Ka’a he’ê y ortiga

El uso del ka’a he’ê como factor de crecimiento y estimulante en las plantas fue demostrado no solamente en nuestro país, sino también en el Japón, donde se obtuvieron pruebas muy buenas del buen comportamiento de las plantas tratadas y el mejoramiento del dulzor de los frutos, es decir, aumentando el tenor de grados brixs. En estos tratamientos hubo menos problemas sanitarios y se obtuvo mayor rendimiento por hectárea.

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El ka’a he’ê puede ser utilizado en diferentes formas en la agricultura, ya sea en forma directa como polvo de la planta seca, o como jarabe, diluido de acuerdo a lo que se quiera obtener del tratamiento. Además cuando se realiza la preparación del jarabe, queda un residuo que llamamos bagazo, que es utilizado húmedo o seco como abono, con excelentes resultados aplicado en la zona de la raíz de la planta tratada. Con esto quiero explicar que, cuando uno quiere recuperar una planta que está enferma o que por los años va perdiendo su actividad, la aplicación del abono de ka’a he’ê, o el obtenido en la lombricultura, debe ser aplicado en la línea que marca la copa de la planta, no al lado del tronco, sino en el límite externo que da el follaje. Este es el lugar adecuado donde se deben aplicar los abonos para obtener un mejor beneficio, ya que actúan sobre la raíz y no sobre el tronco.
Hice un trabajo en la aplicación de jarabe de ka’a he’ê sobre las plantitas de mandioca, las cuales fueron plantadas en el mes de marzo, y para evitar el efecto del frío o de la helada, en el mes de mayo realicé tres aplicaciones por medio de la fumigación de 50 cc. de jarabe de ka’a he’ê en 20 litros de agua. Esto ayudó a las plantas a sobrellevar los fríos de junio y julio, y adelantar la producción.
En la granja “Martha Ibáñez”, el ingeniero Miguel Alonso realizó una experiencia en frutilla, pero con una variante en la formulación inicial. Utilizó la mezcla de 250 gramos de ka’a he’ê integral y 200 gramos de ortiga, los hirvió en dos litros de agua por 20 minutos, obteniendo un jarabe liviano, con la pérdida de algo más de 250 cc. de agua, es decir que le quedó más de un litro de preparado para ser utilizado en frutilla.
Utilizó esa cantidad de producto obtenido en 500 litros de agua, y realizó la fumigación de la parcela de frutilla, para comparar el efecto de este producto sobre otra parcela de la misma variedad de frutilla y de la misma época de trasplante, sin tratamiento. En el momento de la cosecha, las plantas de frutilla tratadas con ka’a he’ê y ortiga tuvieron mayor desarrollo, mayor cantidad de frutas, menos efectos de las enfermedades, y mayor dulzor en las frutas obtenidas. De acuerdo a las experiencias de este técnico, él recomienda que la aplicación del producto sea hecha al atardecer, si es posible entre plantas. Es decir, de manera directa sobre el suelo en forma de fertirriego, y no por medio de la aspersión.

El uso deL ka’a he’ê

Tiene muchas aplicaciones. Además de su utilización como factor edulcorante, sus propiedades antibióticas y estimulantes permiten dar un mayor uso a esta planta en el campo agropecuario; un ejemplo es su utilización ahora con el pynó. Otra aplicación en la cual obtuvimos muy buenos resultados fue cuando la usamos en la producción de pollos parrilleros mezclando hoja de ka’a he’ê como factor antibiótico; hoja de mandioca, como factor proteico y pigmentante de la piel. Y en las gallinas ponedoras, para dar coloración a la yema del huevo.
Es indispensable que la industria nacional tome estas experiencias para comenzar a obtener productos que pueden ser utilizados tanto en la agricultura como en la ganadería, y es posible que la demanda de este cultivo sea mayor que el destinado a producir edulcorante.

Consuma lo que Paraguay produce. Produzca lo que Paraguay y el mundo necesitan. Recuerde: “El Paraguay puede”.

Fotos: MATKEI
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