Compost - Ing. Karen Riveros (*)

La abonera es destinada para la trasformación de los restos orgánicos de cocina, residuos de cultivo, entre otros. Sirve de gran ayuda para que el suelo sea fértil. Es un resultado de un proceso controlado de descomposición de materia orgánica, debido a la alimentación de diferentes organismos aeróbicos del suelo (bacterias, hongos, lombrices, ácaros, insectos) en presencia de aire (oxígeno).

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Los materiales a utilizar para la elaboración de compost son restos vegetales (como maíz, soja, hojas de brócoli, coliflor, poroto, maní, trigo, pasturas, ceniza, entre otros), restos animales (como estiércol de vaca, caballo, oveja, cerdo, aves, orina) y la cáscara de huevo también es de gran utilidad. En el compost hay que evitar los elementos no biodegradables, tales como huesos, polietileno, pilas, vidrios, plásticos, latas.

PREPARACIÓN DEL COMPOST

En primer lugar, seleccionar el lugar adecuado para realizar una compostera en la que haya disponibilidad de agua, un ambiente seco, sombra y una superficie plana. Realizar una buena limpieza, remover el suelo con una profundidad de 30 cm, y un área de 1.5 m de cada lado formando un cuadrado. Seguidamente, hay que colocar una estaca (tacuara, palo, poste) en el centro del suelo removido. La estaca se retira al terminar el compost. Esto ayuda a la aireación y oxigenación de la abonera.

Obtenidos los materiales vegetales (restos de cultivos sin enfermedades ni virus) y estiércol vacuno, se coloca en capas de 15 cm de espesor de estiércol de cualquier animal; 10 cm de mantillo de bosque, restos vegetales de 20 a 30 cm, 30 cm de materia seca (paja, hojas secas, cáscara de arroz, pastos secos). Colocar 15 cm de compost elaborado con anterioridad. Si se dispone de ceniza, polvorear.

Continuar con estas capas alternadamente hasta alcanzar una altura de 1.5 m. Por ultimo, colocar paja sobre la preparación, para retener la humedad y disminuir la intensidad de la radiación solar. Al término del trabajo, se riega con moderación. Retirar la estaca una vez preparado el compost.

El compost formado se debe regar periódicamente para mantener húmedo y protegido con paja, para así evitar que se seque, asegurando así la fermentación. Si el compost no reduce su tamaño, es por falta de aire. Entonces es necesario dar vuelta el montón y dejarlo suelto. Si hay un exceso de humedad, hay que extraer con la mano una parte del compost, apretar y si salen gotas de agua, es indicador de un exceso de agua. Si se siente un olor a amoniaco (orina), es señal de exceso de materia verde. En tales casos será necesario dar vuelta el montón y agregar paja seca. Si el compost es realizado en verano, podrá ser utilizado luego de tres a cuatro meses, mientras que si es elaborado en invierno, el compost estará listo en cinco a seis meses, dependiendo de los materiales que fueron utilizados y la rápida descomposición del mismo.

(*) Jefa de la sección de hortalizas del Cetapar.

 

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