Cuidado de la marrana durante la gestación

Prof. Dra. Angela Rivas de López Al observar una marrana (cerda), la primera impresión que el común de las personas puede tener es que dicho animal no necesita de ningún cuidado, debido a que solo se lo ve comer y dormir. Sin embargo, lograr un animal sano y con crías fuertes y de calidad conlleva una mezcla de paciencia, cuidado y trabajo.

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Para cuidar a la cerda durante la gestación, lo primero que se debe saber es si está preñada. La manera más práctica de averiguarlo es cuando la marrana no repite el celo después de los 21 días de su último servicio, lapso que puede disminuir o aumentar entre 18 a 25 días; pasado este tiempo, ya se puede considerar a la chancha preñada o gestante.
La gestación en cerdas se divide técnicamente en dos etapas: los primeros 75 días luego de la monta abarca el tiempo denominado Gestación 1 (G1); mientras que los últimos 39 días, se señala con el nombre de Gestación 2 (G2). En total, dura un promedio de 114 días, también conocido como 333 (3 meses, 3 semanas, 3 días).
Durante los 75 días de gestación, la marrana no requiere cuidados especiales, pues seguirá consumiendo sus balanceados normalmente, a razón de 2 kilogramos por día.
Durante toda esta etapa, la cerda permanecerá en su piquete, el cual deberá estar bien empastado, de modo que las marranas consuman mucho verde. Si no se tiene acceso a piquetes, es conveniente suplementar con algún tipo de verde.
Cuidar siempre que tengan agua fresca y limpia a voluntad. En época de verano, se debe cuidar que las cerdas se encuentren bajo sombra gran parte del día, porque el calor sofocante de nuestro país puede enfermarlas y matarlas rápidamente.
Para el segundo periodo de gestación o G2, etapa en donde los fetos comienzan a desarrollarse rápidamente, movilizando grandes cantidades de proteína y otros nutrientes dentro de sus madres, se aumentará el alimento de la marrana a 3 kilogramos por día. El agua nunca debe faltar.
Quince días antes de la fecha probable de parto, se deberá efectuar la limpieza y desinfección de las jaulas de parición, que puede hacerse con cal o cualquier otro desinfectante químico como iodóforos o soluciones de amonio cuaternario.
Una semana antes de la fecha probable de parto, la cerda debe entrar a la paridera, es decir, debe ser trasladada de los piquetes o las jaulas de parición. Esta operación es muy fácil de realizar en las adultas; sin embargo las primerizas, por lo general, no quieren salir del sitio al que están habituadas; por ello, con mucha paciencia se le debe señalar el camino con la ayuda de una vara y un bastidor que la guíe hacia la zona donde se la quiere llevar.
Una vez en el sitio adecuado, se debe bañar a la marrana con agua, cepillo y jabón, insistiendo en la zona vulvar y mamar. Es necesario pesar a la cerda y aplicarle, vía subcutánea, un antiparasitario interno (a base de levamisol = 1 cc por cada 20 kilogramos de peso vivo).
Si existiesen parásitos externos, ese es el momento de realizar el baño antiparasitario (no olvidar seguir las instrucciones del prospecto de modo a evitar cualquier tipo de problemas).
Actualmente, existen en el mercado productos antiparasitarios que cumplen la doble función de eliminar, tanto los parásitos externos como los internos, a base de ivermectinas, cuyo uso económicamente se justifica, en el caso de la existencia de parásitos externos como piojos o sarna, evitando el baño a los animales y aplicando todo el tratamiento en una sola inyección.
Así como también se justifica su uso cuando existe presencia de parásitos que no son atacados por levamisol.
Terminados los trabajos, se llevará a la marrana a su jaula de parición correspondiente, la cual (repetimos) debe ser previamente desinfectada.
Tres días antes del parto se debe comenzar a dar a la cerda alimento laxativo (afrecho de trigo, salvado), a fin de que el aparato digestivo se encuentre lo más alivianado posible para el momento del parto.

LA LACTANCIA
A la cerda no debe dársele de comer durante las 24 horas siguientes al parto, desde donde gradualmente se comenzará a darles la ración que les corresponde, la cual se calcula de la siguiente manera: 2 kilogramos de mantenimiento + 300 a 500 gramos por cada lechón que amamante. De acuerdo al tamaño de la cerda, deberá consumir 5,2 kilogramos de balanceado en una primeriza; en cerdas de mayor peso esta cantidad aumenta; este balanceado debe ser con 15% de proteína bruta.

Es durante la lactancia cuando a la madre no debe faltarle agua, ya que de ello depende la producción láctea; la misma puede llegar a consumir hasta 25 litros de agua por día. El agua debe ser limpia, fresca y en abundancia, de modo que ella misma regule la cantidad que desee consumir.

Durante los primeros días posteriores al parto es conveniente tomarle la temperatura dos veces por día, esto con el fin de detectar a tiempo cualquier enfermedad que la cerda pudiera sufrir. Es importante recalcar que la fiebre produce agalactia=ausencia de producción de leche; si esto pasa se debe consultar inmediatamente con un profesional, ya que este problema puede significar la pérdida de todos los lechones.

La jaula de paridera debe limpiarse en
“seco”, pues la humedad ambiental es causa frecuente de enfermedades en los lechones. Es decir, sacar primero toda la cama, cepillar cuidadosamente y reponerla nuevamente, sin derramar agua, independientemente de la temperatura ambiente; es decir, en ninguna época del año las jaulas de parición son limpiadas con agua, sólo cambio diario de cama.

Es recomendable que en el momento de parición un personal se encargue de la limpieza diaria de la paridera, que debe hacerse dos veces al día.
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