La intoxicación con raticidas se genera a causa de la ingestión del producto en sí o porque la mascota se comió a un roedor envenenado. El efecto principal que genera en los animales es la inhibición de los factores de coagulación, que se traducen principalmente en debilidad, depresión, palidez, taquicardia, sangrado urinario (hematuria), digestivo (melena), epistaxis, hematomas, cojera y distensión articular, disnea, tos (hemotórax o hemorragia pulmonar), distensión abdominal, sangrado intracraneal con signos neurológicos, sangrado epidural o subdural con parálisis, equimosis, petequias, sangrado gingival, hemoptisis, obstrucción de vías aéreas altas.
TRATAMIENTO
Será necesaria la inducción al vómito, apenas se produzca la ingestión. Luego, un médico veterinario deberá aplicar vitamina K, sumado a factores promotores de la coagulación. El profesional indicará el tiempo recomendado para cada tipo de rodenticidas existentes en el mercado, para una corrección terapéutica, según el producto ingerido.
MEDIDAS A CONSIDERAR
Son numerosas las intoxicaciones en mascotas que producen convulsiones, aunque varían en diferentes aspectos de acuerdo a la evolución de la intoxicación. A su vez, los tratamientos y terapéuticas son distintos, por lo que es importante que el propietario informe detalladamente al profesional el tipo y modo de intoxicación probable de la mascota.
De ser posible, llevar al veterinario una muestra o la caja del agente químico para su identificación y posterior tratamiento.
Lo más importante es que el dueño de la mascota no aplique ningún producto químico sin las indicaciones específicas del veterinario para cada caso y cada animal. Finalmente, no dejar productos potencialmente tóxicos al alcance de los animales domésticos y acudir al veterinario con urgencia al menor síntoma que pueda indicar una intoxicación.
(*) Especialista en pequeños animales
