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Al preparar una ración para animales, debemos tener en cuenta que los componentes nutritivos de una ración tienen tres funciones fundamentales: suministrar energía, fortalecer la estructura y ayudar a regular el metabolismo general de los animales.
En este concepto están incluidas las proteínas, vitaminas, minerales oligoelementos y componentes aditivos. Para que los alimentos tengan el desempeño deseado, es necesario que sean de buena calidad y estén en condiciones de brindar al organismo todas sus propiedades.
Las primeras comunicaciones científicas sobre la composición de los alimentos fueron dadas a conocer a principios del siglo XIX. Cada uno de los componentes que integran una dieta tienen funciones específicas y muchas veces se interrelacionan para poder brindar la estructura orgánica, la energía y la regulación del metabolismo.
En estos momentos la técnica permite establecer con más exactitud las propiedades de los alimentos y los requerimientos de los animales de acuerdo a su mejoramiento genético y las necesidades nutricionales que ello implica.
Es por eso que utilizamos nuevos vocablos como la nutrigenómica y la nutrigenética, que representan elementos dinámicos de una buena alimentación animal. El maíz, el sorgo, la mandioca, las grasas y los aceites son fuentes de energía, la cual es necesaria para que un organismo mantenga su temperatura y pueda ejecutar el trabajo que le corresponde. Las sustancias proteicas tienen como tarea principal realizar estructuras de sustancias orgánicas; muchas veces, parte de su contenido se convierte también en energía. Pero debemos considerar que, en cuanto a su función específica como agente estructurador, es irreemplazable por cualquier otro tipo de material nutritivo, y además es indispensable para el organismo animal.
Debemos destacar que desde hace muchos años se posee el conocimiento de que las proteínas no son todas iguales en cuanto a la aptitud para nutrición, es por ello que se hace una distinción entre las proteínas de origen animal, como la leche y el huevo, a los cuales se los considera superiores a las proteínas provenientes de los vegetales, como ser las leguminosas.
Esta diferencia de la calidad de las proteínas, está dada por un factor llamado “valor biológico“, el cual está determinado por la cantidad de aminoácidos indispensables que tiene una proteína. A este factor se le ha dado una cuantificación numérica, y en la misma podemos ver que aparece el huevo con 94 y 100, la leche 92 y 100, y la carne vacuna 67 y 100. La metionina pertenece al grupo de los aminoácidos indispensables y, por lo tanto, su presencia en la proteína es fundamental en el momento del aporte nutricional.
Su requerimiento en la nutrición animal está dado por el tipo de producción y su requerimiento final. Si tomamos como ejemplo las gallinas ponedoras con un rendimiento del 90% de postura, el requerimiento de metionina es de 0.105; con un rendimiento de 80%, su requerimiento es de 0.096; y con el 70%, 0.086.
Si se utilizan los ingredientes comunes para la formulación de alimentos balanceados como ser el maíz, la soja, el sorgo y la mandioca, sumando todos los aportes que cada uno en forma individual pueda dar a la ración, no alcanzan para satisfacer las necesidades del animal; por lo tanto, los efectos carenciales se verán reflejados no solamente en el porcentaje de postura, sino también en el menor tamaño de huevo. Además, su relación con otros aminoácidos perjudica en conjunto las actividades metabólicas, que se ven afectadas cuando la metionina no es aportada en cantidad y calidad adecuadas.
Lo mismo tenemos que destacar en los pollos parrilleros, donde la precocidad de terminación dada por la genética, la nutrición y el manejo, hace necesario ajustar los planes alimenticios, regular la temperatura ambiente y revisar los modelos sanitarios.
Actualmente se está trabajando con nuevas formas de suministro de este aminoácido encontrándose diferencias muchas veces significativas entre el uso de una u otra forma de metionina.
Nuevos factores de producción hacen que se deban revisar periódicamente los programas de nutrición, sobre todo en las aves y cerdos que son los que más dependen de la suplementación de los aminoácidos esenciales. “La educación es la base del desarrollo de las comunidades. p.m.g.”