Elección de la pastura

La ganadería brasileña está fundamentalmente basada en pasturas, lo que indica claramente que se da un enfoque especial a la investigación y desarrollo de nuevas opciones forrajeras. Este esfuerzo ha resultado, últimamente, en un mayor número de cultivares disponibles en el mercado.

Cargando...

Ing. Agr. Valeria Pacheco
Batista Euclides

Difícilmente se encuentre hoy un material forrajero que venga a promover tamaño impacto como la Brachiaria decumbens cv. Basilik. Ella se adapta perfectamente a las condiciones de baja fertilidad y alta acidez de los suelos de la región de Cerrados. La aceptación por parte de los ganaderos fue tal, que no solo en las regiones de los Cerrados, sino también en la zona Central de Brasil, se encuentran más de 30 millones de hectáreas plantadas únicamente con esta gramínea, originando extensos monocultivos. En estas condiciones, esta forrajera permitió gran difusión de poblaciones de la cigarrita, una plaga de los pastos, mostrándose altamente susceptible. Con todo, ya fueron seleccionadas otras gramíneas con buenas cualidades agronómicas, que presentaron apreciable nivel de resistencia a ese insecto, como la Brachiaria brizantha, Marandú, Andropogon gayanus cv, Panicum maximun cv, Tanzania 1 y Paspalum guenoarum.

En tantos, pasados más de una década desde la introducción de la B. decumbens, surgen problemas de degradación de grandes áreas que precisan ser renovadas y o recuperadas. Además de esto, existe una demanda para mayor aumento de la productividad. Es natural que cultivares superiores sean buscados, sea para la ampliación de área o para la intensificación de los sistemas de producción.

El producto de una pastura, en kg./ha, debe ser interpretado como la interrelación de factores que envuelven dos sistemas biológicos básicos: la pastura y el animal. Cualquier otro factor que influye uno de los dos sistemas afectará el desempeño animal y el rendimiento por unidad de área.

El pasto marandú, B. brizantha fue comparado con la B. decumbens, en un suelo de clase latosol rojo oscuro, fase cerrada, textura arcillosa, ph bajo, saturación de bases y alta concentración de aluminio. En la plantación, el suelo recibió la siguiente fertilización: calcáreo dolomítico 1 tn/ha, superfosfato simple 350 kg./ha, clorato de potasio 100 kg/ha, sulfato de zinc 14 kg/ha y FTE 40 kg/ha.

El pasto marandú presentó mayores ganancias de peso por animal y por área durante el periodo de lluvias, y menores en la estación seca comparado con la B. decumbens. Es más, considerando la ganancia por año, ambas brachiarias fueron semejantes.

Los resultados mostraron que el la B. brizantha no presenta una calidad superior a la B. decumbens en una condición de baja fertilidad.

En este caso, la fertilización utilizada no fue suficiente para que el pasto B. brizantha exprese su potencial productivo. Se pudo observar una producción 30% mayor cuando el cultivar fue implantado en suelo latosol rojo. Cuando se compara con la producción obtenida en un latosol rojo oscuro.

En este caso, las gramíneas B. brizantha cv Marandú y el Panicum máximun cv Colonial fueron implantadas en un suelo de monte, donde había un cultivo de soja. En ocasión del cultivo, fue hecha apenas una fertilización fosfatada con 250 kg/ha de fosfato yoorin. Quedó por lo tanto evidenciado, que el pasto marandú es tan productivo como el pasto colonial en suelos de alta fertilidad.

El pasto Andropogon gayanus es otra alternativa para la diversificación de las pasturas en área de cerrado, pues es una gramínea caracterizada como resistente a las cigarritas de las pasturas, adaptada a suelos con deficiencia de fósforo o con altos niveles de saturación de aluminio. En un experimento conducido en un latosol rojo, textura arenosa, con la siguiente fertilización en el cultivo 2 tn/ha de calcárea dolomítico, 500 kg/ha de superfosfato simple, 100 kg./ha de clorato de potasio y 40 kg/ ha de FTE. Fueron comparados los pastos A. gayanus y B. brizantha. En diferentes cargas, el andropogón fue más productivo que la brizantha.

Las mismas especies citadas fueron utilizadas para la reforma de pasturas degradadas de pasto yaraguá, en condiciones naturales de fertilidad. El cultivar marandú presentó mejor desempeño durante el periodo seco, y andropogón fue mejor durante la estación de lluvias. El Panicum máximun, Colonial, fue el pasto más utilizado en el engorde de bovinos, y era uno de los más expresivos en extensión de área de pastura cultivada. Si por un lado el pasto colonial contribuye con mayor ganancia de peso por animal, su poca adaptabilidad a suelos de baja fertilidad y su baja tolerancia a la seca, hizo que fuese sustituido por otras gramíneas menos productivas y de peor calidad, pero más adaptadas a esas condiciones.

Recientemente ha aumentado el interés por la utilización del pasto P. máximun, a través de los siguientes cultivares: tobiata, tanzania1, vencedor, centenario y centauro, que son más adaptados a suelos de media fertilidad o que presentan calidad superior que el cultivar colonial. Los pastos colonial, tobiata y tanzania 1 fueron comparados en cuanto a resistencia al pastoreo, producción animal y capacidad de soporte. Estas pasturas fueron implantadas en un latosol rojo oscuro, fase cerrada con la siguiente fertilización en Kg/Ha. 1000 de calcáreo dolomítico, 350 de superfosfato simple, 100 de clorato de potasio, 14 de sulfato de zinc y 40 de FTE.

Los cultivares tanzania 1 y tobiata fueron superiores al colonial en cuanto a producción por hectárea. El tanzania 1 presentó una mayor ganancia por animal seguido del tobiata y colonial. La mayor ventaja del tanzania 1 comparado al tobiata es de mayor facilidad de manejo. El pasto tobiata está muy sujeto al pastoreo en mosaico, permitiendo un acumulo de forraje en las áreas dejadas de lado que rápidamente pierden valor nutritivo y deben ser retiradas de alguna forma. Consecuentemente, hay un sobrepastoreo en otras áreas, donde los animales están siempre consumiendo el rebrote de las mismas plantas, llevando a la desaparición de estas y la aparición de malezas. Es común observar, en los piquetes de tobiata, forraje sobrando en una parte y áreas degradadas en otra.

En tanto, la mejor manera de utilizarlo sería adoptando el pastoreo racional, pues los animales tendrían menor oportunidad de selección, cuando se compara con el pastoreo continuo.

Conclusión

Las limitaciones nutricionales en los bovinos ocurren cuando, tanto la calidad como la cantidad del forraje no son suficientes. A pesar de que uno de los criterios usados para la selección de nuevos cultivares es la mayor disponibilidad y mejor calidad del forraje en el periodo seco, se puede observar que los nuevos cultivares Marandu, Tanzania 1 y Tobiata presentan las limitaciones en lo que se refiere al desempeño de los animales durante el periodo crítico, cuando se compara con la Brachiaria decumbens y el colonial.

No hay duda que el uso de nuevos cultivares ha proporcionado sensibles mejorías en los índices de productividad, aunque solo su uso no es suficiente para resolver el problema de la alimentación del ganado en el periodo seco.

El cambio de la especie forrajera no determinará una mejoría en la productividad animal si otras prácticas de manejo no son adaptadas para equilibrar el complejo suelo-planta-animal. La simple substitución por forrajeras milagrosas, sin prácticas de manejo adecuadas, podría ser responsable de la menor expansión y corta duración de vida de los nuevos cultivares de pasto. Entre los instrumentos que se disponen para manipular los factores mencionados, se incluyen los sistemas de manejo y la carga animal o la presión de pastoreo al que las pasturas son sometidas. Además de esto se puede utilizar alternativas como suplementación a pasto.

Fuente CEA.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...