Alimentación de perros y gatos

La alimentación es uno de los aspectos más consultados en las clínicas veterinarias, debido a que los dueños de las mascotas desean saber cuándo, cómo y qué dar a sus animales. Precisamente, este aspecto es fundamental, debido a que debemos satisfacer los requerimientos nutricionales de los animales domésticos (perros y gatos) y considerar el comportamiento de los mismos para evitar inconvenientes en su salud. A continuación, brindamos algunas recomendaciones básicas. (Dra. María Teresa Bartrina)*

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Si se proporciona al animal un alimento envasado se deberá observar su origen, fecha de elaboración y vencimiento. Es importante proveer a las mascotas productos que se encuentren lo más alejados posibles de su caducidad. Además, el envase no debe mostrar señales de daño en su envoltura, lo que garantiza la calidad. Luego, hay que prestar atención a que el alimento a suministrar corresponda a la edad del animal. Generalmente, los paquetes traen en la parte posterior una tabla con las raciones a ser ofrecidas, en tomas apropiadas a la especie y temperamento, a la edad y tamaño de la mascota.

CUIDADOS CON EL ALIMENTO

El paquete debe mantenerse en un sitio protegido de insectos, de luz excesiva y humedad. Abrir la bolsa por un extremo y luego de servir la ración del día, cerrar el envase cuidadosamente. Conviene poner una pinza por la parte abierta del envase, para reducir el riesgo de entrada de insectos (polillas) y preservar las condiciones de textura y sabor de origen, lo cual puede ser afectado con la exposición al ambiente. El alimento debe ser ofrecido en un plato limpio y seco, en cantidad y frecuencia establecida por el veterinario, de acuerdo a lo que el propietario relata de las costumbres y preferencias de su mascota. Los perros y gatos no pueden comer el mismo tipo de alimento, ya que por la especie tienen requerimientos diferentes. Los balanceados preparados para caninos no son lo mismo que para felinos.

DIFERENCIAS ENTRE PERROS Y GATOS

Los gatos necesitan una mayor cantidad de grasas porque hay numerosos elementos que su organismo no fabrica naturalmente, además de que son carnívoros por excelencia. En cambio, los perros son considerados omnívoros por la gran variedad de alimentos que reciben y toleran.

Se debe tener en cuenta que, más allá del tipo de alimentación recibida, perros y gatos tienen características que representan a gran número de animales de sus respectivas especies. Por ejemplo, los gatos, por lo general, huelen el alimento antes de aceptarlo, comen varias veces al día en pequeñas cantidades, lentamente, masticando cuidadosamente los alimentos. Si se tiene muchos gatos en la casa, conviene que cada uno tenga su plato separado, ya que son bastante territoriales y no siempre aceptan compartirlo. El gato es un cazador solitario, lo que lleva a disfrutar solo de sus alimentos o presas cazadas, sin desmedro de una relación armónica con el resto de su familia; excepción hecha cuando el gato doméstico caza una presa lleva a los propietarios como muestra de su colaboración al grupo familiar del cual forma parte. Los perros, en cambio, tienen una jerarquía vertical, forman parte de una jauría y cazan en equipo. Al tener las jerarquías sociales muy marcadas, la importancia en el modo de alimentar a los perros cobra un papel destacado, ya que en las jaurías o manadas de caninos, el que se alimenta primero es el líder y luego, en orden de importancia, comen los subalternos y los de categoría más baja.

En el perro, el momento es un factor determinante para establecer la categoría social del animal; cuando se le da de comer antes que al resto de la familia, en la mesa o, peor aún, cuando se le da de la mano, se les entrega a ellos (a los perros) el puesto jerárquico de mayor importancia. Por ello, el momento ideal para alimentar al can es después de todos los miembros humanos de la casa. Si se tiene varios perros, se les proveerá en el orden que ellos mismos hayan establecido. En el caso de los animales que requieran una alimentación especial, deberán ser apartados de los demás y suministrarles la comida cuando existan condiciones normales para ese animal en particular.

FRECUENCIA EN FELINOS

Los gatos no son animales a quienes les guste la carroña o las presas muertas y frías. Cazan pequeñas presas y se alimentan de manera que realizan frecuentes comidas pero en pequeñas cantidades. Cuando son domésticos, esta conducta se traslada a la alimentación que le ofrecemos, por eso es común que el felino coma pequeñas porciones infinidad de veces durante el día. No es usual que el gato se atraque, ni que llegue a ingerir cantidades exageradas de alimento en un período corto. Los problemas de obesidad en felinos se encuentran más relacionados con el suministro de alimentos inapropiados para la condición específica del animal en cuestión (sexo, castrado o no, edad y grado de actividad física) y en ausencia de estímulos suficientes para jugar con otros gatos o con el dueño, sumados al hecho de un ambiente limitado en espacio físico.

FRECUENCIA EN CANINOS

El perro caza en equipo y come respetando la jerarquía establecida hasta consumir todo lo que ha cazado. Como son cazadores que requieren de la colaboración de todos los miembros de la manada, no saben cuándo volverán a tener éxito en la caza y, por tanto, comen hasta hartarse si tienen oportunidad y alimento disponible en cantidades ilimitadas. La alimentación, premios, bocaditos o comida en cantidad indiscriminada no sustituyen la atención o la compañía de los humanos. La comida no cumple un rol de satisfacción emocional para los animales como puede ocurrir con los humanos.

(*) Especialista en pequeños animales

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