En el Mediterráneo, el laurel crece aún en forma silvestre, en nuestro país se da muy bien en diferentes lugares, sobre todo en aquellos en donde la helada no le causa daño. Sus hojas, de color verde oscuro, son duras y lustrosas, principalmente en la parte que está más superficial. Sus flores, de color amarillo verdoso, son pequeñas y se presentan muy adheridas al tallo y, al igual que sus hojas, son muy aromáticas.
Esta planta se adapta a la mayoría de los suelos, aunque va mejor en los que tienen un buen drenaje y disponen de mucha materia orgánica, lo que favorece su desarrollo. Existen muchas variedades de laurel en nuestro país, es por ello que hay que saber diferenciarlos para conocer el destino que se le van a dar. En este caso, nos estamos refiriendo al laurel común o laurel nobilis, que se utiliza tanto para obtención de una buena madera, por su dureza y color, como de sus hojas y sus frutos para dar gusto a las comidas o para hacer preparados medicinales, ya sea utilizando la hoja en forma directa o por medio de la obtención de su aceite esencial.

Se puede planificar un cultivo en el campo, en el jardín o en las macetas. En todos los casos, podemos recurrir a otras plantas donde haya vástagos que broten cerca y se los saca con una buena cantidad de raíces, que se pueden plantar en el suelo o en macetones. En el primero de los casos, podemos ver que la planta puede alcanzar más de 12 metros; en cambio en las macetas no superarán los 2 metros, más aún si se le realiza la poda de corrección adecuada. Se le puede dar diferentes formas de acuerdo al lugar donde se lo destine. Esta planta, una vez desarrollada, resiste bien las temporadas de seca, mas no así las heladas, por lo que es bueno ofrecerles reparo para que no sufran mucho en invierno. Se pueden reproducir también por esquejes o semillas, aunque esta última técnica lleva más tiempo.

En la antigüedad, se coronaba de laureles a personas destacadas en el arte y en el deporte, ya que le atribuían propiedades protectoras, porque se creía que evitaban la caída de los rayos sobre los portadores de ramos o coronas.

La planta de laurel está emparentada con el aguacate, la canela y el alcanforero.

Las hojas secas se pueden usar para dar sabor a las comidas, para preparar tisanas, para abrir el apetito o para combatir algunas afecciones respiratorias. Las hojas frescas pueden aplicarse con buenos resultados en las picaduras de insectos. También se pueden fregar sobre la superficie de los lugares con dolores reumáticos, en las tendinitis y dolores musculares, se friega en la zona con la superficie lisa de la hoja, luego se la rompe entre los dedos y se vuelve a refregar en la parte dolorida.
Se debe evitar el uso en las comidas del laurel cerezo, cuyas frutas moradas son tóxicas.

El cultivo de laurel no solo tiene valor económico por su madera, sus hojas y frutos, sino que son un buen fondo decorativo para los jardines.


Consuma lo que el Paraguay produce.
Produzca lo que el Paraguay y el mundo necesitan.

Recuerde: "El Paraguay puede":