Logran captar 65% más de agua de lluvia con nuevo sistema

LOMA PLATA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Un nuevo experimento de captación de agua (lluvia) sobre superficies preparadas se ha iniciado en el Chaco Central, en enero y febrero último. El simple sistema tiene camellones, tajamares y bombas, sobre una superficie de 28 hectáreas. Acumula 140.000 m3 de agua y podría poner fin al déficit crónico de lluvias en el Chaco, si es aplicado en forma múltiple, aseguran.

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Esta captación de agua es una solución demostrada ya en la práctica, y también científica y económicamente”. Así lo dicen los ingenieros agrónomos Willy Giesbrecht y Wilbert Harder del Servicio Agropecuario de la cooperativa Chortitzer Komitee. Muchos ya han sido los experimentos para solucionar la escasez de agua en el Chaco, que conlleva altos costos adicionales. En la sequía 2002/3, esta colonia gastó en transporte de agua para uso doméstico, industrial y la ganadería, US$ 600.000.

“Vimos morir plantaciones de algodón y maní, animales vacunos y silvestres, y pobladores obligados a tomar créditos para solventar los gastos”, comenta Giesbrecht. De diferentes ideas y visitas a Israel, donde se capta el agua que se escurre de las montañas, encontraron que mucha agua en el Chaco queda sobre la superficie, al lado de caminos, estancada, en vez de ser canalizada a algún reservorio.
Empezaron a construir un modelo sobre una superficie de 28 hectáreas. Encamellonaron una superficie de 20 hectáreas, haciendo canales cada 6-8 metros con motoniveladora, ubicando la tierra excavada entre los canales. Parece un área llena de caminos. La altura de los camellones es de 50-60 cm, y el declive de 3%. De ahí el agua de lluvia es acumulada primeramente en un tajamar pulmón, para luego bombearla al tajamar reservorio principal (200 x 75 m), rodeado de una represa o terraplén elevado.

Este reservorio tiene 10 metros de profundidad, una parte encima y otra debajo de la superficie, teniendo en cuenta el gran potencial de evaporación superficial de 1.500 mm/año (15%) que tiene el Chaco.


Con este sistema, que costó 200 millones de guaraníes, se acumula fácilmente 140.000 m3 de agua, suficiente para garantizar durante todo el año la provisión de agua a la planta láctea Trébol. Un sistema similar ya tiene también el frigorífico Frigochorti, y la chacra experimental en Isla Po’í, para producción agrícola.

El sistema provee agua tipo tajamar, para uso industrial y agropecuario, pero de igual manera podría ser modificado de tal manera para infiltrar el agua al subsuelo del reservorio y extraerlo después como agua potable apta para uso humano, según aseguraron.


CAPTA 60-65% DE LA LLUVIAUn tajamar convencional, sin cuneteada correspondiente, capta no más de 5-10% de las lluvias, y si el tamaño es menor a 40 mm, prácticamente no hay acumulación (escurrimiento) de agua. Sin embargo, con lluvias menores de 40 mm y área de captación de agua, se puede acumular el 37,6% de las precipitaciones, lo que significa un adicional por año 2.326 m3 de agua.­
En tiempos normales, una lluvia de 100 mm, el sistema de cosecha superficial capta el 80% de las precipitaciones. Según los ensayos de Giesbrecht y Hareder, el promedio de la cosecha de lluvias, con área de captación, es de
60-65%. Teniendo en cuenta un régimen pluvial anual de 850 mm, se obtiene un adicional de unos 5.000 m3/Ha para el reservorio. Lo que esto significa, se comprende, cuando se observa que en tiempo de sequía, el suelo absorbe entre 100-120 mm, recién después el agua empieza a acumularse y escurrir.­

MENOR COSTO POR LITRO
Giesbrecht y Harder concluyen que con este sistema de captación superficial de agua se gana 2,5 m3 de agua por cada m3 de tierra removida, y el costo por litro sería 2 guaraníes. En tiempos de sequía, en el Chaco Central se paga entre 18-22 guaraníes por litro de agua, ofrecida por pequeñas empresas de transporte que surgen como hongos a la superficie. Por otro lado, el precio inicial para el famoso proyecto acueducto, que promete hace años traer agua del río Paraguay hasta Loma Plata (200 kms.), es de unos 12 G./litro.


Estos números son importantes, teniendo en cuenta el sector primario, donde primeras experiencias indican que se puede quintuplicar la producción agrícola; por ejemplo, de maní, algodón o de hortalizas, porque el suelo chaqueño es muy fértil, solo falta agua suficiente.


Un cultivo de algodón, para espesar su potencial de producción, necesita 1000-8000 m3 de agua en su ciclo. Las lluvias en el Chaco traen solo 4-5000 m3; se le dio al cultivo 3.000 m3 más de agua por riego, y se cosecharon 4.200 kg/Ha. Lo mismo se consiguió con maní, 5.600 kg/Ha.

Un ganadero que tiene 100 animales, debe preparar una superficie de 10.000 m2, para garantizar agua para sus animales, calculando un promedio por día de 70 litros. En cuanto al consumo humano (no indígena), en el Chaco es de 100 litros/día/persona. Para garantizar este volumen durante todo el año, el área de superficie de captación sería de 100 m2, según nuestros entrevistados.

Willy Giesbrecht ya tiene en funcionamiento cuatro de este nuevo sistema de captación de agua en sus estancias y chacra particular. “Una hectárea sacrificada para 100 animales. Tengo 1.000 animales vacunos, así que destino 10 hectáreas para captación de agua y funciona muy bien. El tajamar de mi vecino está vacío y el mío todavía tiene la mitad de agua”, dijo. Además es productor de maní y algodón con riego, a través de la captación superficial de agua, y consigue enormes cosechas en pleno suelo chaqueño. “5.600 kg/Ha de maní y 4.200 kg/Ha de algodón, todo de primera calidad. Con el riego, esto significa una superficie cinco veces menor, cinco veces menos insecticidas, con una producción cinco veces mayor”.


DISCUSION
Giesbrecht agregó que las colonias del Chaco Central van a entrar en mayores problemas como nunca antes, si no vienen más las lluvias grandes como antes. Además expresó sus severas dudas sobre la calidad de agua de los techos de zinc y de pozos someros, donde habría una variedad de minerales dañinos.

Para los agrónomos entrevistados, el agua del río Paraguay (proyecto acueducto) es caro; traer el agua del acuífero Yrenda también, así también la producción de agua potable a través de la osmosis inversa (desalinización). “Entonces, nuestra idea era buscar agua más barata, para que pueda acceder a este vital líquido más gente. Ahora, para facilitar este sistema a sectores de menores recursos, como por ejemplo las comunidades indígenas, se debería recurrir a fuentes externas de financiación, pero sin descuidar la tecnología aprobada en la zona”.

Consideran que el nuevo sistema funciona y no significa un mayor impacto ambiental negativo. También en cuanto al costo-beneficio, dijeron que es altamente positivo, teniendo en cuenta que para garantizar el agua para 100 animales, se “sacrifica” solo una hectárea. Mirando el costoso proyecto de acueducto, dijo que “comparamos los precios, si se puede bombear el agua del río Paraguay hasta el Chaco Central (200 kms.) en forma más barata, fantástico, pero si sale más caro que 2 ó 3 guaraníes el litro, entonces tenemos que ver. La captación de agua es una solución demostrada en la práctica, científica y económicamente”, aseguró.
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