Cultivo de ajo - Téc. Hugo Bernardu (*)

El cultivo de ajo es una interesante alternativa para los productores nacionales debido a que existen variedades adaptadas al clima de Paraguay con rendimientos muy buenos; además de ser un producto adquirido localmente durante todo el año. Se estima que el 5 % de ajo consumido en el país es de producción nacional, mientras que el 95 % se importa de China, Argentina y Brasil.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2079

Cargando...

Actualmente, una zona productora de ajo es la Compañía Potrero Duarte, perteneciente al distrito de Gral. Artigas, Itapúa. A pesar de que en este departamento prima la producción extensiva, los pequeños productores optan por salir adelante con un cultivo tradicional. Cabe destacar que en los años 1987 y 1988, los agricultores paraguayos de esta localidad llegaron a exportar el producto al Brasil, lo cual es un parámetro de consideración en el acervo cultural de los pobladores. De acuerdo a los técnicos, en aquel periodo, entre los distritos de San Pedro del Paraná y Gral. Artigas se llegó a cultivar unas 500 ha de ajo, gracias al suelo fértil y la baja incidencia de plagas y enfermedades. Hoy en día, el área de cultivo llega, apenas, a las 80 ha en todo el departamento.

CONSIDERACIONES EN TORNO AL CULTIVO

Varios fueron los factores que redujeron la superficie de siembra de ajo. Entre ellos figura la imposibilidad de acceder a buenos precios de mercado o la pérdida de la producción. Además, uno de los mayores problemas para el sector fue el ingreso ilegal del producto desde Brasil y Argentina. Dicha coyuntura desmotivó al productor, disminuyendo considerablemente el área de siembra. A pesar de ello, actualmente, este rubro es de suma importancia debido a que la rentabilidad que por hectárea llega a los G. 12 a 15 millones por superficie de siembra, con costos de producción que orillan los G. 5 millones. Este cultivo necesita de inversión para obtener buenos rendimientos. En cuanto al ciclo productivo, dura unos cuatro meses y medio, dependiendo de las variedades utilizadas. La época de siembra es marzo-abril, con las variedades Mineiro, Peruano y Napuril, aunque la variedad tardía Cazador permite echar la semilla al campo en mayo.

El ajo es un cultivo de invierno, con el que se puede cubrir toda la superficie de suelo, al igual que la cebolla. Una vez cosechado en octubre y noviembre hace posible la rotación con maíz, mandioca o algodón, que nuevamente está en auge. Trabajar con este rubro permite cubrir la parcela todo el año, de manera a producir constantemente. El rendimiento del ajo ronda los 7000 a 8000 kg/ha en estado fresco y 3500 a 4000 kg/ha, en estado seco.

MANEJO

Los agricultores, en general, están acostumbrados al trabajo con el ajo, por lo que su manejo es considerado como sencillo. El productor trabaja en parcelas pequeñas y, por ser un cultivo muy noble, presenta pocos inconvenientes en cuanto a ataque de plagas y enfermedades. Generalmente, se aplican productos preventivos para evitar inconvenientes. Para lograr una producción homogénea, las semillas utilizadas también deberán serlo. En algunos casos, al no realizar una correcta clasificación de las semillas para la siembra, podría obtenerse un producto final muy pequeño. El mercado exige un tamaño de dientes grande para mejor uso y aprovechamiento.

COSECHA Y POSCOSECHA

Esta labor es totalmente manual. Una vez realizada, se deja la materia prima en el campo por uno o dos días para que se deshidrate. Luego, se lleva al galpón para la limpieza del bulbo y las hojas y proceder al trenzado. Las ristras de ajo deberán estar en un lugar limpio y seco para mantener su calidad. Asimismo, se recomienda no cortar las raicillas, para que su vida útil sea más prolongada. Sin quitarlas, el ajo puede durar unos seis meses en almacenamiento.

(*) Especialista del IPTA - Distrito Gral. Artigas, Itapúa

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...