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PREPARACIÓN
Previamente a la preparación, se debe realizar un análisis de suelo para conocer sus requerimientos; elementos a incorporar y enmiendas a realizar. Cubierto este aspecto, y en el laboreo convencional, hay que realizar dos aradas profundas de 25 a 30 cm, seguida de sus respectivas rastreadas. Esto permite que el terreno quede bien nivelado y de esta forma se facilita el trabajo de trasplante.
MUDAS
En la actualidad, el cultivo de piña aparece como muy susceptible enfermedades. Por eso es muy importante la buena elección de las mudas para la siembra. Si se van a utilizar mudas de campo que están en producción, hay que tener en cuenta la productividad; deben ser sanas, vigorosas y libres de lesiones mecánicas. Es importante descartar las que presentan síntomas de goma y con altura inferior a 25 cm. El peso ideal debe estar entre 250 g y 350 g. Existen diferentes tipos de mudas. Las más utilizadas son los vástagos, brotes o hijuelos y mudas de laboratorio; también las denominadas coronas. Esta última es la parte superior del fruto, pero su utilización no se recomienda para el trasplante porque recién produce a los 24 meses y el cultivo resulta poco uniforme. Por eso, una de las más recomendadas es el vástago, ya que el tamaño es superior a los otros y son más vigorosos. Pero el inconveniente es que este tipo de mudas no existen en grandes cantidad, pues de cada planta madre. No obstante, se recomiendan las mudas que se obtienen del Laboratorio de Biotecnología, del Centro de Investigación Hernando Bertoni, ya que se encuentran libres de virus, plagas y enfermedades y garantizan una buena producción. Para el control de plagas y enfermedades, las mudas deben ser tratadas en una solución con 100 cc de dimetoato, más 150 gramos de benlate diluidos en cien litros de agua.
PLANTACIÓN
En distancia de plantación, se debe tener en cuenta la variedad de piña a sembrar. Con la variedad abacaxi, hay que plantar en hileras simples, porque esta variedad posee muchas hojas con espinas; y con ese sistema se facilitan los cuidados culturales. La distancia recomendada entre plantas es 0,30 a 0,40 m y entre hileras debe ser de 0,70 a 1 m; con esta densidad, se tienen entre 28.000 a 33.000 plantas por ha. Las frutas poseen forma cónica, pesando entre 800 a 1200 g por fruta. La pulpa es blanca, jugosa y poco ácida. Esta variedad es la más cultivada en el país y exportada al mercado argentino. En el caso de la variedad cayena lisa, como las hojas no tienen espinas se debe plantar en hileras dobles. Entre hileras simples, de 1 m; entre hileras dobles y entre plantas, de 0,40 a 0,50 m. Con esta densidad entran entre 33.000 a 44.000 plantas por ha. Sus frutos son de forma cilíndrica, con un peso medio entre 1,5 y 2 kg, de pulpa amarilla y cáscara de color anaranjado. Son aptos para consumo fresco y la industria.
Esta variedad tropieza con algunos inconvenientes en nuestro país, porque necesita de más cuidado principalmente en cuanto al agua y los nutrientes.
También existe otra variedad: la boituva-amarelo, guaicurú o piña boliviana. Esta planta es rústica, vigorosa y tiene hojas con espinas. Sus frutos son de forma cilíndrica, con un peso medio de entre 1,5 a 2kg; la cáscara y la pulpa son de color amarillo. Emite numerosos brotes (5 a 10) muy próximos a la base del fruto. Esta variedad no tiene mucha difusión en el país. Para el trasplante se debe aplicar materia orgánica (estiércol); se realiza en surcos o en hoyos que se abren con pala o yvyra akua; y es importante evitar que ingrese tierra en el centro de la roseta foliar de las mudas.
CUIDADOS CULTURALES
Fertilización: se aconseja efectuar con base en el resultado del análisis de suelo. En caso contrario, se puede aplicar por planta 10 a 12 g de nitrógeno, 5 a 8 g de fósforo y 12 a 15 g de potasio. También se puede utilizar la formulación 45-45- 60. La aplicación se puede realizar en las hojas basales, alrededor de la planta o en surcos. Aplicación de hormonas: para inducir la floración artificial de la piña, se pueden aplicar algunas hormonas, como el carburo de calcio y el llamado ethel. El carburo de calcio debe ser diluido a razón de un kilogramo de producto en 150 litros de agua. El ethel se utiliza en dosis de 50 a 200 cc más 2 kg de urea en cien litros de agua. Ambas hormonas, después de ser diluidas, deben ser aplicadas en el centro de la roseta foliar de cada planta a una dosis de 50 cc por planta. Las hormonas deben ser aplicadas en días nublados o antes de la salida del sol, en plantas bien desarrolladas con diez a catorce meses de edad y seis a seis meses y medio antes de la fecha prevista para la cosecha.
(*) Técnico especialista en fruticultura.