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El kumanda yvyra’i es científicamente conocido como Cajanus cajan. Es una leguminosa que tiene varias denominaciones. Esta planta también es conocida como ñandú o gandul, frijol de palo, guisante de paloma, último recurso, entre otras denominaciones. Es un arbusto que crece en forma erecta o angular, dependiendo de la densidad de siembra; es de ciclo corto. He trabajado con variedades bajas llamadas enanas, de algo más de un metro, y otras, las más comunes, que pueden alcanzar hasta cuatro metros. Todas tienen un buen rendimiento, sin notar variaciones significativas entre ellas. Esta leguminosa se adapta muy bien en los países tropicales y subtropicales; tiene una muy buena adaptabilidad a las variaciones de climas enmarcadas dentro de esas zonas. Posee una gran ventaja: resiste mucho la sequía y crece muy bien en los suelos de condiciones semiáridas. Esto permite su cultivo en muchas zonas de nuestro país con problemas de lluvias frecuentes. Por otro lado, también se utiliza para mejorar los suelos, tanto en sus propiedades físicas como químicas, elevando su composición orgánica, debido a que contribuye a la fijación del nitrógeno de la atmósfera al suelo por medio de los rizomas de su sistema radicular. En Valepai, Caacupé, utilizaba esta planta en la periferia de la huerta para protegerla del viento y usaba las hojas como abono. Teniendo en cuenta que toda la planta es comestible, podemos hacer preparaciones alimenticias con semillas maduras, verdes, vainas verdes con semillas, hojas verdes con ramas tiernas, y heno de ramas y hojas.
PROPIEDADES
En la Facultadde Ciencias Veterinarias hice un trabajo de investigación sobre el uso de esta planta en la alimentación de las aves, con la ayuda de la Misión TécnicaSuiza, dirigida por el Dr. Buri y asesorada por el Ing. Guerber. El uso del kumanda yvyra’i es muy amplio: se puede utilizar para realizar un pastoreo directo, aunque esto no es muy recomendable por el perjuicio del pisoteo que ocasionan los animales. Resiste bien los cortes de las ramas jóvenes, con hojas y vainas cargadas, para ofrecerlas frescas al ganado. Dentro de las variedades de esta leguminosa se pueden encontrar aquellas de poroto chico o grande. Las primeras son muy buenas para hacer heno integral, mientras que las segundas sirven para preparar balanceados una vez secos. Las raíces de esta leguminosa son profundas y tienen propiedades tóxicas. Debido a esto, se la utiliza como “costanera” de las plantaciones de mandioca en las que los topos hacen mucho daño. Si se planta el kumanda yvyra’i entre líneas o distancias de5 m, se hace una barrera eficaz contra estos animales.
En pollos parrilleros y ponedoras se puede usar la semilla hasta un 30 % sin modificar la eficacia productiva, en reemplazo de la soja. Es bueno pensar en esto cuando esta oleaginosa tiene un elevado precio. Las semillas maduras pueden alcanzar un tenor de 24 % de proteína bruta (PB); las verdes, un 22 %, y las hojas verdes, hasta un 20 %. Las vainas verdes con semillas pueden llegar a 14 % de PB. Si se hace heno de ramas y hojas, se puede conseguir hasta 18 % de PB. Estos valores son muy buenos y deben ser tenidos en cuenta, para una planta perenne y resistente a las sequías. También, el kumanda yvyra’i puede ser utilizado en la alimentación humana con excelentes resultados, en forma de guisos, harinas o como reemplazante del café. Realicé una experiencia haciendo una preparación para obtener “leche” con la técnica de la soja: sale de un color verdoso, pero con buen sabor y rica en proteína. Luego, con almidón de mandioca y ka’a he’ê prepararé una crema muy sabrosa y nutritiva. Por sus bondades medicinales, las semillas se pueden torrar y utilizarlas para hacer “café”.
Además de ser una fuente de proteínas para la alimentación humana y animal, remarco que también en la finca en general se puede usar como abono verde para la fijación del nitrógeno al suelo, a través de microorganismos que viven en sus raíces. De esa forma, se mejoran los suelos desgastados. Por ser una planta rústica de raíces profundas, se convierte en una especie muy fácil de cultivar en los suelos poco fértiles, debido a que puede resistir prolongadas sequías, aunque hay que tener en cuenta que no tolera las heladas. Es por ello que la recomiendo para los pequeños productores. Las plantaciones producen, aproximadamente, 45 t/ha anuales de masa verde y 15 t/ha de materia seca. Además, tiene la capacidad de crecer con mucho follaje, que cubre totalmente la superficie de la parcela y, de esta forma, protege el suelo de la erosión que producen los raudales.
“La educación es la base del desarrollo las comunidades” (p.m.g.)