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La producción de lechuga bajo el sistema hidropónico se inició hace nueve años y medio en la zona de Katueté. Surgió como una necesidad de trabajo en el campo. Luego, mediante la búsqueda de información, se optó por este tipo de producción que no era muy utilizado, pero que parecía viable en aquel tiempo. El camino recorrido para producir lechuga utilizando agua y no tierra, no fue fácil, pues, pese a la preparación teórica por casi tres años, la práctica fue totalmente distinta.
AYUDA EN EL EXTERIOR
Durante el inicio del sistema de cultivo, no había técnicos especializados en el tema de hidroponía, por lo que fue necesario ir al Brasil para conocer más acerca de la tecnología. El detalle que faltaba a la producción de lechuga hidropónica era la dosificación de los fertilizantes y nutrientes a utilizar en el agua, los cuales, en su mayoría, no se encontraban en plaza. Posteriormente, con los conocimientos adquiridos y tras unos ajustes, se empezó a trabajar adecuadamente en las parcelas.
ACTUALIDAD
Hoy, la producción de lechuga es sustentable y se cuenta con invernaderos para el trabajo. “El 90 % de nuestra producción es lechuga, por la facilidad que encontramos en producirla y, además, el mercado solicita la hortaliza todo el año. Sin embargo, tenemos berro, apio, rúcula, que producimos para diversificar. Más adelante, la idea es introducir cebollita de hojas y perejil en este sistema”.
TECNOLOGÍA
Para producir bajo el sistema hidropónico no se requiere de mucho espacio, ya que en un terreno de 36 m de largo x 30 m de ancho pueden obtenerse 8500 plantas de lechuga. Será importante atender a la distribución del agua: recurso indispensable para este emprendimiento. A través del líquido vital llegarán los nutrientes y fertilizantes a las raíces de la planta. Es fundamental disponer de un tanque de agua, una bomba y un temporizador que controlará la frecuencia de funcionamiento del equipo en el campo, que habitualmente ronda los 15 mi de trabajo e igual periodo de descanso. Por otra parte, todo queda cubierto bajo un invernadero para proteger a las plantas y otorgar un clima óptimo para los vegetales.
APLICACIÓN DE NUTRIENTES
Los productos se aplican en el tanque para que se diluyan en el agua y la bomba distribuye por los caños a la planta. Dichos caños cuentan con perforaciones por las cuales sale el agua que va recorriendo los canales. Cada canal es independiente y a cada 12 m posee un desagüe que por medio de otra cañería devuelve el agua nuevamente al tanque. De esta manera, es posible la circulación de agua para que las plantas no queden sin nutrientes.
Los nutrientes que van al agua están compuestos por macro y micronutrientes. En los primeros figuran nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre; mientras que en los últimos están el hierro, zinc, cobre, molibdeno y manganeso.
LIMPIEZA Y REPOSICIÓN
La limpieza de los tanques se realiza cada 15 días. Además, el operario deberá controlar las perforaciones de los caños para que no sufran taponamiento y el agua llegué bien al sistema radicular. Asimismo, se efectúa la reposición de nutrientes. Para esto, existe un aparato llamado conductímetro, encargado de medir la concentración del agua. Si la lectura del equipo lo indica, se hace la reposición, lo cual varía de una a tres veces al día.
TIERRA VERSUS AGUA
Existe una gran diferencia entre producir en tierra o en agua. En hidroponía, uno puede cosechar más veces por año, mientras que en tierra no. “De acuerdo a nuestras experiencias, llegamos, incluso, a las 11 cosechas por año en un solo espacio; aunque lo normal son nueve cosechas anuales. Esto quiere decir, una cosecha al mes, aproximadamente.
Por otra parte, la producción es durante todo el año, lo que permite contar con lechuga durante los 12 meses. El verano es la estación con mayor demanda de la planta, que se comercializa en supermercados o a través de compradores particulares.
(*) Productor de lechuga hidropónica – Canindeyú