Soja en alimentación animal

La soja es la fuente proteica preferida en la alimentación animal especialmente en monogástricos, debido a la cantidad de aminoácidos indispensables que posee. También se utiliza en rumiantes. Tiene hierro, calcio y fósforo. Vitaminas como la A, algunas del grupo B, además D y E en diferentes cantidades ya sea verde o seco.

La calidad de la proteína que se obtiene de la soja es considerada muy buena, además tiene  alto contenido de aminoácidos indispensables.
La calidad de la proteína que se obtiene de la soja es considerada muy buena, además tiene alto contenido de aminoácidos indispensables.Archivo, ABC Color

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El cultivo de la soja en nuestro país va aumentando paulatinamente, inclusive en el Chaco. Hay que tener en cuenta que gran parte es comercializada como grano para exportación, debemos destacar su incremento en la industrialización, dando un valor agregado al producto y generando mayor mano de obra.

La soja es una planta originaria de Japón y China; fue introducida en América a finales del siglo XIX. Puede ser utilizada en la nutrición animal en diferentes formas, usando la planta entera, la semilla o los subproductos obtenidos de ella.

El poroto de soja es un producto que tiene la doble cualidad de aportar energía y proteína; estos aportes lo convierten en un ingrediente importante en la nutrición de los animales. La calidad de la proteína que se obtiene de esta planta es considerada muy buena, no solo por la cantidad, si es alta, sino también por el alto contenido de los aminoácidos indispensables que hay en ella.

Sin desactivar

Si la soja va destinada al ganado rumiante, podemos decir que puede ser suministrada sin desactivar, pero se debe tener en cuenta que la cantidad que se puede utilizar tiene un límite que no puede ser mayor al 20% de la materia seca total de la ración, y además tener en cuenta que no supere el 6,5% de las grasas totales.

Además, hay que atender que el uso de la soja cruda debe ser introducida en forma gradual para producir un acostumbramiento del animal, es decir, proporciones no mayores al 18%, porque de lo contrario se pueden producir trastornos digestivos e interferencias en el metabolismo, que pueden afectar no solamente la absorción en los nutrientes, sino también comprometer la salud del animal, ya que puede afectar la fermentación ruminal, sobre todo en las fibras, con lo cual se produce un desequilibrio en el aporte total de los nutrientes destinados a la producción de carne o de leche.

Cruda y tratada

Cuando se incorpora soja cruda en los rumiantes, su degradación generalmente es mayor a 75%; pero si la soja es tratada por medio del tostado, esta acción disminuye a un 40% y no altera la digestión y, además, el desactivado incrementa significativamente la concentración de ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 en leche, muy tenidos en cuenta hoy en día en la nutrición humana, por la incidencia que estos tienen en la disminución de las enfermedades cardiovasculares.

En terneros

Cuando el grano de soja se va a utilizar en la alimentación de terneros, el grano debe ser desactivado de la misma forma que se hace para cuando se usa en aves y cerdos. Nunca debe ser utilizado en forma cruda, porque en estas condiciones, la soja contiene factores antinutricionales que son inhibidores de una enzima, la tripsina, que tiene un papel fundamental en la digestión de las proteínas.

También un inhibidor de la vitamina A y un factor anticoagulante. Todos ellos son sensibles al calor y se destruyen por el calentamiento del grano, ya sea en el proceso de estrusado o por medio del hervido o en contacto con un plano caliente, con lo cual se produce el tostado.

Cuidado al desactivar

Cualquiera que sea la técnica empleada para desactivar la soja, se debe tener especial cuidado de no pasarse en el calor, más de

140 ºC, porque este puede atentar contra los aminoácidos de las proteínas hasta desnaturalizarlas de tal forma que no sean tan eficientes como son originalmente. Un proceso correcto de desactivado inhibe la actividad ureásica.

Esta actividad le confiere un sabor ácido al grano de soja y es un claro indicador de la presencia del factor antitripsina. De acuerdo a los estándares de referencia, la actividad ureásica de la soja correctamente tratada con calor debe encontrarse en alrededor de 0,2 unidades de pH.

Cuando se usa el grano entero de soja, este se debe partir o quebrar lo más cerca del tiempo de procesamiento del alimento.

Esto es debido a que el grano contiene mucha grasa y si es partido con mucha anticipación, esta se oxida y atenta contra la calidad del mismo: se enrancia y perjudica a las vitaminas, como la A, D y E presentes en la ración. Cada especie tiene una tolerancia a la cantidad de soja a utilizarse.

“La educación es la base del desarrollo de las comunidades. p.m.g”

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