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Los parámetros utilizados para determinar la calidad de las semillas pueden ser fisiológicos (propios de la semilla) o sanitarios, relacionado a los patógenos que pueden estar asociados a ella. Las simientes pueden ser atacadas por numerosos microorganismos, siendo los hongos fitopatógenos los de mayor importancia. Esto se debe a que son los principales agentes causales de enfermedades en los cultivos agrícolas.
HONGOS FITOPATÓGENOS
A nivel de laboratorio y con la colaboración de la profesora Aida Orrego, de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), semillas de chía provenientes de la región oriental fueron analizadas por un método (el de Blotter) para la detección de hongos fitopatógenos, siendo constatados siete días después. De este modo, se confirma que varios agentes perjudiciales están asociados a semillas de chía, muchos de ellos causantes de enfermedades en algunos cultivos importantes. Otros, como los del género Aspergillus, asociados a poscosecha o almacenamiento, son los responsables por la producción de micotóxinas.
La mayoría de estos patógenos causan la enfermedad del Damping off que provoca la muerte de plántulas pre y pos emergencia, como también infecciones latentes, constituyendo así excelentes vehículos de introducción de afecciones en un nuevo lote o área de cultivo.
De los patógenos encontrados, la presencia de Macrophomina phaseolina es potencialmente peligrosa, debido a que este hongo, además de ser transmitido por semillas, afecta a varias especies de plantas, muchas de ellas con elevada rentabilidad como soja, sésamo, maní, algodón y sorgo. Esto significa que sembrando semillas infectadas y, considerando que el mismo es un patógeno de suelo, se corre el riesgo de diseminarlo por todas las áreas de siembra de la chía generando graves consecuencias.
CONTROL QUÍMICO
El tratamiento químico podría presentarse como una alternativa viable y económica. Existen en el mercado varios fungicidas con diferentes presentaciones y formulaciones destinados al tratamiento de semillas, tales como los ditiocarbamatos, triazoles y carboxamidas, cuya eficiencia en el control de estos patógenos ya fue ampliamente estudiada en otros cultivos. En cuanto a la chía, debido a la sustancia mucilaginosa secretada por las semillas en contacto con agua, los fungicidas en la presentación de polvo seco son los más recomendados.
CONTROL BIOLÓGICO
El uso de agentes biológicos como hongos antagónicos, están siendo utilizados para el control de patógenos trasmitidos por semillas. Dentro de los principales hongos utilizados se encuentran varias especies del género Trichoderma, de fácil producción, que demuestran la eficiencia en el control. Además, tienen la capacidad de activar mecanismos de defensa (fisiológico y bioquímico) en la planta, siendo estos compuestos relacionados con la resistencia.
UNA PRECAUCIÓN
A la chía, como todo cultivo nuevo, se le otorgan varias cualidades como la rusticidad; esto muchas veces lleva a instalar el cultivo en áreas donde antiguamente habían rubros de renta como el sésamo, por lo que se debe tener especial cuidado, debido a que muchas áreas intentan recuperar por ser prácticamente abandonados por mal manejo y aparición de enfermedades (pudrición carbonosa del tallo y marchitez), dejando inviable el suelo para cultivo.
RECOMENDACIÓN
Las semillas de chía deben ser tratadas para el control de patógenos, especialmente aquellas destinadas a nuevas áreas de plantío, principalmente en grandes extensiones. Si se toman medidas de control en tiempo y forma, se estaría dando un futuro promisorio a este noble cultivo, que finalmente resulta una alternativa más para nuestros productores.
(*) Especialista en cultivos agrícolas