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El control de hormigas debe realizarse, por lo menos, un mes antes del inicio de la plantación. En la primera pasada se deberán identificar los hormigueros y diferenciar, si es posible, el género de hormigas al que pertenecen. Si son Atta (ysau) o Acromyrmex (akêkê).
Para el control del akêkê, al encontrar el hormiguero, se deberá realizar una perforación en el centro del mismo, de manera que se pueda poner 5 g de hormiguicidas (cebo granulado con base Fipronil). Posteriormente, se deberá tapar el hueco.
Para el control del ysau, al encontrar el hormiguero, se deberá medir su superficie y poner 10 g de hormiguicida (cebo granulado con base Fipronil) por metro cuadrado de hormiguero, distribuyendo a 20 cm de las entradas principales, sin obstruir los carriles. Se deberán realizar las aplicaciones sobre suelo seco.
APLICACIÓN DE HERBICIDA PREPLANTACIÓN
Teniendo siempre en cuenta las características de temperatura, humedad, velocidad del viento y otros puntos importantes para evitar afectar a los establecimientos vecinos, se procederá a llevar a cabo el trabajo de aplicación de productos para control de malezas.
La aplicación de herbicidas se realizará en la fila inmediatamente antes, empleando un herbicida total para el control de maleza existentes y un preemergente, para controlar la germinación de las semilla presentes en el suelo. Esto se puede hacer tanto antes de la siembra como después, dependiendo de varios factores.
PREPARACIÓN DE SUELO
Entre los aspectos técnicos a tener en cuenta, la preparación de suelo sigue siendo fundamental y se debe llevar a cabo de la siguiente manera.
Se realiza la preparación en franjas con subsoladores, con púas de 50 a 70 cm; además, se debe contar con un par de discos dislocados con ejes flotantes para roturar terrones. En caso de que presente terrones muy grandes, se recomienda pasar rastra pesada sobre el subsolado.
PLANTÍN IDEAL
El plantín ideal a ser utilizado en una plantación es aquel que tiene un diámetro de tallo entre 2 y 3 ml, además de una altura entre 25 y 35 cm, y raíces activas con buen desarrollo.
El buen estado de las raíces se comprueba al retirar el plantín del contenedor (tubete o bandeja). Este deberá presentar raíces de color blanco, lo que significa que la planta está activa y garantiza un alto porcentaje de prendimiento. La presencia de raíces de color marrón o negro indican un sistema radicular deteriorado con bajas chances de prendimiento.
PLANTACIÓN
Se realiza en el centro de la fila preparada, con distancias variables, dependiendo del objetivo deseado. En caso de madera sólida, sin nudos y alto valor agregado, 3 m entre plantas, dando una densidad de 833 plantas por hectárea; en caso de madera con fines de energía (biomasa), 2 m entre plantas y una densidad de 1250 plantas por hectárea.
Para la plantación propiamente dicha, se procede a realizar un pozo en el centro de la franja preparada, se deposita el plantín, se cubre con suelo y se comprime levemente con los pies alrededor de la planta. Cada operario deberá tener una palita corta y vara para medir la distancia.
En los días con poca humedad en el suelo se deberá retirar la tierra seca de la parte superior y plantar en la zona con humedad. Entre el día 5 y el 10 de la plantación se realizará un repaso para reponer las fallas que pudieran haber en el cuadro por mala plantación.
Es recomendable sumergir el pan de sustrato del plantín inmediatamente antes de la plantación en una solución de imidacloprid, a razón de 1 g/l, para el control de insectos subterráneos como el kupi’i.
FERTILIZACIÓN
Se deberán colocar 100 g de fertilizante por planta (04-30-10), distribuyéndose en círculos, a una distancia de 25 cm de la planta. La fertilización se realizará no más de 15 días después de la plantación.
CONTROLES DE MALEZAS POSPLANTACIÓN
Durante los primeros 12 meses de establecida la plantación, la fila debe permanecer libre de malezas, por lo menos un metro a cada lado de la fila, lo que garantiza el buen desarrollo de la planta. Los Eucalyptus spp. y sus híbridos son sumamente sensibles a la competencia con malezas, y de no ser controlados generan una plantación heterogénea y retrasos en el crecimiento que no se pueden recuperar.
Se utiliza glifosato (5 a 6 l/ha) en aplicaciones dirigidas, evitando aplicar sobre el plantín y usando picos antideriva. En caso de existencia de gramíneas resistentes al glifosato, se emplea cletodyn (1,4 l/ha) + glifosato.
Por lo general son necesarios entre dos y cuatro controles de malezas posplantación en la fila durante el primer año.
TRABAJOS A REALIZAR HASTA LA COSECHA
* Cortafuegos: siempre es recomendable dejar entre 4 y 6 m de espacio en los bordes de las parcelas y mantener limpio con rastra pesada. Este trabajo se realiza hasta la cosecha, así evitamos que el fuego queme nuestra plantación.
* Podas: el trabajo consiste en cortar las ramas laterales de las plantas, bien al ras del tronco y sin dañar su sistema de cicatrización. Siempre es recomendable empezar cuando la planta alcance los 5 m de altura. Dicha poda tendrá siete escalas y abarca hasta los tres años, establecido la plantación. En caso de que la finalidad sea para leña, no se realiza podas.
* Raleo: es recomendable hacer inventarios forestales cada año para ver el desarrollo de nuestras parcelas y determinar el momento justo, para practicar el raleo a la parcela. El raleo consiste en cortar aquellos árboles indeseados y dejar bien distribuidos las plantas que van a quedar en pie. Esto ayuda a un mejor desarrollo en cuanto a DAP. Dependiendo de la cantidad de plantas por hectárea se hace hasta dos raleos. En el año dos o tres, el primer raleo y, el segundo, en cinco o seis años. En caso de que la finalidad sea para leño, no se realiza esta práctica.
Control de hormigas: se realiza desde antes de la plantación hasta la cosecha de dicha parcela.
(*) Especialista en producción forestal – Plantec SRL.