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La falta de igualdad de condiciones para poder competir a nivel internacional, la competencia desleal del contrabando, el hecho de que Paraguay sea un país mediterráneo, entre otros, son los puntos que tiene en contra la actividad avícola en nuestro territorio. Nosotros tenemos mucha esperanza en que las nuevas autoridades le darán la importancia que se merece a la avicultura, sostuvo el Dr. Luis Chileli.
Según dijo, la producción paraguaya es eficiente, aunque actualmente se tiene una capacidad ociosa de 50% más o menos, lo que se podría cubrir exportando, lo que no es posible, debido a las trabas con las que tropieza la producción.
Sobre las granjas integradas, el directivo explicó que son las que trabajan con su empresa. Ellos les entregan los pollitos y las granjas se encargan de criarlos hasta los 41 días, tiempo en que les son devueltos listos para ser faenados.
Industrialización
La industria de la empresa también trabaja en forma integral, según nuestro entrevistado. Ella ofrece pollos enteros, con o sin menudencias, y cortes específicos. Aparte, tenemos una planta de subproductos, como la harina de pluma y aceite de vísceras, que se utilizan para hacer productos balanceados para perro y ganado. Es decir, aprovechamos el 100% del producto.
Bajo consumo
¿Por qué ocurre esto? Uno de los motivos fundamentales es el bajo costo de la carne vacuna y el hecho de que en Paraguay no existe una conjura alimentaria sobre este tipo de producto, como se da en los países europeos o dentro de la región como Brasil y Argentina. Es un trabajo a mediano y largo plazo. La tarea es concienciar a la gente que consuma más este tipo de productos y que exija un producto de calidad, destacó.
Un tabu que debe ser desterrado
Ante la consulta de qué hay de cierto en que los pollos tienen muchas hormonas y que por eso los humanos no deben consumirlos demasiado, nuestro entrevistado fue rotundo: No se utilizan hormonas en la producción avícola, ni aquí ni en ninguna parte del mundo. De lo que se habla es de hormona del crecimiento, y la utilización de esta es imposible en 42 días, que es el tiempo en que están listos los pollos para ser faenados, porque no tendría efecto. Además, la hormona es carísima. Es imposible usarla.
Por su parte, María José Zubizarreta, directora de la empresa, acotó a modo de comentario que alrededor de los años 50, tiempo en que criar un pollo insumía alrededor de 1 año, en Estados Unidos se experimentó con el suministro de hormona de crecimiento a los pollos parrilleros, pero como resultó muy costoso quedó solo en eso: en un experimento sin éxito, porque si bien el desarrollo del ejemplar se redujo a 6 meses, el costo resultaba muy elevado.
Eso sí, a partir de ahí se desarrolló una genética para el pollo parrillero. Tal como ocurre en el caso del ganado vacuno, existe la cría exclusiva para faena y la destinada a producir solamente leche. Entonces, son dos genéticas diferentes. Lo mismo ocurre con los pollos parrilleros y los de campo. Un pollo de campo jamás va a estar en 42 días, lapso en que se tienen listos a los pollos parrilleros.
El desafio: la exportación
Considerando que nuestro mercado es muy pequeño, la exportación sigue siendo la opción, aunque actualmente se cuenta con ciertos problemas para hacerlo, según Chileli.
En cuanto a la exportación, estamos con ciertos problemas. Nuestro mercado natural de exportación es la Argentina, porque estamos a un paso, pero tropezamos permanentemente con muchos problemas, y esta es una tarea pendiente de las autoridades nacionales, juntamente con la actividad privada, para tratar de superar esos problemas y poder llegar a ese mercado que tenemos a un paso, puntualizó.
Añadió que se encuentran abocados a la preparación de un documento a través del cual plantearán a las autoridades nacionales los problemas que padece la avicultura, a fin de encontrar algún tipo de solución.
Entre los problemas se encuentran los de status sanitario, competitividad con relación a los mercados vecinos, como el brasilero por ejemplo; y otros.
En Brasil, la avicultura tiene un gran apoyo con tasas diferenciales de impuesto a la renta y para los productos destinados al rubro, como es el caso del expeler de soja, que no paga IVA. Además tienen financiamiento a mediano y largo plazo para los avicultores, con tasas especiales y un año de gracia. Esto demuestra que tienen un incentivo para la exportación, y tanto, que Brasil se transformó en segundo productor avícola más importante del mundo, concluyó.