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Ante los efectos de las intensas radiaciones solares, los espacios con sombra, convenientemente diseñados, pueden reducir hasta un 50 % el calor, lo cual repercutirá positivamente en la ganancia de peso y el mejoramiento adicional de los requerimientos alimenticios. Las zonas de sombra bien distribuidas aumentan la ganancia de peso en un 40 % y reducen los requerimientos de alimentación en un 14 % con el ganado mantenido en corrales cercados con alambres. De acuerdo a una experiencia comparativa entre corrales con cercos de madera y otros de alambre bajo sombra, las necesidades de alimento se redujeron en una cantidad similar de novillos. Sin embargo, el aumento de peso diario en el primero (cerco de madera) no fue tan bueno. Además de sombra, el espacio o ubicación destinada para el corral es extremadamente importante.
USO DE ALAMBRES
Los corrales de engorde deberían estar construidos de alambre de acero o tubos, de modo a permitir un máximo de movimiento o circulación de aire. En este sentido, el agregado de ventiladores para mover el aire no ha sido del todo exitoso, dado que, probablemente, no existe ninguna ventaja en remover aire extremadamente caliente sobre el ganado, más aún teniendo en cuenta las implicaciones económicas que representa su utilización.
SISTEMAS DE ENFRIAMIENTO
En lugares de temperaturas cálidas han sido utilizados otros sistemas para enfriar o refrescar el ganado, tal como la aspersión. Para el ganado, que se encuentra en piso de cemento acanalado, el sistema más efectivo fue el de la aspersión durante 1 min, con intervalos de 30 min cada uno, cuando las temperaturas eran superiores a los 24 ºC y la humedad relativa del ambiente superaba el 60 %. La frecuencia respiratoria y las temperaturas cutáneas fueron menores para estos animales. La condición óptima de aspersión resultó en un mejoramiento del 38 % en cuanto a ganancia de peso y en un mejoramiento del 16 % en los requerimientos alimenticios, comparados con el ganado que se mantuvo en lugares convencionales al aire libre.
OPERACIONES NOCTURNAS
En muchas áreas de engorde de ganado vacuno a corral, en las cuales la temperatura durante el día es relativamente alta, las zonas de sombra no son utilizadas. La razón de ello es que, aparentemente, la temperatura ambiente durante la noche es lo suficientemente baja, de modo a permitir que el calor recibido durante las horas del día se disipe. Muy bien puede ser que la duración de la exposición por sobre o debajo de cierto punto, más que la temperatura en sí misma, sea el factor más importante que afecte el rendimiento del ganado, teniendo en cuenta que la humedad sea relativamente baja.
Por ende, la práctica de las operaciones nocturnas es una alternativa. En el mejor de los casos, se puede contar con iluminación adecuada para efectuar la mayor cantidad de trabajo a corral durante la noche.
CONSUMO DE ALIMENTO
El ganado vacuno consume diariamente materia seca en cantidades que equivalen entre 1,4 y 2,7 % de su peso vivo. Este porcentaje depende de la proporción entre concentrado y otros nutrientes menos digeribles en la ración, de la edad, peso, sexo, tipo y origen de los animales destinados al confinamiento.
Casi toda la energía liberada durante la transformación metabólica de los nutrientes en el organismo se convierte finalmente en calor corporal. En el caso del ganado vacuno, los valores oscilan entre el 45 y 70 %.
Considerando los aspectos nutritivos de la alimentación del ganado vacuno (novillos), durante la época de calor en corrales de engorde, es fundamental mencionar que el calor producido por las funciones metabólicas de los nutrientes puede ser el doble en otros rumiantes y animales monogástricos. Esta diferencia en la producción de calor con las demás especies se debe a la naturaleza química de los productos que se producen (ácidos grasos volátiles) y se absorben como resultado de la fermentación, debido a la acción de las bacterias sobre los carbohidratos a nivel ruminal.
El límite de engorde eficiente del animal británico es de 420 kg y de sus cruzas, 450 kg en procesos breves de confinamiento o invernada.
CALOR CORPORAL
El establecer comparaciones entre la alimentación a base de forraje (alimento rico en fibra) y concentrado, en corrales de engorde en climas calurosos es extremadamente difícil, debido a la variación en el contenido de energía metabolizable y proteína de las dos fuentes de alimentación. Dietas con alta concentración de energía y proteína dan mejores resultados que con alto contenido proteico y baja concentración de energía en términos de ganancia de peso y requerimientos alimenticios. Se ha demostrado que el nivel de proteína de la dieta se vuelve crítico cuando aumenta el nivel de energía de la misma. Las fermentaciones que se verifican en el rumen de naturaleza anaeróbica, como hemos mencionado, dan lugar a una considerable producción de calor. La temperatura del rumen está influida por el calor así producido y factores individuales del tipo de animales sometidos al confinamiento. La temperatura ruminal puede exceder a la temperatura rectal en un 2,5 ºC dentro de las dos horas de la administración de la ración. La elevación de la temperatura puede ocurrir rápidamente al principio y después con mayor lentitud.
El suministro de heno y concentrado provoca el aumento de la temperatura del rumen en ayuna dentro de los 15 min después de haber empezado el suministro de los mismos. La ingesta de agua fresca causa un descenso de la temperatura ruminal.
RECOMENDACIONES
Es importante que todos los sistemas de alimentación tengan en cuenta los hábitos o conducta alimenticia del ganado vacuno en épocas de calor y la disponibilidad de lugar seco para pasar la noche. La ración a ser suministrada debería reflejar el nivel práctico más elevado de producción con un bajo incremento de calor. Es conveniente, sin embargo, que algo de forraje (alimento rico en fibra) sea incluido en las dietas para una apropiada función del rumen.
La dieta o ración con el cálculo más bajo de incremento de calor y la energía neta más elevada en ganancia de peso puede no ser la más útil debido a la importancia relacionada con el forraje y la habilidad de crecimiento del animal a ser utilizado. El programa de alimentación debería coincidir con las normas de conducta en cuanto a la alimentación del ganado vacuno. Alimento fresco con las propiedades físicas deseables deberían ser factibles de obtener en cualquier época del año y en cantidades suficientes. La alimentación del ganado vacuno en climas cálidos, particularmente en climas áridos y secos, ha sido altamente exitosa cuando se tomó en cuenta una combinación de las consideraciones físicas, nutricionales, fisiológicas y, en particular, la selección de un animal funcional, eficiente y con buena habilidad de crecimiento. Los programas de alimentación varían de acuerdo al tipo de animal (raza, cruza, entero, castrado, edad), disponibilidad, precio de los alimentos, acceso y ubicación del establecimiento. El mismo principio debe ser aplicado en las áreas cálidas y húmedas. Sin embargo, la reducción de la cantidad de calor es más difícil de obtener que en las zonas áridas. Se debe buscar un equilibrio entre el desarrollo del programa que condiciona el rendimiento o eficiencia animal, el valor nutritivo, la palatabilidad y digestibilidad del alimento a ser suministrado.
(*) Especialista en producción animal