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A partir de ese entonces, la yerba mate tuvo demandas y precios fluctuantes, pero en la década de los ochenta dio un gran salto y llegó a su máximo apogeo. El interés fue tan grande, que la mayoría de los que poseían una parcela de tierra propia llegaron a cultivar yerba mate.
Las tierras cultivadas eran tan fértiles, que al quinto año en adelante, la yerba mate era el rubro más prometedor para los labriegos y de esa manera se constituyó en el oro verde, convirtiendo en un emporio a la zona comprendida entre Paso Yobai y Colonia Independencia.
Este fenómeno económico dio un repunte extraordinario a toda la población y aun aquel que no era yerbatero podía comprar sus comodidades hogareñas e incluso lujos. Una referencia puntual es la señalada por un colono que se pudo comprar entonces una camioneta doble cabina por la cosecha de 100.000 kilogramos de hoja verde. Sin embargo, en la actualidad ese mismo tipo de vehículo cuesta seis veces más, es decir, 600.000 kilogramos de hojas de yerba mate.
El boom yerbatero duró hasta fines del 94 , para aquel entonces una decena de industrias se habían posicionado, de las cuales la mitad se mantuvo y las demás decayeron en los años siguientes. Así fue empeorando; la demanda era menor, razón por la cual los precios comenzaron a bajar.
Esta situación marcó una diferencia para aquellos que querían seguir con el rubro, cuidándolo o replantando, es decir, continuar aumentando el área de cultivo, mientras que otros prácticamente abandonaron cortando las hojas cada año con un rendimiento menor; estos incluso en últimos años llegaron a destroncar las plantas.
Si bien no se tiene una estadística exacta sobre el área de cultivo entre Paso Yobai y Colonia Independencia, en la buena época llegó a más de 13.000 hectáreas, pero actualmente está quedando por debajo de las 10.000 hectáreas.
La importancia de este rubro
Los tareferos o cosecheros no dejan su raído hasta que entregan en la báscula del barbacuá donde primeramente es pasado por un conducto caliente para extraer de esa forma parte del agua que contiene la hoja.
Una vez chamuscada la hoja se alza en el barbacuá propiamente dicho donde permanece durante hasta 48 horas para su secado total y luego se baja a una especie de molino que se le denomina 'cancheadora' donde se tritura la hoja convirtiéndola en mboroviré (producto semi-elaborado). Por último se traslada el mboroviré a un depósito especial llamado noke para su estacionamiento. Luego es llevado al molino y más adelante a la envasadora para su comercialización.
Desde hace un par de años atrás se tienen muy en cuenta detalles relacionados con la no utilización de agrotóxicos, que el producto no tenga cuerpos extraños. Un minucioso cuidado higiénico en todo el proceso de producción para ajustarse a las exigencias y que la calidad sea óptima y el consumidor reciba un producto sabroso y puro.
Detener el contrabando
Lamentó que muchos productores estén destroncando las plantaciones de yerba mate y señaló que este no es un rubro de corto plazo, pues se necesita una tierra fértil y por lo menos cuatro años para dar sus primeras cosechas comerciales.
Por su parte, Vidal Brítez, un labriego de la compañía Santa María de este distrito, dijo que seguirá apostando a la yerba mate, además indicó que es un trabajo que le gusta hacer porque es como una tradición de familia y recuerda que su abuelo ya trabajaba en este rubro. "A pesar de los problemas en la comercialización que ocurre a veces, este rubro es mejor porque da trabajo y moviliza a mucha gente", dijo Brítez.
Finalmente, dijo que un factor muy importante que debe tener en cuenta un agricultor es que su economía no debe descansar en un solo rubro. "Si tenemos los cultivos para nuestro consumo, la yerba mate será nuestra ganancia", remarcó el productor.
Fotos: MATKEI