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En el distrito de José Falcón, departamento de Presidente Hayes, inició la experimentación del contenido ruminal proveniente de los frigoríficos, a fin de determinar si es apto como fertilizante orgánico. Primeramente, fue necesaria la realización de una investigación exhaustiva de literatura técnica para conocer el aprovechamiento que podría darse al material presente en el rumen del ganado bovino. En tal sentido, a nivel local, existe poca información al respecto, ya que los fertilizantes orgánicos, normalmente utilizados, son la bosta de vaca mezclada con tierra, la gallinaza y cualquier otro residuo, pero no precisamente el proveniente del rumen. La ventaja de este último es que resulta más limpio. Las pruebas y mediciones, a la fecha, dieron buenos resultados.
RESIDUO RUMINAL
Es el alimento o pasto que el animal ingirió y permaneció en su estómago durante su faena. Este residuo no se mezcla con ningún otro material; ni siquiera tiene contacto con la tierra, orina de los animales, estiércol y otro tipo de residuo. Es limpio y no genera olor.
El contenido ruminal no es bosta, ya que atraviesa por un proceso intermedio dentro del sistema digestivo del animal en el cual no se contamina. El estiércol, sin embargo, se genera después de pasar por el tracto intestinal en el cual actúan muchas bacterias y, por proceso de fermentación, tiene olor.
PROCESO EN LA INDUSTRIAL
El contenido ruminal va por unas tuberías y se exprime en una prensa en la que se saca la mayor cantidad de líquido posible, quedando con un 30 a 40 % de humedad. Luego, es destinado a un campo abierto para su descomposición natural. El material no tiene valor para la industria, representa únicamente un desecho.
APROVECHAMIENTO
Para efectuar los estudios de factibilidad del contenido ruminal, para su uso como fertilizante, primero se descarga el material en un terreno y se forma camellones para su compostaje. En un camellón puede juntarse el residuo de hasta tres días y no más de eso, ya que no tendrá el mismo tiempo de descomposición aquellos materiales considerados nuevos con los viejos.
Cada camellón tiene una ficha en la cual se destaca el lago, ancho y su altura. Con cada uno se hace un control diario de pH y temperatura. Posteriormente, cada ocho días se realiza el volteo del material.
El objetivo es llegar a un pH de 6 y 7, lo cual es el ideal.
En los casos de lluvia excesiva es prioritario tapar el camellón, debido a que el material debe tener una humedad máxima de 10 % y el proceso de fermentación dura entre 45 a 60 días para que el fertilizante esté listo.
ANÁLISIS
Se tomaron muestras para los respectivos análisis en el departamento de suelo de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Los valores de pH fueron altos, aunque mediante pruebas comparativas en cultivares de tomate los resultados fueron muy positivos. Mediante el tratamiento con el fertilizante en el almácigo, a los 25 días, las plantas de tomate ya cubrían las tacuaras utilizadas como tutor, mientras que los testigos, que no recibieron el tratamiento, apenas lograron 25 cm de desarrollo.
PROYECCIÓN
Actualmente, para la iniciativa, se reciben unos 25.000 kg de contenido ruminal que, tras el proceso de compostaje, baja a 20.000 kg. La cifra representa una buena cantidad de fertilizante orgánico natural. De acuerdo a los cálculos, de cada animal faenado se obtiene 9 a 10 kg de contenido ruminal y, teniendo en cuenta que la media de la faena local es de 140.000 vacunos al mes, la proporción es de 1.400.000 kg de fertilizante en 30 días.
Igualmente, el residuo es útil para la elaboración de biol o abono líquido. Para ello, también se desarrollan las pruebas y análisis, a fin de obtener un producto óptimo que otorgue resultados. Con el abono líquido se apunta a un fertilizante foliar.
(*) Productor de fertilizantes naturales