Cargando...
SEROPREVALENCIA
La seroprevalencia en vacas de todas las edades se estima en nuestro país en aproximadamente 45% (Rodríguez S. y col), indicando que la mayoría de las hembras del país se encuentran infectadas al momento de su primer servicio. Esto sugiere que el principal modo de transmisión de la enfermedad en el país es vertical.
TRANSMISION Y EPIDEMIOLOGIA
Un hallazgo crítico desde el punto de vista epidemiológico es que la neosporosis se mantiene en el bovino como una infección crónica persistente. Durante la preñez, la mayoría de las vacas con neosporosis infectan sus fetos trasplacentariamente (transmisión vertical). Sin embargo, la mayoría de los fetos infectados no mueren y abortan, sino que nacen con una infección congénita y se transforman en portadores inaparentes. Se ha estimado que el 80 a 90% de las vacas seropositivas paren terneros aparentemente normales, pero congénitamente infectados con Neospora caninum. Las terneras infectadas en el útero materno cumplen un rol importantísimo en mantener la infección en el rodeo y trasmitirla a la siguiente generación. Que un feto sobreviva a la infección o muera y aborte, depende de varios factores tales como la dosis y el momento de la infección en relación con el desarrollo inmunitario del feto.
Si la infección se produce previa a la maduración del sistema inmunitario, es decir (antes del 5-6 mes), el feto puede sufrir una infección devastadora con lesiones inflamatorias diseminadas en el cerebro, corazón, pulmón, hígado, riñón, músculo estriado, placenta y otros órganos, lo que provoca su muerte y el aborto.
EXISTEN DOS FORMAS POR LA
CUAL EL BOVINO ADQUIERE LA INFECCION
* Transmisión vertical o trasplacentaria: El principal modo de transmisión de la neospora es por la infección de fetos de vacas crónicamente infectadas.
* Transmisión horizontal o posnatal: Esta es la forma por la cual el parásito se mantiene en un rodeo a través de las generaciones.
PRESENTACION CLINICA
La manifestación primaria de la enfermedad en el bovino es el aborto, generalmente entre los 4 y 6 meses de gestación. Los fetos son en su mayoría expulsados autolisados o momificados y la vaca no presenta ningún otro signo clínico: raras veces nacen terneros con paresia, o parálisis debido a encefalomielitis. Sin embargo, como se explicó más arriba, la mayoría de las hembras preñadas infectadas con neospora no terminan en abortos. Otro hallazgo importante de la neosporosis es que las vacas abortadas desarrollan poca o ninguna inmunidad y pueden abortar en las siguientes gestaciones.
En la neosporosis los abortos se presentan bajo dos patrones epidemiológicos: endémico y epidémico. Ambos patrones pueden mezclarse en un predio en particular y por eso la enfermedad es descrita con endémica/epidémica en el Paraguay.
El patrón epidémico es menos común y se caracteriza por abortos en una alta proporción de las vacas preñadas en un periodo de tiempo relativamente corto. La transmisión de la infección en este caso es horizontal por la contaminación de las pasturas o la ración con oocistos de perros infestados.
El patrón endémico es el más común. El rodeo experimenta una tasa anual de abortos mayor a 3-5% durante prácticamente todos los meses del año, aunque con oscilaciones estacionales.
DIAGNOSTICO
Para un diagnóstico seguro se debe considerar la edad gestacional del aborto, la presencia de lesiones inflamatorias compatibles en el cerebro y otros órganos y la presencia de Neospora sp. La serología puede usarse en casos individuales y en el diagnóstico de rodeo. El diagnóstico serológico es probabilístico.
NECROPSIA E HISTOLOGIA FETAL
El método de diagnóstico preferido es la remisión al laboratorio de uno o más fetos refrigerados (no congelados). Alternativamente, puede realizarse la necropsia en el campo y enviar los órganos en formol al 10%. Siempre se debe enviar el SNC ya que aquí es donde se encuentran las principales lesiones. También puede cortarse la cabeza y enviarla entera junto a otros órganos.
Las lesiones más significativas se encuentran en el cerebro y consisten en focos de necrosis rodeados de infiltrado inflamatorio y reacción glial. Otras lesiones que se encuentran consistentemente son miocarditis, miositis y hepatitis portal no-supurativas.
SEROLOGIA
La serología puede ayudar en el diagnóstico pero se requiere ser cuidadoso en su interpretación. Las pruebas serológicas de rutina disponible son la técnica de IFAT y el test de ELISA. Los títulos de corte de IFAT establecidos para el diagnóstico de la infección son de 1:2OO en vaca y 1:80 en fetos abortados. Estos títulos indican exposición al agente pero no prueban que el aborto fue debido a neosporosis.
CONTROL DE LA INFECCION
CONGENITA (TRASMISION VERTICAL)
* Descarte de las vacas infectadas.
* Renovación del rebaño con hembras seronegativas.
* Los rebaños que realizan transferencia de embriones.
CONTROL DE LA TRANSMISION HORIZONTAL
* Prevenir la contaminación de perros, por la remoción de tejidos infectados, como placenta, fetos y restos de terneros que servirán de fuente de infección para los perros y evitar la ingestión por cánidos de carne cruda constituye una medida importante para el control de esta enfermedad.
*Evitar la contaminación de bovinos con oocistos eliminados por los perros, reduciendo la posibilidad de contacto de los bovinos con las heces de perros. Esto es posible disminuyendo el número de cánidos conviviendo con el rebaño, protegiendo locales de almacenamiento de alimentos y de agua, removiendo heces de perros de bebederos y bateas.
*Evitar el contacto de vacas con fetos y placentas, para impedir la placentofagia. En rebaños lecheros, eso podría realizarse separando los animales en el momento del parto.
*Se dispone actualmente de una vacuna inactivada para el control de la neosporosis pero la información que se dispone sobre su eficacia para reducir la infección fetal o el aborto de una vaca infectada o para prevenir la infección postnatal de una vaca no infectada, es insuficiente. No existen agentes microbianos conocidos que puedan esterilizar a las vacas infectadas.
Deberán utilizar solamente receptoras seronegativas, una vaquilla procedente de transferencia de embriones no debe ser adquirida si la receptora fue seropositiva. La infección congénita también puede ser reducida utilizando solamente hembras seronegativas para la reposición, que podría incluir vaquillas de madres infectadas, pero con serología negativa. La mayoría de las vacas infectadas producen terneros infectados y en una infección congénita pueden permanecer en el rebaño por mucho tiempo. Si en una serología inicial de un muestreo de vacas indican una baja prevalencia para justificar el descarte, las hembras que quedan en el rebaño deben ser evaluadas y las vacas positivas, descartadas. Una opción más razonable sería realizar exámenes serológicos de madres e hijas de vacas que abortaron. El estado serológico de una vaca puede ser asociado a otros criterios para justificar el descarte, como disminución de la producción y otras enfermedades. Esta es la principal vía de transmisión en los brotes epidémicos de neosporosis, en los que la infección se adquiere por la ingestión de pasturas o ración contaminada. El perro se ha identificado experimental y epidemiológicamente como el principal huésped definitivo de la neosporosis bovina.