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SITUACIÓN
En el documento “Plan de acción para combustibles y vehículos más limpios en Paraguay”, presentado en abril de 2011 por el Centro Mario Molina de Chile, aparecen algunos datos, resultados del diagnóstico que se hizo. Entre los principales figuran: Paraguay es uno de los países latinoamericanos que presenta menores exigencias ambientales a la importación de vehículos. No existen normas de emisión que deban ser cumplidas por los importadores de automóviles. Al igual que el resto de los países de la región, Paraguay no cuenta con normas de emisión de anhídrido carbónico (CO2) ni de consumo de combustibles para el transporte.
LEGISLACIÓN
El país cuenta con una legislación que regula en la materia.La Leyn.º 1590/2000 creala Dirección Nacionalde Transporte (Dinatran) con las atribuciones de regular sobre el servicio público de pasajeros y cargas, y proteger los derechos del usuario y del ambiente.La Resoluciónn.º 11/2005 establece los niveles admisibles de emisión de gases contaminantes aplicables a los vehículos de transporte público de pasajeros y cargas, movidos a gasoil. El Decreto n.º 10911/ 2000 reglamenta la refinación, importación, distribución, comercialización de los combustibles derivados del petróleo.La Resoluciónn.º 1045/2000 creala Dirección Generalde Combustibles para administrar a nivel nacional en materia de combustibles y derivados. Más recientemente, el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) formó una comisión para mejorar las normas de calidad del combustible, mejora de parámetros y estándares de carburantes. La comisión está integrada porla Dirección Generalde Combustibles (MIC), el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN), Petropar,la Secretaríadel Ambiente (Seam), el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) yla Dirección Nacionalde Contrataciones Públicas (DNCP).
IMPACTOS ENLA SALUD
Numerosos estudios y conclusiones como los dela Organización Mundialdela Saluddestacan los daños de las emisiones de vehículos que utilizan combustibles de baja calidad, a saber: un agravamiento de las enfermedades cardiovasculares, tos y dificultad al respirar, mayor susceptibilidad a contraer enfermedades respiratorias y pulmonares, efectos en el sistema nervioso, cáncer y muertes prematuras. Con los mayores niveles de azufre en el combustible, los motores de vehículos y maquinarias se tornan más ácidos, lo que produce una mayor corrosión de sus componentes. Cuando la humedad del aire se combina con los gases de nitrógeno y dióxido de azufre, emitidos por los vehículos, se forma ácido sulfúrico y ácidos nítricos que, cuando llueve, caen con las gotas de lluvia, provocando la denominada “lluvia ácida”, que corroe la chapería de los vehículos, afecta a los vegetales, suelo y agua. Del mismo modo, el humo negro, el hollín y las partículas tóxicas que se liberan al medio favorecen el efecto invernadero y elevan los riesgos para la salud.
CONCLUSIÓN
Como en otras cuestiones ambientales, llámese lago Ypacaraí o dengue, los desequilibrios que la indiferencia y actuación del hombre han causado en el medio, ya comienzan a mostrar sus consecuencias más graves. Por eso hay que evitar la contaminación que originan los combustibles cuando son de baja calidad. De esto hay buenos ejemplos que bien pueden adaptarse a la realidad nacional. Por ejemplo, los países de la Unión Europea(UE) cuentan con especificaciones ambientales que aplican a los combustibles para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos; a más de prohibir el uso de carburantes con plomo y azufre. Plantean también el uso de biocombustibles en mezcla con los tradicionales para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en porcentajes ya definidos: 37 % hoy, 50 % en el año 2017 y 60 % desde el 2018.
(*) Especialista en comunicación rural