Fabricación de ladrillos en el Chaco Central - Reinjard Franz (*)

El Chaco Central, un territorio de vasta biodiversidad, es un lugar caracterizado por el desarrollo de la ganadería, industria y expansión de la agricultura. No obstante, también lleva adelante una labor de suma importancia para la economía privada, ligada a las actividades antes mencionadas: la fabricación de ladrillos o adobes, los cuales sirven de estructura a viviendas y emprendimientos productivos.

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Enla Colonia Neuland(Boquerón), distante a464 kmde nuestra capital, se lleva adelante todo tipo de rubros productivos, entre los que sobresalen la producción ganadera, tanto de carne como de leche, además de la agricultura (maní, algodón, sorgo y sésamo), industria y forestería; todo bajo un sistema cooperativo que le permitió erigirse como un polo económico de referencia para el Paraguay.

En este territorio, precisamente, el señor Franz se dedica a la fabricación de ladrillos o adobes, como comúnmente se los conoce, llegando a una producción de 34.000 ladrillos por día, o bien, unos 500.000 al mes. Estos materiales son comercializados en el Chaco Central y la cobertura de la fábrica llega a unos500 kma la redonda de Neuland. A la fecha, los pedidos ascienden a 1.200.000 adobes, que deberán ser cumplidos en el año, sumados a la demanda de los próximos meses.

La fábrica de ladrillos de Franz produce 10 tipos diferentes de figuras, entre las que sobresalen el hueco, de tres y cuatro tubos; el laminado recto y redondo, el macizo y macizo rajado.

PRODUCCIÓN

Para fabricar ladrillos, en primer lugar, es necesario contar con la materia prima, que es arcilla de buena calidad. Esta deberá ser gomosa, para que el producto final quede compacto y no se quiebre durante el secado. El banco de arcillo debe estar cercado a la fábrica, para el traslado y aprovechamiento industrial.

Los operarios trasladan la materia prima con un tractor a una zona de la fábrica en la cual se encuentra el alimentador, que es un recipiente grande en el que es mojada para luego ir, mediante una cinta transportadora, a la máquina de prensa. Mediante la maquinaria es posible fabricar los distintos modelos de adobe. Posteriormente, se extrae el agua de los ladrillos para un rápido endurecimiento. Este sale medio seco y duro. Cabe destacar que la prensa no trabaja con calor, sino con presión, además de contar con laminadoras que no permiten el ingreso de piedras o desechos que desmeriten la calidad del producto final.

SECADO Y QUEMA

Una vez obtenidas las formas, los ladrillos son trasladados a un depósito de secado natural, para mantenerse por 10 días a temperatura ambiente antes de la quema propiamente dicha. Este periodo puede prolongarse dependiendo de la humedad.

El quemado se hace en hornos Albert con capacidad de 30.000 y 32.000 adobes, a una temperatura de 920 y950 °Cdurante 72 h. Para la obtención de un producto calificado, la arcilla debe ser buena y mantener la temperatura del horno. Los rendimientos productivos son del 90 %, con el uso de la tecnología actual.

En el área de quema hay boquillas en las que se coloca leña para la combustión. Igualmente, mediante un sistema de ventilación es posible agregar oxígeno al horno, para mayor rendimiento del combustible y mantener la temperatura. Así, se ahorra hasta un 35 % de leña, si bien en el Chaco no existe inconveniente en cuanto a provisión de biomasa.

Para el control de temperatura, hay un tablero electrónico en el cual se miden los parámetros por hora, de manera que los ladrillos no se quemen. Un personal se encarga de registrar la temperatura en planilla, para evitar inconvenientes.

La temperatura óptima (950 °C) para la quema se mantiene por 40 h y, luego, se procede al cierre del horno. Para enfriarlo, deberán esperarse otras 25 h.

DESCARGA Y CLASIFICACIÓN

Una vez frío el horno, los operarios de la fábrica descargan los ladrillos para llevarlos al campo de selección. Son clasificados en primera, segunda y tercera calidad, entre los que están los rajados y por color. Terminada esta labor, mediante el montacargas, se trasladan los lotes de ladrillos al camión para su destino final. Cada camión lleva cerca de 20.000 ladrillos por vez.

(*) Encargado de fábrica de ladrillos – Neuland, Chaco Central.

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