Las abejas nativas en peligro de extinción

En América del Sur existían antes de la llegada de los españoles, más de 200 especies de abejas nativas sin aguijón, llamadas melipónidos. Estas abejas de diferentes tamaños, según la especie, son las responsables de la fecundación o polinización de más del 98% de los árboles y arbustos nativos.

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Prof. Pedro A. Boggino.

El investigador sobre la presencia de las abejas melíferas en América del Sur, Dr. Antonio Bierzychudek, en su libro Historia de la Apicultura Argentina, afirma que historiadores como Ulrico Schmidel, Pedro Mariño de Lovera, José de Acosta, Garcilaso de la Vega “El Inca”, Martín Dobrizhoffer, y muchos otros más, al describir sus viajes, relatan la abundancia de abejas sin aguijón que poblaban los montes y selvas americanas, de las cuales se extraían grandes cantidades de miel y cera, abasteciendo con estos productos las necesidades de los naturales y extranjeros que llegaban en estas regiones.

La llegada de las abejas melíferas traídas por los españoles, causó un impacto en la supervivencia de las abejas nativas, ya que al ser más grandes y más numerosas por colonia, fueron competidoras, haciendo que estas se retiraran hacia lugares en que no habían aún penetrado las abejas europeas. Además, la deforestación practicada en nuestros bosques, en forma cada vez más irracional, hizo disminuir el hábitat de las nativas, ya que estas tienen necesidad de algún hueco de un árbol para anidar mientras que las europeas prosperaban en cualquier caja o colmena proveída por el hombre.

Indudablemente, la producción de miel de las abejas melíferas es mucho mayor que la de las meliponas; sin embargo, la cantidad de colonias silvestres que existían y la variedad de ellas, hacía que la producción y el aprovechamiento de la miel fuesen suficientes para el consumo de los habitantes indígenas.

En cuanto a la efectividad de la polinización, indudablemente las abejas nativas estaban adaptadas a las plantas americanas, por lo tanto, árboles con flores pequeñas, de cáliz profundo y estrecho como el lapacho, yvyrapytã y otros, solamente podían recibir a abejas de porte pequeño, es decir, a ciertas especies de abejas nativas.

La reforestación en nuestro país con especies nativas necesitan urgentemente el concurso de abejas también nativas para su buena polinización. Hoy, que la masa boscosa de nuestro país está decreciendo, también la cantidad de melipónidos va camino a la extinción, a excepción de algunas especies como: el llamado “Peluquerito” (Scaptotrigona depilis); el Rubito, llamado también Jate’i (Tetragonisca angustula); Tymbypara o tymby kyrasa (Melipona fabosa); Bora (Tetragona clavipes); Apynguare’i guasu (Plebeia droryana); Apynguare’i (Friesella schrottky). Otras especies en extinción o casi en extinción son la Melipona quadrifasciata; Cephalotrigona capitata; Melipona marginata; Melipona nigra; Nannotrigona testaceicornis y muchas otras.

Reforestacion con especies nativas

Hoy por hoy se puede escuchar, tanto de organismos gubernamentales y ONG, de la necesidad de la reforestación. Sin embargo, no hemos escuchado de ninguna de estas organizaciones, que tengan en sus programas la conservación de las especies nativas de abejas en las reservas que ellas dicen salvaguardar.
Las abejas nativas son las más depredadas entre los insectos útiles de nuestro país. Al no tener aguijón como la abeja melífera está al alcance permanente del hombre, y también su cría, que no es conocida ni estudiada, y al extraer la poca miel que tienen las colonias se pierden irremediablemente. Por eso es imprescindible que instituciones dedicadas a la conservación de las selvas y bosques que aún existen, realicen trabajos de conservación y multiplicación de las especies que pudieran encontrarse aún en el área de su jurisdicción.

Arquitectura de los nidos

Mientras que los alimentos y las crías de las abejas melíferas están dispuestos en panales de cera, ubicados verticalmente unos al lado de otros, las abejas nativas tienen sus panales de cría en forma horizontal y superpuestos, generalmente envueltos en fina capa de cera a modo de protección a las variaciones térmicas. Esta envoltura cérea llamada involucro, tiene a su vez en la parte externa, en los costados y arriba, unos depósitos de forma esférica llamados potes, en los cuales depositan la miel y en otros el polen. Es por eso que las colmenas para abejas indígenas difieren fundamentalmente de las colmenas para abejas melíferas.

Las colmenas para melipónidos deben tener ciertas características especiales para permitir el desenvolvimiento normal de la colonia, y al mismo tiempo facilitar los trabajos, como la cosecha de la miel, la alimentación en tiempos de necesidad o en casos de la revisión de la misma; la multiplicación de las colonias, operaciones que deben realizarse sin sacrificar abejas.

Desde tiempos antiguos, según atestiguan grabados descubiertos en el imperio de los mayas, estos criaban melipónidos en recipientes que mantenían cercas de sus casas. Entre nuestros campesinos se puede también observar que algunos tienen colgados en el alero de sus viviendas una o varias calabazas con alguna colonia de melipónidos.

Colmenas para abejas indigenas

Muchos científicos y estudiosos, convencidos de la importancia de un polinizador para las plantas, se han preocupado por construir una colmena que facilite la crianza de las mismas.

Estudiosos como Mariano Filho, Virgilio de Portugal Araujo, Augus M. Gorenz, Luiz von Zuben y otros más, recientemente han tratado de encontrar la colmena ideal para las abejas indígenas. Así como el doctor Paulo Noguera Neto y el doctor Warwick Estevam Kerr, han diseñado colmenas muy buenas para la crianza de estas abejas.

Colmena Nogueira-Neto

Uno de los grandes estudiosos de la biología de los melipónidos, sin dudas, es el Prof. Dr. Paulo Nogueira-Neto, que ha sido creador de varios tipos de colmenas como se puede leer en su libro “Vida e Criacao de Abelhas Indígenas Sem Ferrao”.

Colmena Igor Fleischer

La colmena IF fue creada por el ingeniero Igor Fleischer, que es una colmena genial, pues aparte de su sencillez, el mismo interesado puede construirla con retazos de madera, como puede verse en el dibujo, y después de poblada podrá ser ubicada en el jardín, donde servirá como un motivo de observación y solaz sin causar molestias a las personas, ya que al no tener aguijón no representan peligro alguno. Además, la observación de tan útiles insectos trayendo el néctar y el polen de las flores constituirá una fuente de esparcimiento especialmente para los niños, ancianos y a quienes puedan admirar aún el maravilloso equilibrio de estas criaturas de Dios con la florida vegetación del jardín.

No olvidemos que la polinización realizadas, por las abejas, tanto melíferas como meliponas, es fuente del 80% de alimentos en todo el mundo.

Para terminar quisiera exhortar a entidades públicas y privadas, que tienen reservas y parques bajo su responsabilidad en el Paraguay, a realizar la patriótica acción de iniciar programas de conservación, protección y multiplicación de las poblaciones de los insectos que hacen posible nuestra existencia.

Según el ilustre matemático Albert Einstein, si desaparecen las abejas de la Tierra, la vida del hombre en unos cuatro años se extinguiría de la misma.


Fotos: MATKEI
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