Cobertura forestal - Ing. For. Óscar Manuel Vera Cabral (*)

Los bosques, cursos de agua y suelos poseen una importante relación; todos constituyen elementos fundamentales de sistemas perfectos de la naturaleza, que interactúan directa o indirectamente entre sí. Guardan estrecha relación en la realización de funciones recíprocas.

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En el control de la erosión del suelo, la cobertura forestal se ocupa primeramente en influir sobre la velocidad de las gotas de lluvia que caen, reduciéndolas y evitando el efecto disgregador de las partículas del suelo. Cuando llueve, las gotas reducen su velocidad de caída sobre el follaje dispuesto en distintos estratos del bosque (efecto amortiguador) y, luego, son orientadas para una mansa caída hasta la superficie. De esta manera, se evita que existan partículas de suelo disponibles para su arrastre y esto también impide que el agua se llene de partículas de tierra suspendidas, que obstruyen los poros del suelo. Además, este flujo de agua se enriquece con las partículas de corteza que arranca la lluvia y se depositan como nutrimentos a la base de los árboles.

DIVERSIDAD

En segundo lugar, la diversidad morfológica de los elementos vegetales de un bosque en cercanía o contacto más estrecho con el suelo — mediante sus raíces superficiales, tallos volubles y rastreros, hojas o follaje, más la hojarasca del suelo— producen la eliminación del efecto de la gravedad, concentran al agua o reducen su movimiento. Esto impide el escurrimiento superficial de la escorrentía y evita la erosión laminar, hasta grandes fosas sin control.

El efecto anterior permite que el agua de lluvia se infiltre en el suelo. En este proceso, la hojarasca en descomposición enriquece el agua que penetra el suelo y transporta organismos que producen las capas superiores. El líquido infiltrado, más sus excedentes, viajan por la superficie del suelo y por sendas subterráneas, para reaparecer gradual y continuamente como fuentes que alimentan a los cursos de agua. Las mismas están disponibles, además, para el aprovechamiento de las plantas, animales, como lugar de recarga de acuíferos y aporte al caudal de los cursos de agua.

INTERVENCIÓN DEL VITAL LÍQUIDO

El agua, que transita por diversos medios a través del bosque, interviene en varios procesos de formación de suelos, en especial en la aceleración de la meteorización de rocas, la cual es formalizada a través de los ácidos del humus que el agua de lluvia recoge a medida que pasa por el bosque. En síntesis, el bosque retarda el movimiento del líquido vital, precipitan sedimentos, capturan nutrimentos y ayudan a la formación de depósitos de materiales en las orillas de cursos hídricos. Donde el suelo es profundo, se convierte en un buen almacén de sustancias retenidas.

En relación a la fauna, el bosque, mediante el agua que la recorre, aporta material alimenticio, especialmente para la fauna ictícola.

EL BOSQUE Y SU INTERACCIÓN

La alta variabilidad de un bosque, en relación a sus elementos componentes, hace que ninguna formación vegetal posea la eficiencia de un bosque para cumplir con las funciones arriba mencionadas.

Se suele atribuir a la cobertura de bosques algún efecto directo que estos ejercen sobre el volumen de lluvia. Indicios demuestran que la mayoría de los efectos son de carácter local. El efecto de la cobertura de bosques más importante sobre la precipitación es su eliminación, una vez que la misma ha caído. Parte de la lluvia precipitada es interceptada por la vegetación, la cual se evapora. Este efecto produce la disminución de la temperatura de la vegetación, el suelo, aire y agua loa, que reduce la pérdida de líquido del suelo por transpiración y aumenta la eficiencia del sistema por el ahorro de energía.

Un curso de agua sin bosques protectores tiende a sufrir, básicamente, el efecto del aporte excesivo de sedimentos que, de acuerdo a su volumen y velocidad de deposición, ocasionan su colmatación o el elevamiento de su lecho. Sin embargo, cantidades pequeñas de sedimentos aportados, según su naturaleza química, también pueden ocasionar efectos irreversibles sobre las condiciones iniciales del curso de agua, modificando químicamente las características de este vital líquido.

AGUA Y LA FLORA

Las especies vegetales que rodean a un curso de agua obtienen también beneficios inmediatos de este. Es el caso de especies adaptadas a vivir en ambientes que presentan suelos con alto contenido de humedad. Los cursos de agua son importantes medios de diseminación de material reproductivo, como las semillas y órganos de reproducción asexual, mecanismo que coopera en la riqueza genética de la flora.

La cobertura forestal y los cursos de agua, desde el punto de vista paisajístico, constituyen elementos inseparables, y su riqueza radica en que ambos estén presentes en combinación. La cobertura forestal en interacción con los cursos de agua permite la sostenibilidad de todos recursos relacionados. El hombre, a través de una gestión adecuada, puede acrecentar los beneficios de acuerdo a las necesidades requeridas para ser satisfechas.

(*) Docente investigador de la carrera de Ingeniería Forestal FCA/UNA

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