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Ing. Agr. Silvio Codas
U n tema de mucha preocupación es el uso de la cal agrícola y de los fertilizantes en el suelo. No estamos muy acostumbrados a este tipo de prácticas, y lastimosamente debo decir que es uno de los errores que siempre se han cometido, y que incluso se sigue haciendo y, posiblemente, el resultado sea la baja productividad en el campo.
Muchos dicen: mi suelo no necesita cal. No es así. Todo cultivo conduce inexorablemente a la acidez del suelo. En un momento dado vamos a necesitar hacer el encalado sí o sí.
Haciendo una comparación: ustedes tienen un motor nuevo, lo mismo le van a hacer cambio de aceite para que el motor dure más tiempo. La cal agrícola es el mantenimiento del suelo, es lo que el cambio de aceite le es al motor. Si ustedes hacen un cambio de aceite no van a notar en el vehículo una mejoría mañana ni pasado, sino que lo verán con el correr del tiempo.
Eso se hace sí o sí, a razón de cuanto menos una tonelada por hectárea cada 4 años, y hay lugares donde requieren hasta 5 ó 6 toneladas cada 4 años.
FERTILIZANTES
De igual forma, el fertilizante es una cuestión absolutamente necesaria. El fertilizante es exactamente el combustible. El vehículo andará hasta que el motor reviente o hasta que se le acabe el combustible. Entonces, para que el motor no reviente, le hacemos el cambio de aceite, que es la cal agrícola. Para que el motor continúe funcionando le cargamos el combustible, que es el fertilizante. Entonces, qué pasa si yo no le aplico el fertilizante. La producción muere. Y eso, lastimosamente, no es reciclable. De todos los fertilizantes, la planta se nutre de doce elementos, que son los esenciales, y de todos ellos solamente uno -que es el nitrógeno- es reciclable. Los once restantes elementos son como la nafta: son agotables, no son renovables.
Entonces, la única forma que tenemos es aplicando. No hay otra, ni existe una fórmula mágica. Si no aplicamos una dosis correcta de fertilizantes, la producción va a morir, y no hay nada que hacer. De eso debemos convencernos. Basta con ver solamente la producción de soja, que es la que mejora la producción, y es la que consume el 95% de los fertilizantes que se importan en el país, y la que utiliza el 25% de la cal agrícola, porque eso consume y usa tecnología. La cal agrícola y los fertilizantes mejoran finalmente la productividad.
CONSUMO POTENCIAL
La utilización de la cal agrícola y los fertilizantes en los cultivos pequeños y horticultura puede permitir un buen rendimiento de la producción, más aún cuando se hace un cultivo intensivo.
El país tiene un consumo potencial de 7 a 8 millones de toneladas por año, y se consume solamente 200.000 toneladas. Es decir, se consume el 5% de lo que debe ser. Y la conclusión es simple: degradación del suelo, o sea el suelo se va empobreciendo y la gente va buscando suelos nuevos que ya no existen. Entonces, la producción se vuelve paupérrima y le buscamos la vuelta, que la lluvia, que el granizo, que el contrabando, temperatura, y sin embargo la culpa tiene la baja productividad de los suelos.
Y en cuanto al costo, este no incide, porque una tonelada de cal agrícola cuesta 100 a 120 mil guaraníes. El cálculo es el siguiente: 120 mil guaraníes dividido 4 años, incide sólo 25.000 guaraníes por hectárea cada año, y 25.000 guaraníes por hectárea dividido en dos o tres cultivos, incide en 20 kilos de tomate, o 20 plantas de lechuga. Entonces, allí no hay mucho costo.
Muchos dicen: mi suelo no necesita cal. No es así. Todo cultivo conduce inexorablemente a la acidez del suelo. En un momento dado vamos a necesitar hacer el encalado sí o sí.
Haciendo una comparación: ustedes tienen un motor nuevo, lo mismo le van a hacer cambio de aceite para que el motor dure más tiempo. La cal agrícola es el mantenimiento del suelo, es lo que el cambio de aceite le es al motor. Si ustedes hacen un cambio de aceite no van a notar en el vehículo una mejoría mañana ni pasado, sino que lo verán con el correr del tiempo.
Eso se hace sí o sí, a razón de cuanto menos una tonelada por hectárea cada 4 años, y hay lugares donde requieren hasta 5 ó 6 toneladas cada 4 años.
De igual forma, el fertilizante es una cuestión absolutamente necesaria. El fertilizante es exactamente el combustible. El vehículo andará hasta que el motor reviente o hasta que se le acabe el combustible. Entonces, para que el motor no reviente, le hacemos el cambio de aceite, que es la cal agrícola. Para que el motor continúe funcionando le cargamos el combustible, que es el fertilizante. Entonces, qué pasa si yo no le aplico el fertilizante. La producción muere. Y eso, lastimosamente, no es reciclable. De todos los fertilizantes, la planta se nutre de doce elementos, que son los esenciales, y de todos ellos solamente uno -que es el nitrógeno- es reciclable. Los once restantes elementos son como la nafta: son agotables, no son renovables.
Entonces, la única forma que tenemos es aplicando. No hay otra, ni existe una fórmula mágica. Si no aplicamos una dosis correcta de fertilizantes, la producción va a morir, y no hay nada que hacer. De eso debemos convencernos. Basta con ver solamente la producción de soja, que es la que mejora la producción, y es la que consume el 95% de los fertilizantes que se importan en el país, y la que utiliza el 25% de la cal agrícola, porque eso consume y usa tecnología. La cal agrícola y los fertilizantes mejoran finalmente la productividad.
La utilización de la cal agrícola y los fertilizantes en los cultivos pequeños y horticultura puede permitir un buen rendimiento de la producción, más aún cuando se hace un cultivo intensivo.
El país tiene un consumo potencial de 7 a 8 millones de toneladas por año, y se consume solamente 200.000 toneladas. Es decir, se consume el 5% de lo que debe ser. Y la conclusión es simple: degradación del suelo, o sea el suelo se va empobreciendo y la gente va buscando suelos nuevos que ya no existen. Entonces, la producción se vuelve paupérrima y le buscamos la vuelta, que la lluvia, que el granizo, que el contrabando, temperatura, y sin embargo la culpa tiene la baja productividad de los suelos.
Y en cuanto al costo, este no incide, porque una tonelada de cal agrícola cuesta 100 a 120 mil guaraníes. El cálculo es el siguiente: 120 mil guaraníes dividido 4 años, incide sólo 25.000 guaraníes por hectárea cada año, y 25.000 guaraníes por hectárea dividido en dos o tres cultivos, incide en 20 kilos de tomate, o 20 plantas de lechuga. Entonces, allí no hay mucho costo.