez lo que consume en un buen fertilizante para todos los cultivos. De la lombriz se pueden obtener diferentes productos; entre ellos, el humus solamente o complementarlo con la extracción de las lombrices adultas, que ya no sirven, para transformarlas en materia proteica para la alimentación animal.
Se utiliza la harina lombriz en forma directa como fuente proteica en la cría de cerdos o aves, produciendo una proteína de excelente valor biológico por la cantidad y calidad de sus aminoácidos, sobresaliendo entre ellos la lisina, muy buena para el período de crecimiento y desarrollo de los animales. Es muy útil cuando se utiliza la mandioca seca o popí, como fuente de energía, ya que esta tiene deficiencia en este aminoácido indispensable. Si las lombrices se secan adecuadamente para no dañar sus propiedades, se hace una harina de lombrices y se puede obtener un producto de alto contenido proteico, con 70 % de proteína bruta. En ensayos realizados en pollos parrilleros y alimentados con harina de lombriz, se lograron mayores rendimientos con respecto a aquellas aves alimentadas con harina de carne en la misma proporción; reduciéndose el consumo de alimento en un 13 %. En otras palabras, la conversión alimentaria fue mejor en comparación con los alimentados con harina de carne. Ambos productos obtenidos en la lombricultura son muy bien apreciados en el mercado nacional e internacional. Empresas dedicadas a este tipo de emprendimiento venden las lombrices iniciales y se comprometen a comprar toda la producción de lombrices. El humo es muy bien comercializado en nuestro medio, con un precio base de G. 7000/ kg. La lombricultura es una buena y efectiva alternativa para reciclar la basura orgánica de los hogares, producir humus para la agricultura; lombrices para pesca y harina para la alimentación animal. Si se hace un trabajo de lombricultura en 1000 m², se pueden producir 200 ton. de humus y obtener 240.000.000 de lombrices.
La educación es la base del desarrollo de las comunidades. “p. m. g.”