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Prof. Ing. Agr. Mario R. Quiñónez
Un aspecto que todo apicultor debe tener en cuenta al instalar su apiario es el buen conocimiento de las principales fuentes de néctar y polen de la zona, pues a mayor disponibilidad de estos recursos alimenticios para las abejas, el apicultor podrá obtener una mayor producción de miel y polen, siempre y cuando practique un manejo racional de las colonias.
Existen varios factores que inciden sobre la producción de miel, teniendo en cuenta la “secreción del néctar” por las plantas (flor y extrafloral). Estos factores son la condición de desarrollo de la planta misma, ubicación de la flor en la planta, calidad y contenido de humedad del suelo, temperatura y humedad del ambiente, heliofania, velocidad del viento y altitud, entre otros.
Por lo expuesto, el clima es un factor preponderante no solamente para la secreción del néctar, sino también incide sobre los periodos de floración de las especies vegetales cultivadas y silvestres. Nuestro país posee las condiciones ideales para la producción apícola, pero los rendimientos de la producción de miel por colmena/año presentan variaciones que están relacionadas con la calidad del potencial melífero-polinífero de la zona o región.
APICULTURA MIGRATORIA
Si el apicultor conoce el potencial melífero-polinífero de la zona y la distribución de las especies en floración durante el año, podrá planificar el manejo racional de las colmenas y tener un pronóstico más acertado sobre las épocas de mayor y menor cosecha de miel y polen. Nuestra apicultura se caracteriza por la instalación fijista de las colmenas, por lo que el acceso y manejo de esta información será de suma importancia para incentivar la apicultura migratoria. Esta práctica podrá redundar en el incremento de la producción de miel y polen a través del mejor aprovechamiento de los recursos.
Otra actividad que se puede incorporar es la polinización por abejas de plantas cultivadas, tales como el girasol, sésamo, canola; especies frutihortícolas y otras, con lo que el agricultor obtendrá mejores cosechas en la calidad y rendimientos en granos o frutos.
INVESTIGACIÓN
Esta investigación se llevó a cabo con el objetivo de utilizar racionalmente los recursos melíferos-poliníferos disponibles e incrementar la producción apícola a partir del conocimiento de la distribución anual de la floración de especies vegetales útiles durante las estaciones del año a nivel nacional. Fueron observadas y registradas periódicamente especies vegetales en la etapa de floración como hierbas, arbustos, árboles, plantas silvestres y cultivadas, y se registraron los siguientes datos: -Identificación con el nombre vulgar, fecha de floración, lugar de floración y observador. La investigación se realizó en los siguientes departamentos del país: Central, Cordillera, Caaguazú, San Pedro, Alto Paraná, Paraguarí, Canindeyú, Itapúa y Pte. Hayes. Esta cantidad de departamentos en estudio es representativa al total de los que conforman el país. Del año 2006 al 2011, se realizaron 2567 observaciones y registros de datos.
RESULTADOS
Se observaron, en promedio general, significativas variaciones en la cantidad de especies vegetales en floración. La menor floración se presenta en el mes de enero con solo 10 (diez) especies, sucediéndole los meses de febrero, junio y julio con 25 y 26 especies en floración respectivamente. La mayor cantidad de especies en floración aparece en octubre con 65; noviembre con 54 y mayo con 53. Otro comportamiento observado es que desde el mes de agosto comienza a incrementarse la cantidad de especies en floración, hasta octubre y comenzando a decrecer desde noviembre, diciembre y enero con los índices más…... Con base en estos resultados se puede determinar que en el país existen dos (2) grandes épocas de floración, que son la primavera y el otoño, lo que indica una fenología acorde en promedio con nuestro clima. Otro dato es que en el invierno, que involucra a los meses más fríos, la floración se estabiliza.
CONCLUSIONES
Para la apicultura, estimativamente en promedio general, se presentan 2 (dos) épocas importantes de floraciones: una entre marzo a mayo y otra de setiembre a noviembre.
Esto indica que, en promedio, es posible realizar 2 (dos) cosechas de miel en la temporada apícola anual, principalmente en la Región Oriental. En los meses con menos floración, el apicultor debe atender la influencia sobre las colmenas. Con la escasez del flujo de néctar y entrada de polen, debe alimentar artificialmente con jarabe de azúcar y suplemento proteico.
La Región Occidental (Chaco) presenta una población vegetal con mayor potencial melífero y polinífero, por lo que es posible realizar más de dos cosechas de miel por colmena/año y con mayores rendimientos.
(*) Jefe del Programa de Investigación Apícola IPTA-FCA-UNA