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Esta planta es nativa de los países del sureste de Asia, desde donde se extendió rápidamente por la cuenca mediterránea. En la actualidad se cultiva en todas las regiones templadas, resulta fácil de cosechar, es rica en energía y, además, es capaz de combinar con todo tipo de alimentos, sobre todo con arroz y verduras.
VARIEDADES
Entre las más cultivadas se encuentran la reina, verde y común. En la actualidad se utilizan otras de mejor adaptabilidad y rendimiento.
SIEMBRA
La lenteja es de la familia de las leguminosas y conocida científicamente como Ervum lens. Es una planta de ciclo anual, se adapta a los climas frescos, y le perjudican las heladas y rocíos intensos. Para su cultivo, se recomiendan suelos arenosos y calizos que estén bien drenados, ya que no tolera el encharcamiento. Es cultivada en todas las regiones templadas, resulta fácil de cosechar, es rica en energía, barata, de buena conservación y capaz de combinar con todo tipo de alimentos. El pH va de 6,5 a 7,5. Su cultivo se realiza mediante la siembra de semillas, productos de la finca o variedades certificadas. Se ha demostrado que la aplicación de zinc, a la dosis de 5 ppm, aumenta la supervivencia de los Rhizobium de lenteja, y aumenta la fijación del nitrógeno y la producción de materia seca, sobre todo en suelos con deficiencia de zinc.
Se puede hacer en siembra directa, pero teniendo en cuenta la limpieza permanente del terreno. En cada hoyo, que se realiza con el dedo pulgar o la punta de un palo de escoba, se ponen unas tres semillas a una profundidad dos veces y medio el tamaño de la misma; luego, se tapa y se riega, para favorecer la germinación y asegurar que se adhiera muy bien al suelo, de tal forma que no queden burbujas de aire entre la semilla y el suelo, pues esto perjudica la germinación. Si bien tolera la sequía y es considerado por muchos como un cultivo de secano, es bueno recurrir al riego periódico, teniendo en cuenta la permeabilidad que tienen los suelos arenosos. Con la tecnología moderna de riego se puede ampliar la zona de cultivo. El riego y la fertilización son dos aspectos que deben tenerse especialmente en cuenta, pues la planta es sensible a la humedad y los nutrientes.
Además de ser una buena fuente de proteína para la familia, tiene en las raíces unos nódulos que encierran bacterias capaces de transformar el nitrógeno atmosférico, que la planta no puede utilizar, pero sí transformarla en nitrógeno orgánico en forma de nitrato, que sí puede utilizar. Por esto, la lenteja es rica en proteínas, nutriente que contiene moléculas de nitrógeno en su composición. A menudo se plantan con el fin de reponer el nitrógeno del suelo y se usan como cultivos de rotación.
La lenteja tiene un tallo débil, corto y ramificado; hojas compuestas, y unas flores blancas que están dispuestas en pequeños y vistosos ramitos. El fruto es una vaina con varias semillas de forma redondeada, planas y de una coloración amarronada.
COSECHA
La cosecha se realiza en verano cuando la planta empieza a amarillear y antes de la total madurez del grano, teniendo en cuenta la humedad de la semilla para su posterior conservación, la cual no debe ser mayor al 12%. Se debe tener especial cuidado en este punto, porque si el almacenamiento se hace en bolsas, pueden ser presa del gorgojo, lo cual perjudica al producto. Para evitar esto, se deben cerrar las ventanas con telas tipo mosquiteros, que anula la entrada o salida del parásito. Si la cosecha es familiar, se puede almacenar en damajuanas inmediatamente después de secarse, para impedir la contaminación de este agente perjudicial. Si se ha almacenado en bolsas, se deben poner sobre rejillas de madera, de tal forma que no toquen el suelo y a resguardo del sol. Los rendimientos por hectárea promedian los 1200 kg.
PROPIEDADES
La lenteja tiene una alta concentración de nutrientes, entre los que abundan los hidratos de carbono y fundamentalmente en forma de almidón. Lo bueno que tiene esta planta es que estos almidones son de digestión lenta y hace que permanezca más tiempo en el aparato digestivo, liberando lentamente la energía y dando una sensación de plenitud, retardando el efecto de hambre. Para los niños y los que requieren de energía para su trabajo manual o intelectual, tiene el beneficio de que puede usarse por más tiempo sin recurrir a otros alimentos y tiene una menor demanda inmediata de insulina, por lo cual su consumición favorece a quienes tienen algún problema de tipo diabético. Sus proteínas, aunque abundan, son incompletas, por ser deficitarias en metionina en algunos aminoácidos esenciales. Pero si se combinan las lentejas con cereales como el arroz, u otros alimentos ricos en esos aminoácidos, se convierten en proteínas de alto valor biológico, equiparables a las que aportan los alimentos de origen animal. El contenido en lípidos es muy bajo. El aporte de fibra, aunque importante, es también inferior al de otras leguminosas.
La lenteja es rica en vitaminas del grupo B, como B1, B3 y B6. Tiene abundante zinc, selenio y hierro; este último no está muy bien dispuesto para la absorción, pero puede compensarse con proteína de origen animal.Recordemos que el selenio es un mineral antioxidante que protege a las células del organismo humano de la oxidación provocada por los radicales libres.
En las huertas de los pequeños productores del sur de nuestro país no debe faltar este cultivo, para complementar la dieta diaria de toda la familia y aprovechar el rastrojo para el suelo y la nutrición animal. Tiene buen precio tanto en Abasto Norte como en el Agroshopping.
“La educación es la base del desarrollo de las comunidades”. p.m.g.