La leche de cabra

Rigoberto Gauto

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La leche de cabra es una necesidad para muchas personas que sufren alguna dolencia, pero es una delicia para otras personas sanas, a tal punto que, según informes, el 30% de la población mundial la prefiere sencillamente por el sabor.
Aunque en su composición no difiere mucho de otras leches, sin embargo, su fácil aprovechamiento la hace hasta indispensable a personas con organismo cansado o enfermas.
En este sentido, los médicos la recomiendan cada vez más a pacientes que sufren de alergias, osteoporosis, flatulencias y otras, mientras que las personas en convalecencias postoperatoria, con problemas digestivos, leucemia, las que siguen quimioterapia, y los ancianos recurren a leche de cabra y adhieren a ella, refiriendo alivio inmediato. Para los casos de estreñimiento, 50 gramos de cuajada con azúcar en ayunas es excelente solución.
Muchas personas que tienen la dentadura completamente sana refieren que en su niñez se alimentaron con leche de cabra. Por su parte, instructores deportivos recomiendan a sus alumnos el consumo de la leche para un mayor éxito en el deporte.
MOLECULAS PEQUEÑAS
Los médicos y especialistas señalan que la leche de cabra tiene las moléculas muy pequeñas, quince veces más pequeñas que las de otras leches. Por eso es fácil su digestión y adquiere el nombre de farmalimento o alimento predigerido.
Su absorción se inicia en tan sólo 30 minutos sin causar molestia alguna.
Por esta misma razón, el colesterol de la leche de cabra no se acumula en el organismo y puede emplearse en sustitución de otros alimentos para controlar el daño de ese lípido.

SABOR
Hay personas que sin haberla probado rechazan la leche de cabra, suponiendo que tiene sabor desagradable. Sin embargo, apenas la prueban adhieren a ella de una vez, pues el sabor es francamente agradable y, como es una leche homogeneizada naturalmente, da la sensación de que tiene más cuerpo para el paladar.
Es bueno saber, sin embargo, que la leche de cabra puede impregnarse de algún olor o aroma cuando el ordeño se realiza en lugar inadecuado, cerca de un chiquero de cerdo por ejemplo, o cuando el macho cabrío se guarda cerca del lugar, pues el chivo es el que despide olor desagradable, porque en la base de los cuernos tiene unas glándulas que producen ese olor característico y que constituye un estimulante sexual para las hembras.
Por otra parte, se sabe que cuando la cabra se ordeña sólo de vez en cuando, como ocurre en nuestro campo, el producto trae algún sabor desagradable, lo que ya no sucede en el tambo de producción intensiva, donde se ordeñan los animales al menos dos veces por día.
En el mundo moderno, el 30 % de la población consume leche de cabra y ya no se aparta de ella por necesidad o por sabor. Los que no consumen leche fluida, consumen queso hecho con ese producto. En el proceso de elaboración de ese queso se emplean diferentes métodos para darle distintos sabores, según la exigencia de los consumidores, entre quienes muchos lo quieren más “fuertes”.

COMPOSICION
La leche de cabra no contiene precisamente muchos más elementos nutritivos en comparación a otras leches. Un poco más de proteína y de grasa. Eso sí, tiene un 40 % más de calcio, fácil de asimilar por cualquier persona de cualquier edad.
Es rica en vitaminas y por eso se recomienda no hervirla, sino calentarla hasta unos 68 grados de temperatura y luego enfriarla de inmediato. Para ello se recomienda llevarla al fuego en baño María y retirarla cuando comienza a mostrar la telaraña o carilla antes de hervir. El enfriamiento se hace, si es posible, en agua bien helada. Luego se guarda en una botella en la heladera para seguir usándola cuando se quiera.
Se consume con el café, cocido o un té. Muchos la consumen fría y enterita, a cualquier hora.
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