EL PUMA

Dr. Ramón Pistilli Existe en la América toda, un animal extraordinario capaz de sobrevivir en cualquier tipo de accidente geográfico, sea en las montañas, pantanos, desiertos o junglas, y este es el famoso león americano, llamado así por los colonizadores españoles al hallarlo por estos lares y por su parecido con la leona africana.

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Siempre perseguido, ya no existe en algunas regiones, llegando a refugiarse en zonas inaccesibles. En la actualidad, se lo encuentra en terrenos abruptos, más que en las partes bajas, por eso lo llaman el “León de las montañas”.
Este animal ha dominado a casi todo el territorio americano mediante su arte y maestría de cazar diversos tipos de presas, como ser, peces, aves, roedores, a más de terneros y ovejas de los establecimientos ganaderos cercanos a su hábitat.
A nuestro puma le es grato accionar durante la noche, y para encontrar a sus presas recorre grandes distancias, traducidas en varios kilómetros. Para poder cazar, observa a su victima a la luz de la luna, se acerca sigilosamente y con un silencio felino, colocándose muy cerca de ella, y siempre en contra de la dirección del viento para no ser delatado por su olor; se agacha haciendo que su vientre esté en contacto con el suelo, esperando el momento oportuno. Luego, a gran velocidad y con unos saltos se prende del cuello, introduciéndole sus dientes hasta las vértebras. En caso de fallar en el primer intento, se aferra al lomo o por donde alcance, echándola al suelo y sujetándola de la garganta, y así da muerte a su víctima. Así muerta la presa, y si está en un lugar cómodo, se da el festín allí mismo; pero si observara peligro, con gran fuerza arrastra al animal hacia un lugar seguro. Allí puede abrir el vientre y puede enterrar las vísceras, luego comienza su alimentación por los lugares más apetecibles, que son las carnes de los costillares y de los lomos. Si su presa es grande y él queda satisfecho sin terminarla, la esconde bajo hojas o tierra, para posteriormente volver al sitio hasta terminar con su comida.
Los estudiosos de estos animales establecen que el número de presas que estos capturan en un año oscilan entre 30 a 100 animales medianos y de gran porte, pero si son de tamaño pequeño, es difícil precisar cuántas presas cazan. Son animales tremendamente inteligentes y gustan de cazar en lugares tranquilos, pero si lo hacen en sitios peligrosos y muy perseguidos por los humanos, se alejan y ya no vuelven a cazar en esa zona.
CICLO SEXUAL
El ciclo de cruzamiento es dable en cualquier época del año y, al presentar la hembra síntomas de celo, el macho se junta con la hembra y hacen vida amorosa por dos semanas. Si el acto sexual fue consumado con éxito, las hembras darán a luz de uno a seis pumitas tras una gestación de más o menos 95 días, en un lugar bien oculto, como ser una cueva o entre el tupido follaje. Al nacer, los pumitas pueden pesar aproximadamente 500 gramos; nacen sin abrir los ojos, sus cuerpos están cubiertos de pelos leonados, pero con una particularidad: el cuerpo de cada uno de ellos presenta unas motas negras y manchas anilladas en la cola, manchas estas que desaparecen según los pumitas vayan creciendo. Es muy importante conocer esto, pues hay personas que los sacan de sus nidos para comercializarlos y dicen que son hijos de jaguares. Y no lo son, sólo se asemejan por las motas. Sus ojos ven la luz entre 10 a 18 días; a los 45 días, con un peso promedio de 5 kilos consumen carne, pero siguen su periodo de lactación hasta cumplir los tres meses de edad. Los pumitas tienen un rápido desarrollo, llegando a tener unos 20 o más kilos a la edad de 8 meses, pero el alejamiento del lado de sus madres se produce después de los dos años.
El pelaje de estos animales está adornado con un color pardo amarillento, pudiendo ser más claro o más oscuro; siempre la zona dorsal es más oscura y la zona ventral más apagada, llegando al color rojizo oscuro; la coloración del hocico alrededor de la boca luce blanquecino y con vistosos bigotes; en la base de las vibrisas tiene color negruzco, y su garganta se presenta blanquecina. En la cola, el color va aumentando de una tonalidad oscura, llegando a ser negruzco en la punta.
Los pumas son unos felinos de gran porte, muy esbeltos, de miembros largos, siendo las traseras de mayor longitud para poder dar un gran salto. La cabeza de los pumas es pequeña, con frente ancha y poderosos maseteros; los ojos vivaces insertados a los lados del stop o espacio fronto-nasal, una hendidura en el centro de la frente, y con orejas medianas, redondeadas y muy móviles.
Con un largo de cabeza y tronco de 1.50 metros, un largo de cola de 90 centímetros, y un peso promedio de unos 120 kilos, los pumas pertenecen al género Pantera puma, o puma con color; a la clase mamíferos; al orden carnívoros, y a la familia félidos. Es nuestro jagua pytã, y en nuestro país todavía se lo encuentra en las regiones Oriental y Occidental.
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