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El incendio de los campos ganaderos realizado para buscar el rebrote de las pasturas es una práctica antiecológica que se realiza generalizadamente en todo el país y que es muy común en el departamento de Misiones, durante agosto y setiembre.
Las consecuencias negativas de las quemazones son las espesas humaredas y los frentes de fuego que suelen expandirse con el viento y en algunos casos se son inmanejables y perjudican cultivos agrícolas, bosques naturales y plantaciones forestales, poblaciones, entre otras cosas.
Muchos productores sostienen que no conocen técnicas viables económicamente que puedan suplantar la quema. Algunos técnicos no desean opinar sobre el punto porque afirman que es tema delicado, mientras que otros sostienen que se trata de un mal necesario. La opción para reemplazar la quema es la utilización de cortadoras rotativas, aunque algunos opinan que este método solo puede aplicarse en pequeños campos que no están tan enmalezados.
Cuando más degradado está un suelo, las malezas que crecen en él son más rústicas, resistentes y sus raíces son más profundas, entonces las pasturas tienen menos posibilidades para competir por los pocos nutrientes que van quedando, adquieren menos desarrollo y se vuelven menos nutritivas para el ganado.
DEGRADACION DEL ECOSISTEMA
Con la quema de los campos, se incinera toda la materia orgánica de la superficie, se mata a los insectos y los microbios que trabajan para dar vida a la tierra. Además, el fuego libera el nitrógeno y sólo quedan en el suelo el fósforo y el potasio. Pero cuando hablamos de suelo no estamos refiriéndonos solo a los componentes minerales, sino al conjunto de tierra, restos vegetales o animales, insectos, pequeños animales, microbios, elementos químicos, aire y agua. Todo esto y mucho más, conforman lo que llamamos suelo, que constituye un colchón viviente donde habitan y trabajan -como en un laboratorio maravilloso- innumerables microbios, insectos y lombrices útiles.
En el suelo, la capa orgánica puede tener cierta profundidad según la protección que reciba, 10, 20, 30 centímetros o más; allí las plantas encuentran el alimento que necesitan, nutriéndose a través de sus raíces de los minerales y otros elementos que están diluidos en el agua.
Uno de los elementos indispensables para la vida de las plantas es el Nitrógeno que se encuentra disuelto en el aire y de allí pasa al suelo por descomposición de los restos vegetales en la superficie. También se incorpora Nitrógeno al suelo a través de la simbiosis de algunos microbios como el Risobium que vive pegado a las raíces de las leguminosas, estos absorben nitrógeno del aire y lo fijan a las raíces de dichas plantas. El Nitrógeno es uno de los componentes más perjudicados con la quema.