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El nombre de "cola de caballo" surgió porque las especies ramificadas se asemejan a la cola de la especie equina. Desde que fue recomendado por el médico romano Claudio Galeno, quien decía que era una especie vulneraria (que curaba heridas), varias culturas han empleado la cola de caballo como un remedio popular contra los problemas de riñón y vejiga, artritis, úlceras sangrantes y tuberculosis.
Debido a su contenido de sílice, se recomienda esta planta en momentos en que es necesario reparar el tejido del cuerpo. El sílice ayuda a fijar el calcio, por lo que el cuerpo puede almacenar más cantidad de este mineral y, luego, usarlo para reparar huesos, colágeno y otros tejidos del cuerpo. De ahí, la cola de caballo puede ser útil contra la osteoporosis, la inflamación o el crecimiento benigno de la glándula de la próstata, y también se utiliza para acelerar la eliminación de piedras en el riñón.
OTRAS BONDADES MEDICINALES
Problemas como la uretritis o cistitis con hematuria (orina con sangre), reducción de la hemorragia y la curación de heridas son beneficiadas gracias a su alto contenido de sílice. El efecto astringente y antihemorrágica locales explican la aplicación de esta planta a las condiciones de sangrado de la boca, la nariz, vagina y el sangrado de los intestinos.
La cola de caballo constituye una de las especies más diuréticas de todas las plantas, posee una gran capacidad para eliminar agua del cuerpo, a tal punto de aumentar la micción hasta 30 % más de lo que es habitual.
Equisetum es restaurador del tejido pulmonar dañado después de la tuberculosis pulmonar y otras enfermedades pulmonares, pues el ácido silícico sirve para estabilizar el tejido de la cicatriz. Se puede tomar internamente para detener el sangrado de úlceras o frenar el sangrado menstrual abundante. También puede ser utilizado como un enjuague para hacer gárgaras y la boca, contra el dolor de garganta y sangrado de las encías o úlceras en la boca.
ÑEEMBUCÚ, NICHO NATURAL DE LA ESPECIE
Las condiciones de humedales dieron el ambiente y las condiciones propicias para el desarrollo de la especie de una manera extraordinaria. Existen lugares donde se tiene por kilómetros diseminada en los esteros y que pueden constituirse en semilleros inacabables de producción de la especie y que podrán cubrir la gran demanda que existe hoy día, principalmente de las empresas yerbateras.
“Ya hemos logrado ubicar algunas toneladas, pero necesitamos seguir mejorando los cuidados culturales que requieren para así disponer de un producto fresco, sano, sin contaminaciones, pues al estar permanentemente en lugares húmedos es susceptible de adquirir enfermedades fungosas o bacterianas. Existen nichos naturales de la especie que, como la cosecha es segándola, podrían representar un ingreso permanente de recursos económicos por tiempo indefinido, pues es una especie perenne. Podemos decir con propiedad que una de nuestras banderas es la cola de caballo y confiamos que existe un futuro promisorio con la especie”.
(*) Técnico en Desarrollo Rural - Ñeembucú.