Con respecto a la actividad minera, no es la primera vez que se manifiestan grandes expectativas sobre las riquezas guardadas en el subsuelo de nuestro país. La explotación de minerales e hidrocarburos ha cobrado notable trascendencia en la opinión pública últimamente. A la búsqueda del oro en Paso Yobai, se suma ahora una nueva fiebre, la del uranio. Y es comprensible. De acuerdo a la OIT (Organización Internacional del Trabajo), los minerales constituyen el elemento base de la mayoría de muchas industrias y en prácticamente todos los países del mundo se realiza algún tipo de explotación minera. Esta actividad tiene importantes repercusiones económicas, ambientales, laborales y sociales, tanto en los países o regiones en que se practica como a escala global. Para muchos países en desarrollo (como los africanos) la minería representa una parte significativa de la riqueza y, en muchos casos, la fuente de divisas y de inversiones extranjeras más importante. Sin embargo, el impacto de la minería sobre el medio ambiente puede ser considerable y puede tener consecuencias a largo plazo. Hay muchos ejemplos de buenas y malas prácticas en la gestión de áreas mineras. El efecto ambiental de las prácticas mineras es una cuestión cada vez más importante para la industria y sus trabajadores. La minería se considera una industria especial con comunidades muy interrelacionadas y trabajadores que realizan un trabajo sucio y peligroso.
A pesar de los importantes esfuerzos realizados en muchos países, la tasa mundial de víctimas mortales, lesiones y enfermedades entre los mineros demuestra que, en la mayoría de ellos, la minería sigue siendo el trabajo más peligroso en relación con el número total de trabajadores dedicados a la actividad. En efecto, aunque la minería sólo emplea al 1% del total de trabajadores, es responsable de cerca del 8% de los accidentes laborales mortales (15.000 al año, aproximadamente).

LOS EFECTOS DE
LA MINERIA DE URANIO
Tal como aparece en la naturaleza, el uranio no es utilizable, razón por la que debe ser enriquecido mediante sofisticados y costosos procedimientos industriales. Esto genera otro tipo de riesgos ambientales y de salud humana. Los usos principales del uranio enriquecido se relaciona con la generación de energía nuclear y la industria militar.

El uranio está presente en el ambiente en bajas concentraciones en todo el mundo; los depósitos más abundantes están en rocas sedimentarias de Wyoming (Estados Unidos), Blind River y Beaver Lodge (Canadá), los Montes Erz (Europa Central), los Montes Urales (Rusia), las montañas Rand (África del Sur) y Radium Hill (Australia).
Las minas a cielo abierto han sido la forma preferida de obtención de uranio. El contenido de uranio de la mayoría de los minerales está en un rango bajo: entre 0.1-1.0% de óxido de uranio. Con frecuencia se encuentra en una concentración mucho mayor, presentando para los trabajadores un grave peligro de emisor de rayos beta e inhalación del polvo en suspensión en el ambiente de la mina. El cáncer de pulmón ha sido frecuente entre los mineros del uranio, y varios otros grupos de mineros del metal.

La radiación ionizante consiste en partículas, incluidos los fotones, que causan la separación de electrones de átomos y moléculas. Esta radiación ionizante es la principal preocupación en las minas de uranio. El uranio natural contiene 99.28% de U238 (Uranio 238), 0.72% de U235 y 0.006% de U234. Los isótopos del uranio y sus productos de desintegración son emisores alfas, beta y gamma. El radón (Rn222), emisor alfa, uno de los productos de desintegración de U238, presenta un peligro considerable por inhalación en las minas de uranio.


ASPECTOS MEDICOS
Los aspectos médicos relacionados con la exposición al uranio nos llevan a las minas de plata en Europa, fundamentalmente las de los montes Erz, Schneeburg y Joachimstall (Alemania). Mucho tiempo antes del descubrimiento de la radioactividad en 1896, durante varios siglos se observó que los trabajadores de las minas morían de “la enfermedad de los pulmones negros”. Los estudios médicos mostraban una incidencia del 50% de cáncer de pulmón en estas áreas.

Un estudio realizado en trabajadores checos de minas de uranio reveló anomalías cromosómicas, que estadísticamente guardaba una gran relación con la exposición al radón (un gas presente en las minas de uranio). Estos hallazgos complementan otros estudios anteriores realizados en trabajadores de minas de uranio de Alemania y Namibia. Un nuevo estudio confirmó la toxicidad del uranio en el agua potable: se descubrieron efectos tóxicos en el riñón, incluso en bajas concentraciones.
En Argentina, un gran movimiento en contra de las minas de uranio en Córdoba produjo el cierre de las minas de uranio de Sierra Pintada y Los Gigantes, cerca de la localidad turística de Carlos Paz. Casos similares se registraron en Canadá, Estados Unidos, Australia y en Alemania, donde continuó el trabajo de confinamiento en las antiguas minas de uranio de Wismut. En este sitio, en una laguna de un pueblo situado en el emplazamiento donde hubo una mina de uranio a cielo abierto, se encontraron grandes concentraciones de uranio en el agua y en los peces.


LA PROSPECCION DE URANIO EN YUTY
Las primeras exploraciones en la zona de Yuty datan de los años 80, de acuerdo con las informaciones disponibles. Empresas canadienses se instalaron en la zona y se conocen otras prospecciones en zonas de Concepción y Pedro Juan Caballero. Si bien desde esa fecha se sabe de la existencia del metal, en la actualidad se puede volver una actividad rentable, por lo que la reapertura de los pozos que fueron cerrados en aquella época y la excavación de nuevos pozos se justifican. Varios pobladores de buena memoria fueron con seguridad los primeros contratados en esta etapa.
La prospección (fase anterior a la explotación) es un negocio de alto costo y riesgo. En el mejor de los casos da como resultado el descubrimiento de un filón explotable de forma rentable. Antiguamente, las empresas no solían adoptar planes ni métodos para la seguridad en la prospección. Incluso actualmente, los trabajadores de la prospección a menudo desestiman los temas de salud y seguridad. Los trabajos de prospección suelen ser de tipo temporal, por lo que son normales las presiones para finalizar el trabajo en un tiempo limitado, a veces a costa de la seguridad. Además, a medida que los trabajos avanzan, aumentan el número y los tipos de riesgos y peligros.
El nivel de radiación en la zona se puede determinar con muestras de roca y de agua. En el caso de las prospecciones en Yuty, no se conocen detalles precisos de las medidas de seguridad para los trabajadores y para el entorno en general, aunque algunas fotos periodísticas muestran claramente el contacto directo con las manos de los trabajadores y geólogos con las muestras extraídas. Si este tipo de prácticas no representan riesgos para las personas, ¿con qué objeto se controlan los niveles de radiación con un dosímetro? ¿Y por qué hay un reconocimiento de los riesgos sobre la fertilidad (en especial de los hombres) y de cáncer, asociados con la actividad? Las dudas razonables aparecen y los responsables de las prospecciones deben tener las respuestas.
El “uranio rykyere” (jugo o extracto de uranio) como lo tituló un matutino puede ser una dolorosa realidad para los yuteños. A todos los responsables de esta actividad les queda la carga de la prueba: deben demostrar que la prospección y la explotación de uranio en la zona se hará sin riesgos para la salud de los pobladores y para el ambiente, es decir, en beneficio de todos.

Agradecimiento: del autor al Prof. Lic. Geol. Higinio Moreno.


(*) Facultad de
Ciencias Agrarias/UNA