El Ka`a he`ê - KHS

Dr. P. M. Gibert matias@abc.com.py Fotos: MATKEI La producción de ka’a he’ê o stevia es una alternativa válida para el pequeño productor, por las características de su cultivo. Hoy en día, varios países trabajan en la búsqueda de nuevas variedades, sobre todo en mayor rendimiento porcentual de steviósido y rebaudiósido. El Paraguay dispone de variedades muy competitivas para la obtención de cristales, y también para la fabricación de jarabes destinados a la industria farmacéutica, la agricultura y la ganadería. Sin dudas, su presencia en la EXPO se hará sentir en charlas y stands de la muestra.

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En varias oportunidades, he propuesto que la denominación de esta planta en nuestro país sea de ka’a he’ê - Stevia (KHS) de tal forma que sea así reconocida la materia prima que sale de nuestro medio y no se pierda la denominación de ka’a he’ê y sea reemplazada por Stevia.
Esto es importante porque el género Stevia es muy difundido en América del Sur; se han contado más de 220 especies bajo esta clasificación. Stevia Rebaudiana Bertoni es una especie particular del género Stevia. En el Amambay hay 120 especies diferentes. El Dr. Luis Degásperi, según el Sr. Angel González, mandaba carretas con baqueanos a la selva para cosechar las plantas que servirían de plantines en Horqueta.
El género Stevia saca su nombre del botánico Peter James Esteve, un profesor español de Botánica.
El steviósido, principio activo, fue llamado así por primera vez, de acuerdo con las normas aprobadas en el año 1931 por la “Unión Internacional de Química” reunida en Dinamarca. Este es un glucósido diterpeno, en cuya fórmula se encuentra un aglucón (stevial) y tres moléculas de glucosa. Su fórmula química es C38 H60 O18 y su peso molecular es: 804,80.
El KHS va tomando paulatinamente el lugar que le corresponde. En 1970 el Sr. Antonio Palazón hace sus primeros ensayos usando como edulcorante al ka’a he’ê, en una bebida gaseosa llamada “Sodal”. Tiene aceptación; algunos industriales del ramo de Argentina se interesan por el edulcorante natural y hacen su pedido a don Antonio, pero la exportación de esa materia prima no pudo ser realizada. Debemos recordar que ya en 1921 el Comisionado de Comercio de los Estados Unidos George Brady presenta esta planta al Departamento de Agricultura de ese país y la denomina “Una nueva planta dulce con grandes posibilidades comerciales”. Como podemos apreciar, el KHS estaba en la mira de la industria hace tiempo.
Durante muchos años, la stevia vino buscando mercados en lo referente a su poder edulcorante, teniendo varios problemas debido a su competencia con otros productos sintéticos que compiten en el mercado de los edulcorantes de bajas calorías. El KHS se comporta muy bien si lo comparamos con otros componentes, debido a que tiene mucho más poder edulcorante, mayor estabilidad cuando es sometido al calor, para el uso en la cocina, lo que permite su utilización en la fabricación de dulces y postres.
Las nuevas alternativas que se plantean en la industrialización de KHS no deben ser direccionadas solamente por su principio edulcorante, sino que se deben aprovechar sus propiedades medicamentosas, para el uso humano, veterinario y agronómico. Esta perspectiva tiene una mayor proporción en el mercado que la que podría tener si es industrializada solamente como edulcorante.
Las pruebas realizadas en el uso humano permiten utilizar a los productos obtenidos de la stevia en el combate de la diabetes, no solamente como un producto energético, sino porque se ha comprobado su acción en el páncreas, facilitando el intercambio fisiológico normal de la insulina y del glucagón. Este hallazgo es muy importante sobre todo en la diabetes del tipo 2. Además, otros trabajos que hemos realizado han confirmado su efecto en el control de varias bacterias, entre las cuales se encuentran el E. Coli que, en diferentes concentraciones de jarabe, se comporta como bactericida y en otras, controlando su desarrollo. También ha demostrado su inocuidad en la ingestión diaria; además, muchos estudios han reafirmado su acción en la baja de la presión arterial.
En otros estudios que he hecho con la harina de hojas de ka’a he’ê suministradas a los pollos parrilleros, durante las últimas tres semanas de engorde de los animales, el primer ensayo fue destinado a ver si el uso de esta planta produciría alguna alteración en el gusto de la carne. El resultado fue óptimo, debido a que los pollos en experimentación y posteriormente cocinados y degustados por 30 participantes pudieron determinar la diferencia de gusto contra los testigos. Mejoró el sabor del pollo y además mostró una característica que no estaba prevista en el estudio, y fue la de que los pollos tratados obtuvieron mayor peso vivo a los 42 días en que fueron faenados. Estos resultados motivaron a hacer un nuevo trabajo, pues había ocurrido que en la experimentación, que solo estaba destinada a ver si había cambio de gusto en la carne de los pollos, se apreció una ganancia de peso vivo mayor en los pollos tratados en comparación con los no tratados.
Estos mismos resultados fueron confirmados en los trabajos realizados en cerdos, donde la viabilidad en la crianza era mayor y el rendimiento de peso final era mejor.
El primer trabajo que realicé en plantas fue en la mandioca y el mango, usándolos como antiestrés, para proteger a estos cultivos de las heladas, obteniendo muy buenos resultados. Sugerí al Ing. Miguel Alonso hacer más pruebas en verduras; el mismo realizó trabajos utilizando el jarabe de ka’a he’ê en los cultivos hortícolas de acuerdo a la postura de la planta, y ha obtenido resultados que le permitieron determinar beneficios que hoy en día los pone en práctica en las granjas Marta Ibáñez y María Teresa, que él asesora. Además hizo trabajos con frutillas y los resultados fueron muy alentadores, ya que obtuvo mayor permanencia del cultivo, mejor desarrollo de la fruta y mayor dulzor de la misma. En el cultivo de tomates, mejoró la calidad de los frutos, obtuvo mejor control de las enfermedades y le permitieron tener mayor tiempo la fruta en el mercado, con lo cual no solo logró mayor producción sino mayor oportunidad de comercialización. El uso del KHS en la industria de las bebidas alcohólicas tiene un gran potencial, debido a que favorece el añejamiento y aumenta la eliminación de los fenoles, causante de la baja calidad de los licores.
Más y nuevas variedades de esta planta deben ser estudiadas para poder competir en el futuro, debido a que hay un interés muy grande por este cultivo en otros países que ya tienen variedades mejoradas con más de 23% de cristal.

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