Cargando...
Lo que suele ocurrir es que lluvias intensas, acompañadas de fuertes vientos, causan la casi inmediata inundación de calles que, como verdaderos arroyos y ríos, arrastran el agua y a su paso los residuos o basuras de todo tipo que, por lo general, terminan por acumularse y taponar las pocas bocas de salida del agua que están en condiciones. Esto ha ocurrido y sigue sucediendo en diferentes barrios de Asunción y ciudades del interior.
LA REALIDAD
Las causas de esta situación se centran en una falta de planificación urbana y de inversión para dar respuestas al crecimiento poblacional, al del parque automotor, de las construcciones, así como a la pavimentación de calles. El urbanista Federico Franco Troche, citado en la página de Paraguay Noticias, afirma que son varias las causas que provocan la aparición de los raudales. Primero, existe una baja cobertura del sistema de desagüe pluvial en capital que ronda el 7 %. Segundo, los cauces de arroyos que eran los desagües naturales, que permitían el escurrimiento de las aguas hasta el río, han perdido su capacidad de absorción, a lo se le suma la acumulación por la gran cantidad de desechos que se arrojan y acumulan, y que terminan por taponar estas salidas de agua. En tercer lugar, el asfaltado de muchas calles sin un sistema de desagüe pluvial hace que el agua corra con mayor rapidez y forme raudales en ciertas esquinas y calles. Una cuarta causa es la saturación del alcantarillado sanitario insuficiente en cobertura, particularmente en algunos barrios porque tienen el desagüe pluvial conectado con las cloacas de los hogares, lo que lleva a esta colmatación y acumulación del agua.
LA SOLUCIÓN
La capital, las ciudades del área metropolitana y del interior crecen día a día; esto conlleva a una planificación con inversiones físicas en pos de la modernización, funcionalidad y seguridad necesarias, tanto en la capital como en las demás ciudades.
En noviembre del año pasado, el director de Obras de la comuna asuncena, Ing. Germán Fleitas, señaló a Paraguay.com, que actualmente solo se tiene un 20 % de cobertura en materia de drenaje en la ciudad. Según Fleitas, la inversión requerida es elevada. En efecto, por cada cuadra de desagüe pluvial que se habilite, sería necesario romper cada calle, volver a instalar todo el sistema de agua y de cloaca (un par por frentista), colocar los caños, volver a tapar las calles y asfaltarlas, explicó el profesional. Sin dudas un gran trabajo, que requiere de inversión, pero que hoy es indispensable.
CONCLUSIÓN
La preocupante situación que generan los raudales requiere de una efectiva solución. La reciente muerte de una turista brasileña y de otras personas, no deja margen para prolongar esta ineludible responsabilidad gubernamental y municipal. Por de pronto, los emprendimientos público-privados que se proyectan establecer no contemplan al menos, en corto plazo, acciones tendientes a su solución o minimización. Esperemos prontos resultados; no discursos, si es que se pretende hablar y promocionar una “Asunción verde, limpia, saludable y segura”. Entre tanto, resta a la ciudadanía adoptar las medidas de seguridad pertinentes, y asumir una mayor responsabilidad en el manejo de la basura que genera y arroja, particularmente en las calles y espacios públicos.
(*) Especialista en Comunicación Rural