Beneficios de la leche procesada

La leche suelta que se comercializa en la calle, en tarros, tambores, baldes u otros recipientes, no son aptas para el consumo ya que carece del más mínimo control de calidad e higiene. La misma, por lo general, es cruda y está muy contaminada con gérmenes diversos, pelos, arena, entre otras cosas, debido al mal manejo, la utilización de recipientes sucios, el transporte no refrigerado y la falta de pasteurización.

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Estos factores facilitan que este alimento se coagule o se corte. Comúnmente la leche suelta está adulterada con agua, y debido a las bajas condiciones higiénicas en que se la maneja, constituyen un peligro para la salud del consumidor porque puede ser vehículo de enfermedades y causar problemas en el organismo humano.

Por esa razón no se debe consumir leche cuya higiene y pureza no están garantizadas por las instituciones pertinentes. Para disponer de un alimento saludable, se recomienda el consumo de leche que pasan por los controles sanitarios y de higiene, en el tambo, el transporte, la industria y su expendio en los lugares de comercialización.

La leche procesada o industrializada es un producto obtenido higiénicamente de las glándulas mamarias de la vaca y constituye un excelente alimento natural, por la cantidad de nutrientes que contiene, tales como proteínas de alto valor biológico, grasas, hidratos de carbono, sales minerales, principalmente el calcio, las vitaminas A, B1, B2, B3, D y E y algunos aminoácidos esenciales.

El consumo regular de leche procesada o sus derivados: yogur, queso, entre otros, favorece principalmente a formar dientes y huesos fuertes y sanos, especialmente en edades criticas, niños, adolescentes y ancianos, evitando así la osteoporosis, fracturas por debilitamiento a causa de la falta de calcio en los huesos. La cantidad recomendada de consumo diario mínimo para los niños, niñas, adolescentes y adultos, es de 2 vasos o tazas de 200 ml de leche procesada o yogur, o su equivalente de dos pedazos de 30 gr. de queso. En las embarazadas, madres en período de lactancia, mujeres en estado de menopausia y ancianos se recomienda que la ingesta diaria de lácteos sea el doble.

La industria láctea Lactolanda realiza procesamientos tales como la pasteurización, la ultrapasteurización y la esterilización UAT (ultra alta temperatura), que son las formas térmicas más utilizadas para tratar adecuadamente la leche, sin que ella pierda la calidad nutricional y luego las presenta al mercado en cartón de tetrabrik y en saché.
La leche industrializada, que ya recibió un tratamiento térmico, no necesita ser hervida antes de su consumo, porque ya pasó por un proceso en el que se le eliminaron todos los gérmenes patógenos o que pueden causar enfermedades, y si se las vuelve a hervir se podría perjudicar su valor nutricional. La zona productora de leche de J. Eulogio Estigarribia fue una de las primeras de Sudamérica, en haber sido declarada libre de tuberculosis y brucelosis, por una entidad oficial. Con el suministro de leche de primera calidad, ordeñada en tambos de colonos productores y la utilización de la mejor y más avanzada tecnología en lácteos, se ha logrado una industria modelo en el proceso industrial de la leche y sus derivados en nuestro país. De esta forma, los productores encuentran un canal de comercialización, se generan puestos de trabajo y se beneficia a la población con un alimento altamente nutritivo y natural.


Mark Kronau / Dino Portillo - LACTOLANDA.
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