Abonos verdes para el verano

Los abonos verdes son plantas de cobertura que se cultivan para cubrir el suelo y mejorar las características físicas, químicas y biológicas del mismo. Pueden ser sembrados en forma independiente o asociados a los cultivos comerciales.

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En general, los abonos verdes buscan proveer cobertura del suelo para la siembra directa, porque reducen la evaporación del agua y la temperatura del suelo, mientras que aumenta la infiltración de agua en el suelo.
Como consecuencia de la cobertura del suelo se protege al mismo de la erosión, se reducen las infestaciones de malezas y se adiciona biomasa al suelo, es decir se acumula materia orgánica que alimenta la vida en el suelo. Así mismo, los abonos verdes de cobertura mejoran la estructura del suelo, promueven la preparación biológica del suelo y reduce la infestación de plagas y enfermedades.

BENEFICIOS

Entre los beneficios que cumple el cultivo de abonos verdes, podemos citar el aumento de los retornos económicos cuando son escogidos adecuadamente, reducen la necesidad de uso de herbicidas y pesticidas, aumentan el rendimiento de los cultivos siguientes y mejoran su calidad, evitan la erosión del suelo, conservan la humedad en la tierra de cultivo, aumentan el contenido de materia orgánica, proveen nitrógeno al suelo, mejoran la fertilidad del suelo y reducen el uso de los fertilizantes.

EN PEQUEÑAS PROPIEDADES

En función al clima cálido y húmedo preponderante en la Región Oriental del Paraguay, uno de los principales beneficios de los abonos verdes es mejorar la cobertura del suelo, viva o muerta, lo que redunda en efectos favorables en las propiedades físicos químicas y biológicas del suelo. En los sistemas tradicionales, laboreo con arado o quema, donde predominan los suelos descubiertos, al caer la lluvia, el impacto directo de las gotas de agua produce la ruptura de los agregados de los suelos en la camada superficial, con la consiguiente obstrucción de los poros del suelo.
Esto provoca el sellado de la superficie del suelo impidiendo la infiltración del agua, que luego escurre superficialmente arrastrando consigo parte del suelo y produciendo lo que se denomina erosión hídrica.
En sistemas donde se promueve la protección del suelo, el principal efecto de la cobertura es disminuir la erosión, ya sea evitando el impacto directo de la gota de lluvia sobre el suelo y disminuyendo la velocidad de escurrimiento superficial del agua.
La cobertura vegetal también ayuda a mantener la humedad del suelo; por efecto de la sombra, disminuye la temperatura, reduce la evaporación de agua del suelo, en consecuencia, aumenta la infiltración. Con estas condiciones también se favorece una mayor actividad biológica de la microfauna y flora del suelo, mejora la nodulación de las leguminosas, aumenta la cantidad de lombrices.
Las temperaturas del suelo descubierto en el verano, en el clima del Paraguay, superan rápidamente los 30ºC en la mañana temprano, y pueden llegar a casi 60ºC. Temperaturas del suelo superiores a los 35ºC limitan en gran medida la absorción de agua y nutrientes por parte de las raíces y las plantas prácticamente paran su metabolismo. También con esas temperaturas disminuye significativamente o se paraliza la actividad de los organismos del suelo, rizobios, micorrizas, entre otros. Nunca la temperatura del suelo debería pasar los 40ºC.
La cobertura vegetal muerta o viva crea un microclima que disminuye la velocidad de descomposición, mineralización, de la materia orgánica favoreciendo su acumulación en el suelo. Además, la cobertura disminuye las pérdidas de materia orgánica por erosión. El grado de protección que ofrece la cobertura viva de los abonos verdes al suelo dependerá principalmente de su velocidad de crecimiento inicial, de su hábito de crecimiento, erecto o rastrero, del grado de o volumen de desarrollo, así como el tiempo que dura el ciclo de la planta.

CICLO

Una vez manejado o terminado el ciclo de los abonos verdes, la permanencia de la cobertura muerta sobre el suelo depende de la cantidad y distribución de la biomasa aportada.

Así mismo depende de la velocidad de descomposición de la materia orgánica que, a su vez, dependerá de la relación carbono/nitrógeno, del contenido de lignina de sus residuos, que varía según la especie. También depende de las condiciones ambientales que afectan la actividad microbiana (temperatura, humedad, oxigenación del suelo, pH, entre otros.


Fuente: Conservación de Suelos MAG
Fotos: MATKEI
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